Dímelo.

0 0 0
                                        

No es solo vivir, es sentirse vivo.

- Ya llegué Eliz, mamá está en casa.

Al instante Eliz empezó a correr desde su habitación hasta donde se encontraba ella, tenía pensado abrazarla pero de inmediato cuando vio a un niño con ella no lo hizo.

- ¿Mamá quién es él?

- Es tu nuevo hermano mayor, se llama Nicola.- Dijo con amor mientras lo abrazaba y posteriormente a ella también.

Eliz y Nicola se vieron a los ojos, ella parecía un poco molesta y él estaba incómodo.

Ella con tres años recién cumplidos y él con cinco, a punto de cumplir seis.

- Niños, vayan a jugar un rato para conocerse.

- Bueno madre, como digas. – Comentó Eliz tranquilamente mientras se iba caminando y le hacía una seña a Nicola.

Él la siguió y salieron al patio trasero que tenía Azul.

- ¿Quién eres?

- Soy tu nuevo hermano, Nicola. ¿Y tú?

- Yo soy Eliz, creo que desde ahora somos hermanos…

- Así es, no podemos hacer otra cosa supongo.

- Claro… Mamá es mía, quiero que lo sepas desde muy pronto.

- Claro… Aunque no estaré mucho tiempo con ustedes… - Lo último lo dijo en un susurro que ella no entendió para nada pero que tampoco tomó importancia.

- Por cierto Nicola, ¿A qué te gusta jugar?

- Nunca jugué a nada, ¿Y a ti te gusta jugar?

- Claro que me gusta jugar, siempre juego a muchas cosas.

- ¿De verdad? ¿A qué cosas juegas?

- No sabría decirte, juego a varias cosas, las escondidas, la mancha, el gauchito ciego o el veo, veo.

- Deben ser juegos divertidos.

- Lo son, mira, ¿A qué quieres jugar? Verás que son divertidos.

- No lo sé, juguemos a la mancha.

- Está bien, la mancha es así; uno de los dos será la mancha y tu objetivo será pasarle la mancha a alguien más, puedes hacerlo tocando en cualquier parte del cuerpo de la otra persona, cuando me toques yo te empezaré a perseguir. – Explicó Eliz tras darle un toque en el hombro y salir corriendo.

- ¡Atrápame si puedes!

- Oh, claro que lo haré.

Segundos después se podía ver por todo Argentum a dos niños corriendo de acá para allá, riéndose y jugando mientras se caían, se revolcaban y se mojaban por caerse al agua.
Así han estado todo el día, hasta la hora de la cena.

-Muy bien chicos, están todos sudados, primero que se vaya Eliz a bañar y después lo haces tú Nicola. – Dijo Azul con tranquilidad. – Cuando salgas ya estará la comida así que ve a prepararte la ropa que te pondrás, está en tu habitación al fondo del pasillo a la izquierda.

EndavantDonde viven las historias. Descúbrelo ahora