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El ahora rubio se encontraba sentado frente a Beomgyu

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El ahora rubio se encontraba sentado frente a Beomgyu. El pelirrojo tenía un libro en mano que había descubierto hace poco y deseaba leerselo a Yeonjun. El mayor prestaba atención a lo que Beomgyu decía. Le estaba encantando la historia.
Sus ojos estaban perdidos en el cielo, aunque aún así escuchaba atentamente a lo que decía el pelirrojo, y este no pudo evitar detener su lectura.

— ¿Sucede algo?

— Nada extraño. — Forzo una sonrisa pequeña. — Solo que el cielo se ve increíblemente hermoso hoy.

— Siempre es así, Yeonjun. — Detuvo un momento sus palabras, frunciendo su entrecejo. — Sabes que puedes decirme cualquier cosa... Yo, se que la he cagado muchas veces, pero quiero que tengas confianza en mi si te sucede algo. Puedes decírmelo y yo intentaré ayudarte.

— Está bien, Beomgyu. De verdad.

El pelirrojo siguió su lectura no muy convencido de lo dicho por Yeonjun.
El día paso rápido y aunque Beomgyu deseaba quedarse con Yeonjun, por reglas del hospital debía irse.

Ya en la habitación asignada en el hospital para Yeonjun, el mencionado tomo las hojas que en la mañana le habían entregado, y decidido firmo lo que concordaba el pedazo de papel.

Ya en la habitación asignada en el hospital para Yeonjun, el mencionado tomo las hojas que en la mañana le habían entregado, y decidido firmo lo que concordaba el pedazo de papel

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Beomgyu subía las escaleras del hospital para dirigirse hacia la recepcionista. Está al ver al pelirrojo sonrió saludandolo.

— ¡Beomgyu! ¿Que haces aquí?

— Supongo que es algo obvio. Vengo a ver a Yeonjun. Cómo todos los días...

La pelirosa se quedó en silencio un momento, abriendo sus ojos de más.

— El vuelo era hoy, Beomgyu.

— ¿De que vuelo hablas? — Fruncio el ceño. Aquella situación no le daba buena espina.

— Beomgyu... ¿Yeonjun no te dijo?

— ¿Que no me dijo? Por favor, solo dilo.

Menciono casi rogando, estaba asustado. Sabía que algo había sucedido.

— Yeonjun firmo algo para que lo trasladarán a un hospital psiquiátrico en las Vegas... Yo crei que el te había dicho esto-

— ¿Que? ¿Estás de broma, cierto?

— No, Beomgyu. De verdad...

El más bajo no escucho nada más, simplemente corrió a la salida del hospital, para despues tomar un taxi y dirigirse a la casa de Soobin.

Sus manos estaban sudando y temblando. En su garganta se había formado un nudo, evitando que las lágrimas brotarán de sus orbes.

Yeonjun no podía irse sin decir nada.

¿Cierto?

Para el, ahora todo concordaba. La actitud de Yeonjun el día anterior, lo distraído que estaba, y... Cuando se despidió de él con un abrazo lleno de amor y un beso en la mejilla.
Las lágrimas comenzaron a deslizarse por sus mejillas. Su vista nublada le impedía ver por dónde iba el taxi. Hasta que este se detuvo.

Bajo del automóvil, pagandole al taxista y corriendo hacia la puerta, golpeando está fuertemente y recibiendo una fuerte respuesta de Soobin con un "ya voy".

Al abrirse la puerta, el más alto poso su vista en el pelirrojo, sintiendose confundido ante la repentina visita y además, la apariencia de este.

— ¿Que haces aqui?

— ¡Soobin! Yeonjun se fue. E-el se fue... —

Suspiro hondo, intentando calmar sus sollozos y que se escuchará más que balbuceos. — El se fue a las Vegas...

— ¿De que hablas, Beomgyu? Yeonjun no se ha ido.

— ¡Si! La recepcionista dijo que el habia firmado algo para que lo transladaran a un centro psiquiátrico en las Vegas.

— ¿Hablas enserio?

— ¡Si, si! Carajo, hablo muy enserio...

Soobin de inmediatamente sintió algo punzar su pecho. Saco su móvil del bolsillo para marcar el número de celular del hospital y poder pedir información.

Mientras tanto, Beomgyu observaba los actos de este mientras se limpiaba sus lagrimas con sus manos, intentando calmarse y sorbiendo su nariz.
La expresión de Soobin no era para nada buena. Y por cada cosa que le decían en el hospital, la sombria actitud de este se volvía más pesada.

— ¿A qué te refieres con eso? ¡¿Por qué carajos no puedo saber dónde está Yeonjun?! Díganme el nombre de la jodida ciudad dónde está.

Apesar de la insistencia por parte de Soobin. El personal del hospital no dijo nada, cortando la llamada.

El pelirrojo se adentro a su casa, cerrando la puerta de un portazo y dejando al pecoso afuera.

Beomgyu, sin ánimos, camino hasta su departamento que quedaba a algunas calles de dónde estaba.

A pasó lento caminaba. Sus ojos irritados y cansados de llorar. Le dolia todo su cuerpo, le dolía todo en el.
A los minutos de llegar a su departamento, se encerro en este, dandose una corta ducha para despues tumbarse a su cama y abrazar la almohada.

¿De verdad Yeonjun se había ido?

Esa pregunta rondaba una y otra vez por su cabeza. Atormentando todo de el, provocando que las lágrimas fueran más constantes.
La almohada estaba ya húmeda de las saladas gotas. Observaba la pared fijamente, rogando para que se quedará dormido y al despertar eso solo fuera una pesadilla.

Que todo lo que sucedió fue solo una pesadilla. Que el nunca hizo tal cosa que lo alejo de Yeonjun.

Que ellos eran pareja. Que ese día en el que Yeonjun se le declaró, el acepto y ahora estaban feliz los dos juntos.
Pero eso nunca sucedió, al despertar, todo seguía siendo igual. Sin saber nada de Yeonjun. Sin haberse despedido al menos.
Si el hubiera aceptado desde el principio a Yeonjun, nada malo estuviera pasando.

Esa frase se la repetia una y otra vez en su mente, pero el problema es que el "hubiera" no existe en esos momentos. No tiene mucho valor en un momeno, dónde ya todo sucedio. Dónde no hay marcha atrás y el solo debe afrontar sus errores.

Errores de los cuales se arrepentiria toda si vida.

Errores los cuales habrá deseado nunca haber cometido. Porque después de todo, el tiene la culpa de lo que está sucediendo, el fue un egoísta, que solo daño los sentimientos del mayor.

El no merece el amor de Yeonjun. Y eso Beomgyu lo sabe y se lo repite día a día.

 Y eso Beomgyu lo sabe y se lo repite día a día

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Errores?

¡Shut Porn! - yeongyu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora