Touch

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"El tacto calma lo que las palabras agitan."

-Leandro Tub





Donde Carre es inseguro sobre su cuerpo debido a lo que la gente dice y Robleis
le ayuda a superar esas malas experiencias







Sus ojos no paraban de moverse sobre su propio reflejo, cada vez con más ganas de romper el espejo en tantos pedazos como defectos podía apreciar en su cuerpo a medida que los segundos pasaban

Quería parar, quitar la mirada y seguir con su día. Pero su jodida mente le decía y repetía cada una de las palabras que le decían sus amigos y gente que conocía

Que si era bajito, que si tenía pequeños y casi inapreciables rollitos, que si tenía algunas cicatrices por heridas que se veían mal en él

Incluso, la mayoría de veces, lo habían molestado por su personalidad y su forma de comportarse

Según todos, eran pequeñas bromas en confianza pero para él fueron las gotas que derramaron el vaso e hicieron que se sintiera inseguro, cambiando su personalidad a una más tranquila y decaída (tampoco se sentía del mejor humor para actuar como siempre) y haciendo que pasara minutos y horas delante del espejo de cuerpo entero, buscando como tapar cada imperfección

La única prenda que portaba era un short para poder "apreciarse" mientras pequeñas lágrimas empezaban a asomarse en sus ojos y su cabeza empezaba a doler demasiado. Paró de observarse finalmente para limpiarse las lágrimas y sintió como alguien lo abrazaba por detrás y se apoyaba en su hombro

-¿Te estás volviendo a mirar en el espejo?- susurró adormilado

-¿Qué hacés despierto tan temprano?- preguntó de igual manera mientras sentía el cálido tacto de su esposo

-Vos sabés que siempre me despierto temprano- obvió mientras conectaban miradas a través del espejo y afianzaba el tacto que mantenía en su cadera-. Aunque vos te despertás más tarde, no hoy como veo

Intentaba centrarse en la conversación con su pareja pero su cerebro volvió a atacarle, esta vez con distintas reacciones negativas del castaño oscuro hacia su cuerpo o de gente que había susurrado a sus espaldas como era posible que andara con él cuando era un mujeriego

Una cosa era meterse con su forma de ser o su cuerpo, pero otra más hiriente para él era que hablaran de su relación

-¿Por qué estás conmigo?

La pregunta realmente descolocó al de ojos marrones, quién miró desde su lugar a su prometido y notó como las lágrimas comenzaban a caer por sus mejillas y empezaba a soltar pequeños sollozos

-Amor, no llores, ¿qué pasó? ¿Por qué decís eso?- dijo preocupado mientras lo abrazaba más fuerte

-Mirame, boludo, soy un puto desastre- sollozó el híbrido mientras se agarraba el abdomen por encima de los brazos contrarios-. Tengo un cuerpo horrible y una mierda de personalidad y vos sos... perfecto, la puta madre

-Oww, mi vida, no no- calmó el mayor mientras volteaba al menor para limpiarle sus lágrimas-. Gracias por el cumplido pero nadie es perfecto, nene, todos tienen sus defectos. Además, yo creo que te ves y sos re lindo

-Lo decís porque sos mi esposo no más- llegó al momento en el que su dolor de cabeza hablaba por él-. Tengo desperfectos por toda mi puta existencia y, aunque quiera, no puedo cambiarlo

-¿Tenés desperfectos? Bueno, a ver, sos bajito y tenés pequeños rollitos que te hacen ver re tierno- susurró mientras sus manos tocaban su abdomen-, tenés cicatrices en tu linda cara y espalda que me encantaría besarlas en todo momento- comentó mientras colocaba pequeños besos en las marcas-. Y tu supuesta personalidad de mierda, en realidad, es tan hiperactiva que me contagias tu gran energía todos los días y aprecio mucho que me alegres las horas de mi día con tu presencia

Sonrió para intentar alegrar la cara del híbrido quién no aguantó más el dolor de cabeza y se hundió en la clavícula del mayor mientras este tocaba y acariciaba lentamente su espalda para tranquilizarlo

-No quiero ver ese espejo más, la concha de tu madre- bromeó ronco y desganado el de ojos verdes

-Ya si eso le doy la vuelta más tarde, es re temprano posta, ¿dormimos hasta tarde en cucharita?- sonrió tierno el castaño oscuro

El híbrido le devolvió la sonrisa y le asintió con el cansancio que tenía. Finalmente la cabeza le había dejado de doler al sentir el tacto de la cama que compartía con su prometido junto al del abrazo del mayor

Un cálido toque que le calmaba y le reconfortaba

SᴇɴsᴇsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora