♡_TU AMOR ME SABE BIEN_♡

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Chicago, Illinois.

Ahora que ya se había mudado a la mansión en Lakewood, al salir de la clínica Candice había decidido aprovechar para hacer algunas compras en el supermercado.

Mientras caminaba por los pasillos, concentrada en su lista mental, no se dio cuenta de los ojos marrones que la observaban desde la sección de bebidas.

—¿Doctora Ardlay, eres tú? —Dijo una voz algo familiar detrás de ella.

Ella se giró rápidamente, encontrándose cara a cara con Daniel Ligan. Su expresión reflejaba una mezcla de sorpresa, ya que no esperaba encontrarse con él, y mucho menos en un lugar tan casual como el supermercado.

—Daniel... ¿Qué haces aquí? —Preguntó, al tiempo en que se saludaban con un cordial beso en la mejilla.

Él sonrió de manera despreocupada, como si el encuentro fuera de lo más natural—. Vine a visitar a una amiga y quise comprarle algo. Nunca imaginé que te encontraría aquí.

Candice lo miró divertida al notar que su carrito de compras estaba completamente vacío—. Y al parecer, recién llegas—. Dijo con una sonrisa.

—Ah, sí, aún no compro nada—. Neil también le devolvió la sonrisa. Cuando la vio entrar al supermercado, se emocionó tanto que olvidó su plan original, que consistía en llenar el carrito de algunos artículos.

«Tocará improvisar». Pensó el moreno.

—Bueno, yo en cambio, ya terminé—. La rubia dijo empujando el carrito, con intensión de caminar a la caja, a lo cual Ligan actuó rápidamente.

—No te vayas tan pronto doctora—. Él detuvo el carrito de ella y Candice abrió los ojos esperando a que hablara—. No sé cómo estés de tiempo, pero si está en tus posibilidades, ¿crees que puedes ayudarme?

Por unos segundos, ella se sintió incomoda. Observó su reloj de pulsera, realmente, tenía tiempo de sobra para llevar los ingredientes que le pidió su tía abuela para cocinar la cena—. Creo que tengo algo de tiempo, dime que necesitas.

—¡Uf! No sabes cómo te lo agradezco—. Su plan de conquista había dado inicio—. Como te decía, vengo porque una vieja amiga acaba de dar a luz, tengo intensión de llevarle algunos artículos para el bebé, pero... Como ya te habrás dado cuenta, no sé ni por donde empezar—. Habló con un tono casual, aunque había un brillo travieso en su mirada.

—Está bien, vamos a la sección de bebés. A no ser que quieras abastecer a tu amiga con todos estos licores —. Neil intercambió los carritos, le dejó el vacío a ella y él se fue empujando el otro.

El moreno se quedó en silencio hipnotizado por el buen sentido de humor en Candice, y sí, de nuevo empezó a crear sus propios castillos en el aire, viéndola como la futura madre de sus hijos.

Pasada casi más de una hora y tres cuartos, Ligan ya tenía varios conocimientos básicos, como por ejemplo: Elegir una de las mejores marcas de pampers, la importancia de que las toallitas húmedas estén libres de productos químicos que son fuertes y potencialmente dañinos para la piel delicada del bebé, jamás, en su loca vida de soltería, había pensado siquiera, que existía la dermatitis del pañal y los cuidados que se debe realizar al bebé afectado, escogieron un jabón con PH neutro, y bueno, sobre las variedades de champús en los estantes, ni hablar.

Candice suspiró feliz al ver el carrito lleno, caso contrario, Ligan estaba perplejo, nunca imaginó pagar muchos dólares por su mentira. Empacaron las compras y fueron juntos al parqueadero, Ligan la acompañó ya que él en cambio debería pedir un Uber para volver a su hotel.