Capítulo 2: Solo Una Coincidencia

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El amanecer en la ciudad de New Jersey llegó con una ferocidad inusual. El cielo estaba teñido de tonos rosados y dorados, pero los fuertes vientos que azotaban la ciudad eran la verdadera protagonista de la escena. Cada ráfaga arrastraba consigo hojas secas y restos de papel, creando una danza caótica en las calles.

Las ramas de los árboles se doblaban bajo la fuerza del viento, sus hojas temblaban y chocaban unas contra otras con un murmullo persistente.

La brisa gélida mordía la piel expuesta, haciendo que la gente se apresurara a envolverse en abrigos y ropa protectora. Las calles, en su mayoría desiertas debido al clima implacable, parecían haber quedado atrapadas en un torbellino de elementos en lucha.

Los edificios altos de la ciudad actuaban como cortafuegos improvisados, creando corrientes de viento caprichosas en las intersecciones.

Las farolas parpadeaban y se tambaleaban, sus destellos intermitentes eran apenas visibles en medio del caos.

Los letreros de las tiendas crujían y vibraban, añadiendo su propio eco discordante a la sinfonía del viento.

Este aullaba a través de las grietas en las ventanas y las puertas, como una presencia indomable que buscaba la menor abertura para infiltrarse. La sensación de frío intenso estaba en todas partes, invadiendo cada rincón y recoveco. La gente que se aventuraba a salir se encogía contra el viento, sus pasos se volvían pesados mientras luchaban por avanzar contra la resistencia invisible.

Pero aún así, bajo todo ese manto apocalíptico, cierta castaña avanzaba por las calles de la imponente ciudad.

Su figura era pequeña pero decidida en medio de los vientos que rugían a su alrededor. El viento parecía empeñado en frenar su avance, pero ella se mantenía firme, con la mirada fija en el horizonte.

"si piensas que vas a detenerme estas muy equivocado, ¡¿me escuchaste?!" exclamaba en un tono amenazador hacia el cielo, con sus pasos cautelosos pero resueltos, cada uno medido para mantener el equilibrio en medio de las corrientes incesantes.

El viento alborotaba su cabello castaño, haciendo que los mechones bailaran en todas direcciones como mariposas inquietas. Las hojas secas volaban a su alrededor, girando en una danza errática que golpeaban su rostro de manera desafiante.

Como si de una respuesta de la naturaleza a su amenaza se tratase.

"tsk... Si tan solo no hubiera patrullado hasta muy tarde no habría perdido el autobús", Kamala estaba abrigada en un abrigo grueso que le llegaba hasta las rodillas, también tenía el cuello alzado en un intento de protegerse del frío mordaz.

Sus manos estaban metidas en los bolsillos, con sus dedos acurrucados en busca de calor.

Lamentablemente, su bufanda roja que solía envolver su cuello estaba ausente, y la extrañaba más en momentos como este, cuando el viento se adentraba en sus huesos a través de cualquier pequeña abertura.

Sus pasos la llevaron frente a una farola que parpadeaba intermitentemente, proyectando sombras cambiantes en su camino.

A medida que avanzaba, el viento golpeaba su rostro, desafiándola con cada ráfaga. Pero Khan no cedía. Sus ojos se mantenían fijos en la entrada de la escuela, que yacía a sólo unos cuantos metros al frente.

Kamala entró a la escuela con la respiración agitada, el viento aún revoloteaba su cabello castaño. Apenas tuvo tiempo de recuperarse antes de que una voz firme y autoritaria la llamara desde el pasillo.

"¡Kamala Khan!", resonó la voz, y la castaña se giró para enfrentar a 'Martha', una joven maestra que apenas tenía 23 años pero emanaba una autoridad que no se correspondía con su juventud. Martha estaba de pie en medio del pasillo, con los brazos en sus caderas y una mirada molesta.

𝘼𝙢𝙞𝙨𝙩𝙖d 𝙙𝙚 𝙈𝙖𝙧𝙖𝙫𝙞𝙡𝙡𝙖『 (𝘽𝙉𝙃𝘼) (𝙈𝙖𝙧𝙫𝙚𝙡 𝙘𝙤́𝙢𝙞𝙘𝙨) 』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora