¡Shut Porn! - yeongyu

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La sección fotográfica termino más rápido de lo que el pelirrojo creía. Justo ahora estaba en una banca en el parque decepcionado y pensando.

Cuando iba a ir junto a Yeonjun, un chico simplemente llegó y se lo llevó a rastras. El no puso resistencia, solo se dejó llevar.
Aunque quería reclamarle, gritarle o lo que sea, no deseaba armar una escena de "celos" porque sabía que eso diría el rubio. Ya suficiente tenía con lo que había ocurrido entre ellos esa tarde.

Tal vez Yeonjun se aprovecharía de eso y querría burlarse de él por esa acción. O por lo desesperado que se veía.

No podía negar que tenía algo de miedo, Yeonjun era un hombre único, le gustaba jugar con sus víctimas y el había caído estúpidamente ante el.

¡Pero vamos! Hablamos de Choi Yeonjun. ¡Uno de los hombres más jodidamentes calientes y sexys que el haya visto!
Aunque su dignidad parecía estar por el suelo. Había algo aún en el que no se arrepentia de haber hecho aquello. Aunque el termor fuera más grande, claro.

Ahora que lo pensaba le daba vergüenza ver a Yeonjun a la cara. Además el estaba seguro de que Yeonjun solo planeaba jugar un poco con el para saciar sus necesidades de hombre. Nada mas...

Y tal vez eso era lo que más jodida a Beomgyu. Porque el no quería solo ser un instrumento que le ayude a Yeonjun a bajar sus calenturas cada vez que se le diera la gana. Algo difícil sabiendo el tipo de hombre que es Choi.

Camino con aburrimiento hasta su casa, pero a mitad de camino la lluvia se hizo presente, arruinando la poca felicidad que le quedaba a Beomgyu de ese día.

Corrió como nunca lo había hecho en la vida, su celular en mano intentando llamar a Kai para que este pudiera ayudarlo llevándolo a casa en su auto. Pero parecía ocupado.

Tanto se distrajo que no se dió cuenta del momento en el que resbaló, causándole una fuerte caída que lo hizo chillar de dolor. Sintió una punzada en su tobillo y un fuerte impacto.

Observó como su celular había caído en un charco de agua. Cuando intento ponerse de pie para ir por el una punzada de dolor lo detuvo. A rastras llegó hasta donde estaba el aparato pero ya era tarde. La pantalla de su celular estaba completamente rota además de que ya no encendía, supuso que era por el agua.

Ahora tenía un tobillo lesionado y su celular roto. ¿Que más podría salirle mal ese día?

¡Ah, si! Que ya no sabía cómo llegaría a su casa, estando sin celular y sin poder caminar correctamente, además de la lluvia, el terrible frío y sin dinero en mano.
Y sin más, lloro. Lloro de frustración y tristeza.