¿Destinados? (Harry Potter y tú) // 2

Los "Sangre Sucia"

En resumen la clase de Gilderoy termino con Duendecillos de Cornualles esparcidos toda la clase.

Neville termino colgado de una farola del techo.

Y cuando Lockhart quiso enviarles un hechizo, estos le quitaron su varita y la tiraron por la ventana.

Al sonar la campana todos salieron corriendo mientras Lockhart nos encargó a nosotros cinco volver a meter a los Duendecillos a su lugar.

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Habíamos planeado ir a visitar a Hagrid el sábado por la mañana.

Pero Angelina Johnson me despertó con un zarandeo varias horas antes de esa visita.

— ¿Que pasa? — pregunté aún medio dormida —

— Entrenamiento de Quidditch, Oliver me mandó a despertarte — respondió Angelina siendo seguida por unas adormiladas Katie y Alice — ¡Vamos! —

— Pero... Apenas está amaneciendo — respondí viendo hacia la ventana —

— Ahora entrenar antes del amanecer es parte del programa de entrenamiento — suspiro Katie —

Salí de la cama y busque mi túnica de Quidditch.

— Te esperaremos en la sala común, tienes quince minutos — Angelina y las demás salieron de la habitación —

Encima de la túnica roja del equipo de Gryffindor me puse un suéter ancho para no pasar frío, le escribí una nota a Hermione explicándole mi ausencia y baje junto a mi Nimbus 2000, dónde me esperaban las chicas.

Harry iba saliendo de la sala junto a Colin Creevey.

— ¿Lista? — me preguntó Angelina —

— Si, vamos — respondí —

Al pasar por el retrato casi me tropiezo con mis propios pies del sueño.

Al llegar a los vestuarios pude ver a lo lejos a Colin subiendo por las gradas.

El único que parecía estar despierto completamente era Oliver.

Los gemelos estaban sentados, con los ojos hinchados y el pelo sin peinar.

Alicia Spinnet se había apoyado a una pared para poder regresar a dormir.

Katie y Angelina bostezaban a la vez que yo me recostaba en una silla.

— Veamos, ya que han llegado, quiero decirles unas palabras antes de que saltemos al campo, porque me he pasado el verano diseñando un programa de entrenamiento completamente nuevo, que estoy seguro de que nos hará mejorar. —

Oliver sostenía un plano de un campo de Quidditch, lleno de líneas, flechas y cruces en diferentes colores.

Con la varita mágica dió un golpe en los planos y las flechas comenzaron a moverse como orugas.

En el momento en el que Oliver comenzó a decir su discurso, la cabeza de Fred cayó sobre el hombro de Alicia y empezó a roncar.