Broke Head | Odehan, Xdinary Heroes.

Capítulo 12

Take it easy. 🐇

Han se acercó al joven que se retorcía en el suelo del dolor. —¡¿Estás bien Jungsu?! —Lo veía muy malherido, la nariz sangraba y tenía inchazón en los ojos. Posó sus manos sobre él en un intento de hastiar sus bruscos movimientos y que este se tranquilizara de alguna manera. —Tranquilo, llamé a los guardias, ellos se encargán de ese animal.

—¡Hyeong Jun, llévame a enfermería!—Jungsu no sabía ni en qué posición estaba, sólo intentaba disminuir el dolor de su cara y sus brazos con quejidos, aunque claramente eso no ayudaba en nada.

—No puedo cargarte, ¡pesas demasiado!

No siguió más con la discusión y lo ayudó a pararse del suelo, con mucho cuidado. Una chica y su amigo que pasaban por ahí decidieron ayudarlo a llevar a Jungsu, con mucho cuidado, a la enfermería entre los tres.

Ahí en ese lugar pasaron con la enfermera, muy sorprendida de reconocer al joven de cabello blanco, le brindó servicio al mismo en ese instante. El pelinegro quedó solo en la sala de espera, observando el lugar, concientizando que todo lo que acaba de ocurrir podría haberse evitado sí sólo le hubiese escuchado. Ahora su amigo más cercano tenía la cara destrozada, al igual que sus muy amados Joggers blancos sumamente embarrados de suciedad.

Se culpaba mucho por eso, incluso pensó que tal vez era a sus amigos un maldito imán para la mala suerte, en el que atraía desgracias, insultos y mierda para sus seres queridos.

     Primero mamá y papá, luego a mí mismo, incluso al tipo raro de la camioneta ¿y ahora a JungSu? Debo de estar maldito o algo así.

     No no, tranquilizate. No te alteres por eso.

Una bombilla parecía haber iluminado el rostro del joven, causándole una mueca y la increíble rapidez que tuvo en revisar un bolso de su mochila, rebuscar entre muchos medicamentos y sacar un frasco de vidrio transparente, en el cual sacó dos pequeñas píldoras que estuvo a punto de ingerir.

     Idiota, ¿Quieres terminar en el hospital de nuevo? ¡sólo es una!

Y bien terminó tratándose solo una, esperó a que esa sola píldora tranquilizante sea suficiente. Por un segundo memoró haber estado en un lugar así, tal y como un deja vú, ese olor del consultorio le resultó muy familiar. ¿Es acaso que todos los consultorios huelen igual?

Luego de varios minutos, la enfermera volvió a llamarlo, su amigo ya estaba vendado y tratado. La señorita no hizo más que darle algunas recomendaciones más y con gusto los retiró del consultorio.

—¿Tomarás la siguiente clase así? —comentó mientras lo llevaba a algún lugar con aire fresco.

—Sería cien veces peor sino lo hago, no quiero romperme la cabeza estudiando después.

—Jungsu, tu cabeza ya está parcialmente rota. Además, creo que deberías hacerle caso a la enfermera y descansar e irte a casa. Tal vez eso sea lo mejor.

—Ni hablar. No mantengo mí racha de ser el mejor estudiante, solo después de Sullyoon, —Aclaró. —  holgazaneando en mí casa y lloriqueando por unas tontas heridas.

—¡Pero esas heridas no fueron culpa tuya! No veo justo que te sigas exponiendo a sufrir alguna resaca o dolor de cabeza por una tonta clase. —El otro chico lo miró algo enojado. —Vamos, Sullyoon y yo nos encargaremos de explicarte lo que nos enseñen en clase, tú sólo ve a casa.

—¡Que no! ¡Voy a ir a esa clase y nadie vendrá a camb-

—¡Hola! —Alguien se asomó por detrás de ellos, no pudo evitar escuchar su disputa y reconoció al chico peliblanco. —¿Eres tú el chico al que golpearon por el Imbécil del equipo de fútbol, no? Veo que estás mejor.