we are life ♡ haobin | mattwoong

04.

—Hola... —murmura Somi mientras que se sienta a lado de Hao, ambos están en el jardín de la casa, el tintado le sonríe—. ¿Quieres? —extendió un par de cigarrillos, el tintado por su parte toma uno y acepta la llama que le ofrece.

—¿Con qué... Mía? —dice desviando la mirada, Somi asiente con calma, como si aquellas palabras fueran común en su vida—. Eso no me va a mí; una vez lo intente y al día siguiente termine llorando y haciendo quinientas abdominales porque no pude regresar la comida.

—Una vez trate dejar de comer, termine con cinco donas en el estómago y de rodillas delante del retrete vomitando. prefiero comer y devolverlo.

Ambos terminan en silencio.

—¿Abusaron de ti cuando eras niño? —pregunta la chica mientras que lleva un cigarrillo a sus labios para después encenderlo.

—No —niega riendo mientras que exhala el humo.

—Lo siento, es común en Ana. Uh... ¿Por qué iniciaste en esta mierda?

—Estaba harto, ¿sabes? Sé que lo has sentido, es decir... Cada vez que llegaba a la escuela y veía caras lindas y cuerpos lindos me sentía, ¿cohibido, inseguro, pequeño, mierda? —rasca su nuca y avienta la colilla de su cigarrillo—. No sé cómo explicarlo, crecí en una casa llena de amor, mi madre nunca me daño y mucho menos mi padre; mis hermanos eran geniales pero me sentía... Mal, solo, entre broma y broma, comenzaron a decirme: 'hey ballena, hey gordito, hey panza' y ellos no saben que eso comienza a crearte inseguridades. Un día me vi al espejo y yo mismo me dije: 'te vez mal con esa ropa, ¿te atreves salir con eso a la calle?' —sus labios tiemblan—. Y solamente un día entre malos pensamientos, una voz comenzó a recordármelo día y noche; cada vez que mi madre servia un plato de comida... Ella me hablaba y... Dios...

Los recuerdos inundan su mente, los insultos. La primera lágrima descendió y fue retirada de la misma forma.

—Sé cómo se siente —dice Somi sin dejarlo terminar, sabe que Hao no puede—. A mí solían insultarme; diciéndome que no era perfecta, que no era bonita diciéndome que era una hipócrita con cara de mierda... Que soy fea. Que mi cuerpo era gordo y grotesco. Incluso solían insultarme por pertenecer al equipo de ajedrez de mi secundaria y un día comenzaron a señalarme con los dedos sin ni siquiera conocerme. Es decir... Sé que tengo mejillas grandes pero... ¡No es mi culpa! —su voz comienza a quebrarse—. Así nací y me daba rabia cuando escuchaba decir a una chica de mi colegio soy gorda, no puedo usar ombligueras por mi estómago, no soy bonita. ¡Joder! ¿Ellas qué saben de entrar a un probador y que la ropa no te quede y tengas que pedir una talla más grande o qué en aquella tienda te digan 'no hay de su talla o de simple ver que tu estómago no es plano?' Ellas que saben de... Que te señalen con el dedo y usen apodos que tenga que ver con elefantes o cosas enormes... Un día simplemente... Quise cambiar y por más que hacia dietas y ejercicio... No cambiaba. ¡Te juro que intente hacerlo de la manera correcta pero simplemente el espejo me engañaba! —sus hombros tiemblan—. Mis mejillas seguían igual de gordas, mis brazos aún seguían enormes, mi estómago y mi cintura, mis piernas... ¡Todo no me gustaba por culpa de esos comentarios! Yo era una chica que se amaba pero ellos hicieron odiarme y opte por la forma fácil... Y... —se gira hacia Hao.

Sus lágrimas descienden por esas mejillas grandes, que al punto de vista de Hao se ven tiernas. ¿Cómo es que gente no perfecta puede criticar a otras personas por su fisico? Ni siquiera la conocían y le arruinaron la vida sin saberlo; ella estaba ahí llorando con, quizá, 25 kilos abajo de lo normal.

—¿Por qué no soy perfecta para ellos? —pregunta desesperada—. ¿Por qué ella aún no se va? ¿Por qué estoy buscando motivos para vivir si se muy bien que estoy jodida?

Hao le mira con una sonrisa de lado.

—No le preguntes eso a quien esté hundido en esa misma mierda.

Y ambos rien, ambos estaban hundidos, ambos estaban ahí... Buscando motivos para vivir; ambos estaban... Jodidos. Pero; no les importaba.

Pequeño dato: Somi sufrió bullying por pertenecer al club de ajedrez en su escuela.