Will despertó sintiendo el frío recorrer su cuerpo a pesar de estar apresado con mantas de algodón que tanto había deseado comprar el moreno por capricho propio y porque combinaban a juego con el color de la habitación, soltó un gemido bajo quejándose al no sentir el pecho de su pareja. Se sentó frustrado en la cama vacía mirando con molestia alrededor de la habitación buscando rastro de su pareja, pero para su mala suerte Demian no se encontraba allí, sus manos tallaron sus ojos con fuerza tratando de no volver a caer ante el sueño, bajó sus pies descalzos tocando el frío suelo estremeciéndose ante el tacto, sonrió al sentir como las pantuflas envolvían cálidamente sus pies y sin esperar más se levantó de la cama envuelto entre las mantas en busca de su chico.
Observó la puerta del baño pero esta se encontraba entrecerrada y con la luz apagada descartando la idea de que Demian se encontrará allí, se dirigió con pasos lentos hasta la puerta de la habitación y la abrió suavemente para evitar hacer algún ruido, bajó las escaleras sosteniéndose fuertemente de la barandilla para evitar caerse. Se quedó de pie enfrente de la cocina respirando profundamente el dulce olor a chocolate caliente y galletas recién horneándose, sonrió tontamente al escuchar como Demian tarareaba torpemente una canción, se había despertado tan temprano solo para preparar el desayuno y llevárselo hasta la habitación, realmente amaba a ese hombre. Camino hacía él con pasos lentos y suaves, una vez teniéndolo cerca rodeo sus brazos en su cintura mientras hundía su rostro en su espalda, aspirando el olor a chocolate que se había impregnado en él.
-Amor, ¿ya estás despierto?- Las cálidas manos del moreno tomaron las del castaño entrelazándolas dulcemente.
-No podía dormir sin mi fuente de calor en un día tan frío como este.- Una sonrisa divertida se pintó en el rostro de Demian, y el castaño simplemente veía embobado a su pareja mientras sonreía dulcemente.
-Lamento haberte despertado tan temprano un domingo, pero quería llevarle el desayuno a mi futuro esposo.- Las últimas tres palabras bastaron para pintar el rostro del castaño en un millón de tonos rojizos, el calor de sus mejillas hizo que todo su cuerpo olvidará el frío que estaba sintiendo hace unos instantes y el moreno rio divertido al sentir aquel calor en su espalda.
Demian separó sus manos del agarre de su pareja dejándolo confundido, volteó su cuerpo mirando fijamente el rostro de Will, sus mejillas sonrojadas, sus labios rosas y esponjosos, sus ojos verdes los cuales brillaban al verlo, amaba cada facción de su pareja; beso con dulzura la frente de su amado recibiendo una risilla como respuesta, ambos jóvenes se volvieron a mirar intensamente y sin decir alguna palabra sus labios se acariciaron suavemente, las frías manos del castaño tomaron las cálidas mejillas del moreno tratando de profundizar el beso, y esté captando el mensaje lo tomo de la cintura para apegarse más a él. Era un beso suave y tranquilo, uno de esos que te hacían sentir suficiente y amado, que no era un simple acto de deseo sino que de amor y ternura.
Piiip Piiip. Fue el sonido que rompió la hermosa atmósfera que se había creado alrededor de ambos amantes. Demian separó el beso dándose cuenta que era la alarma del horno indicando que las galletas ya se encontraban listas, Will tuvo que alejarse de los cálidos brazos de su amado y soltó un leve suspiro al volver a sentir el frío del ambiente envolver su cuerpo. Miraba somnoliento cada acción de Demian, sus párpados pesaban de gran manera y aquello no pasó desapercibido por el nombrado.
Demian sacó las galletas del horno para colocarlas en un plato con sumo cuidado de no quemarse o dejarlas caer, sirvió el chocolate caliente en dos tazas y llevo todo a la mesita del salón, Will caminaba detrás suyo observando confuso del porqué el desayuno se encontraba enfrente del sofá y no en la mesa del comedor. El moreno se sentó cómodamente en el largo sofá tanteando el espacio vacío, indicando al castaño que tomase asiento al lado suyo, y eso hizo, pero de una forma distinta a lo que esperaba el moreno. Se acercó lentamente hacía el sofá, con cuidado y sin previo aviso se sentó entre las piernas del moreno, se acurruco en su pecho sintiendo la calidez de sus brazos al rodearlo, acomodó la manta -que anteriormente traía puesta- entre ambos y cerró los ojos simplemente escuchando la respiración calmada de su pareja.
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𝐓𝐮 𝐜𝐨𝐦𝐩𝐚ñí𝐚
RomanceWill quería un trabajo para poder salvar a su abuela, mientras luchaba con sus pesadillas, y Demian estaba cansado de escribir cosas de amor sin aún conocerlo. ¿Y si lo único que necesitarán es la simple compañía del otro?