𝟎𝟓. 𝐑𝐞𝐞𝐧𝐜𝐮𝐞𝐧𝐭𝐫𝐨...

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Sus ojos se abrieron y ella se levantó agitada

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Sus ojos se abrieron y ella se levantó agitada. Trató de controlar su respiración, pero aún se encontraba perpleja. Pasó su mano por su frente y se pudo dar cuenta de lo sudada que se encontraba. Tragó en seco avergonzada de sus pensamientos morbosos.

De nuevo había soñado con ellos.

Su mente le había vuelto a jugar una mala pasada. Eso ya no era normal.

Desde que vio a esos chicos no había parado de pensar en ellos, no había pasado ni un solo día en el que no los recuerde. Y lo más jodido de todo es que por las noches soñaba que los volvía a ver... pero no de una forma tierna.

Se despertaba como le acababa de pasar y su cuerpo ardía por un poco de contacto, su instinto y su lobo le gritaban que los fuera a buscar y volver a sentir que se encontraba completa a su lado.

Esos olores mezclados la volvían loca, los recordaba, pero desgraciadamente no era lo mismo que olerlo cada día. Empezaban a desvanecerse y eso por alguna razón la ponía demasiado triste.

Anhelaba volver a verlos. Deseaba de todo corazón encontrarse con ellos algún día.

Cerró los ojos unos segundos y un suspiro se escapó de entre sus labios.

Levantó la cabeza y observó como el sol sobresalía por la ventana del dormitorio. Al parecer SeungWon aún dormía y el peluche que le dio era apretujado por sus musculosos brazos.

Ella no pudo evitar sonreír por esa escena. Rebuscó a su lado y al encontrar su teléfono, tomó una foto de su amigo como recuerdo, y puede que también para chantajearlo algún día.

Se deshizo de las sábanas para bajar de la cama, pero al observar lo que había abajo, abrió sus ojos como platos.

Mierda.

Volvió a suspirar irritada.

Contrario a lo que les sucede a muchos, ella no solía levantarse con una erección matutina, pero desde que encontró a aquellos omegas su cuerpo reaccionaba como le daba la gana.

¿Y ahora que demonios hago?

Después de pensarlo durante un rato, finalmente se levantó y agarró unas cuantas prendas de su amigo para entrar a ducharse. Ayer salió de su casa en pijama por lo apurada que estaba, pero igual no había problema en agarrar la ropa del chico.

Su confianza era enorme. Hasta tenía las llaves de su departamento, ¿había falta decir más?

Cuando su cuerpo entró en contacto con el agua caliente enseguida se relajó, podía sentir como se iba tranquilizando poco a poco. Su miembro dejó de palpitar y aquella erección se deshizo. Le avergonzaba en demasía como estaba reaccionando, no había hablado mucho con ellos y nisiquiera se veían cada día.

Eso no podía ser otra cosa más que...

Sus ojos cerrados se abrieron ante sus pensamientos, las gotas de agua se deslizaban de sus pestañas hasta el suelo. Su boca se entreabrió y en un intento de borrar aquella loca idea, se pasó las manos por el cabello y tiró su cabeza hacia arriba, dejando que el agua penetre en lo más profundo de su ser.

❝𝐍𝐮𝐞𝐬𝐭𝐫𝐚 𝐀𝐋𝐅𝐀❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora