Habían pasado ya varios días desde que las chicas habían llegado a la base, todos estaban preparados para la misión que sería al día siguiente, konig se encontraba algo estresado ya que era una misión difícil y no sabia que le pasaba con la sargento Heidi, siempre que la veía un lado bizarro y perverso de él salía a la luz, no se podía controlar y eso no le gustaba para nada, Williams y konig discutían posibles planes de escape o cambio de planes por si algo salía mal, realmente necesitaba que todo terminará y ella se fuera de la base, no le hacía bien.
Una tarde en la base militar konig se encontraba sentado en una de las bancas del area de entrenamiento exterior, estaba disfrutando de la tarde fresca, hasta que a la distancia pudo ver a Heidi entrando al bosque, que estaba haciendo?,porque entraba al bosque sola, este se lleno de curiosidad y la siguió, realmente era bueno seguirla sin razón alguna?, le perdió el rastro a mitad del bosque, seguía caminando intentando escuchar donde estaba, el realmente la quería descubrir ya que sentía que algo malo estaba haciendo, después de un rato buscando de estar viendo a todas partes e intentar escuchar detalladamente todo sonido que se hiciera, se dio por vencido, no la pudo encontrar por ningún lado.
Heidi- coronel konig que hace aquí?- konig se asustó y rápidamente se dio la vuelta para ver a Heidi, estaba tranquila recargada en un árbol, era la segunda vez que estaban cerca, el podía sentir su aroma, ese dulce aroma que le gustaba, podía decir que olía como a guayabas dulces o durazno?
Konig- eh...la vi entrando aquí, quería asegurarme de que todo este en orden
Heidi- todo esta en orden coronel, no tiene nada de que preocuparse- konig sintió un escalofrío recorrer su espalda, le gustaba como lo miraban esos ojos blancos, queria que lo miraran más, el quería verlos llorar, quería hacer que llorara pidiendo más, por un momento konig penso que al estar solo podían hacer cualquier cosa.
Konig- entonces...a que viniste al bosque
Heidi- vine a entrenar coronel, mañana es la misión y quiero estar en forma
Konig- oh...que hueno(?, digo es bueno entrenar antes de una misión- detrás de su capucha su rostro estaba sonrojado, no podía dejar de imaginar cosas obscenas con ella, sabía que estaba mal pero le gustaba hacerlo, Heidi en un punto se dio cuenta de que algo estaba mal, konig no la había seguido solo para ver si todo estaba en orden, algo más estaba pasando.
Heidi- coronel konig, usted desconfia de mi equipo?
Konig- n...no es eso, se que serán de gran ayuda, solo que no estoy acostumbrado a trabajar con mujeres(o solo no estoy acostumbrado a reprimir mi apetito por follarte duró) no se preocupe señorita Heidi, confiamos en ustedes.
Heidi- perfecto coronel, que bueno que confie en nosotras, nos vemos mañana en la misión, yo estaré entrenando- con esto último dicho Heidi se fue, dejando a konig solo en el bosque, este se quedó un momento pensando en que pasaría si les tocara estar juntos, si solo fueran el y ella.
Konig- me volveré loco...
La tarde siguiente con normalidad, konig estaba al pendiente de ver a Heidi salir del bosque, ella no salía, simplemente no y eso estaba asustando a konig, le habrá pasado algo? Estará bien?, no lo pensó dos veces y salio a buscarla al bosque, estaba anocheciendo y era peligroso que estuviera sola, no sabía que le podría pasar a su delicado cuerpo, era tan pequeña que posiblemente cualquier cosa la podría lastimar, estaba tan metido en sus pensamientos que no se dio cuenta de que un oso negro estaba por la zona, hasta que sintió unas manos que venían de atrás empujándolo hacia un árbol y tapando su boca, era Heidi, ella trataba de que no hicieran ruido.
Heidi- ssshhh, hay un oso coronel- konig vio al oso, un gran oso que estaba buscando comida, en que momento llegó tan profundo del bosque? Solo había osos en las zonas más alejadas, dejó de pensar en el oso cuando se dio cuenta de que Heidi estaba detrás de él, haciendo presión con su cuerpo, ella lo estaba tocando, sentía sus suaves manos, aunque no tocaran su boca sabía que eran suaves, podía sentir su aroma más de cerca, ese aroma que lo envolvía como una manta cálida y suave, podía sentir como sus pechos hacían presión en su espalda, era obvio que ella estaba trepara a un árbol, de no ser así como le podría tapar la boca?, el estaba experimentado muchas cosas, no era terror por el oso, era exitacion? Le gustaba lo que estaba sintiendo, podía escuchar su corazón latiendo, su respiración suave, todo lo podía sentir, estaba empezando a respirar muy pesado, su corazón se aceleró, esta en el paraíso?, konig cada vez tenía pensamientos más pervertidos, quería que ella lo tocara más, quería que ella pasara su cuerpo entero por el, que esas manos lo tocaran, quería tener su aroma impregnado, le quería dejar la piel roja de tanto coger, el quería saber como se vería acostada en una cama, vulnerable, sin ropa, mojada, quería verla encima de el, quería que en un punto ella ya no pudiera continuar.
Heidi- parece que el oso se fue, coronel konig está bien?- konig no respondió, estaba en su mente imaginando cada escenario que quería tener con ella en la cama, reacciono solo hasta que Heidi levanto su capucha para verlo, solo así konig reacción e impidió que viera su rostro, en que momento se puso enfrente de él?
Heidi- coronel esta bien?
Kong- ah...ah si, si estoy bien, gracias por...ayudarme a que el oso no me atacara
Heidi- no hay de que agradecer coronel, deberíamos de volver a la base, se está haciendo de noche y parece que es peligroso estar aquí de noche
Konig- me parece bien...- Los dos caminaron en silencio hacia la base, en el camino konig no podía dejar de verla, su cuerpo, como movía sus piernas, sus caderas moviéndose de un lado a otro, la forma en la que su cintura se movía, el quería que ella moviera sus caderas así arriba de él, podía ver como esas hermosas piernas se rozaban entre sí, el quería abrir esas piernas, quería lamerlas, necesitaba saber que se sentía estar entre esas piernas pálidas, que por alguna razón eran lindas, al llegar a la base Heidi se despidió y fue a su habitación con su equipo, konig se quedo pensando en todo lo que había pasado hasta que un bizarro pensamiento llegó a su cabeza...la lavandería, si el quería saber cual era su sabor, lo sabría con su ropa interior, camino rápidamente hacia la lavandería y busco entre los canastos enumerados, hasta que lo encontró, el canasto 35, el número de su habitación, busco la bolsa que tenia su nombre, parecía algo pequeña, parecía que casi no ensuciaba ropa, urgo entre la bolsa y las encontró, unas bragas de color blanco con encaje, para el eran hermosas, pero...porque se quedó pensando, realmente era buena idea? Lo que estaba haciendo era muy inaceptable, era algo raro, pero ya estába ahí, tenia sus bragas en su mano, tenian ese olor a ella, su aroma lo atraía, sin pensarlo se fue rápidamente antes de que alguien lo viera, caminaba con desesperación a su oficina, al llegar la cerró con llave apagó las luces y cubrió las ventanas con sus cortinas, se sentó en su silla y se quedó observando esas bragas, eran algo pequeñas pero lindas, nuevamente un bulto crecía entre sus piernas, ahora empezaba a notar una mancha húmeda que se formaba en su pantalón, estaba soltando líquido pree-seminal, no lo podía evitar porque tenía algo muy íntimo de ella, algo que usaba y tenia su sabor y aroma impregnados, rápidamente bajo el cierre de su pantalón revelando su gran miembro duro, su bóxer estaba algo húmedo, claramente ya estaba en un punto de exitacion alto, sentía como su miembro palpitaba, ya no lo podía soportar más, de forma desesperada bajo su bóxer, realmente estaba grande, estaba tan duro se podía mantener firme, sin dudarlo empezó a masturbarse con las bragas puestas en la punta de su miembro, la tela lo calentaba rápidamente, movía su mano rápido mientras jadeaba, cada vez que subía y bajaba su mano la podía ver, podía ver a Heidi encima de el brincando con fuerza, la quería tener ahí, que ella lo estuviera cabalgando con fuerza su miembro, necesitaba sentirla, no podía dejar de pensar eso, paso un buen rato masturbandose con esas bragas que estaban ya algo húmedas
Konig- aaahhh~ Heidi...Heidi- este no dejaba de gemir su nombre, lo hacía con desesperación mientras más rápido movía su mano, el quería más, recordó ese momento en el que ella pego sus pechos a su espalda, era tan cálido sentir como lo toco, tenía tantas ganas de follarla día y noche, se encontraba sudando, estaba sonrojado, mordía sus labios mientras más la imaginaba, el estaba llegando a su límite, agarro las bragas y las pego a su boca, tenían su sabor, definitivamente ese era su sabor, era dulce, tenían su olor, no pudo evitar lamerlas y así es como termino, con un gran suspiro que provocó que se erizara su piel, arqueo su espalda y dejó salir una gran carga de esperma caliente, era mucho que estaba guardando, sus manos se llenaron de esperma, el habia echo algo malo pero se sintió muy bien, simplemente no pudo evitar sonreír de forma muy perversa, estaba decidido a tener más que sus bragas, queria ir más lejos de lo que ya estaba.
Konig- aahh...Heidi, sabes muy bien cariño...- este ya estaba preparado para hacer lo peor, limpio la escena y salió de su oficina, dejabo de su capucha había una cara de satisfacción, esa cara que demostraba superioridad ante ella, haría lo que fuera para tenerla solo para el.
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𝓞𝓫𝓼𝓮𝓼𝓲ó𝓷 𝓭𝓮 𝓪𝓶𝓸𝓻~❤
RandomHeidi era la líder de un grupo de chicas que estaban en las fuerzas especiales, su grupo era conocido como "las lechuzas" ya que trabajaban de forma muy silenciosa y eran algo "peculiares" cada una, su equipo fue reclutado en las fuerzas militares...