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Shirou Emiya se sintió enfermo.
Ese había sido su estado principal desde la revelación de Emerald acerca de que había otra Class Card en su escuela .
De todos los lugares donde aparecer, tenía que ser allí, tan peligrosamente cerca de sus amigos y compañeros de clase. Bueno, no era como si hubiera comenzado esto por alguna otra razón, pero estaba demasiado asustado para siquiera imaginar el enorme daño de lo que habría sucedido si nunca hubiera encontrado a Emerald y se hubiera convertido en Debonair Emerald.
Esperar despierto y prepararse había sido fácil, especialmente porque había dejado que Sella se encargara de las tareas del día para prepararse para su excursión de medianoche. El verdadero problema había sido Leysritt, quien se había dado cuenta de lo que Sella había sido demasiado engreída para ver.
"¿Paso algo?" Preguntó Leysritt después de acorralarlo en el pasillo mientras Sella lavaba los platos. "Estás tenso."
"... Saldré más tarde esta noche". Respondió Shirou, mezclando algo de verdad en su excusa. "Hay algo en la escuela que necesito arreglar y me siento un poco ansioso ante la idea de dejarlo para más tarde".
Leysritt ladeó la cabeza. "¿Por qué es importante?"
"Muy." Shirou enfatizó con una sonrisa irónica. "Incluso podría escabullirme más tarde para ocuparme de ello".
"Debe ser muy importante". Leysritt tarareó con los brazos cruzados levantando su busto. "En realidad no eres tan problemático como siempre afirma Sella".
"Sí, es por eso que te lo haré saber como nuestro guardaespaldas familiar". Respondió Shirou. "Simplemente no reacciones de forma exagerada cuando nuestra puerta se utiliza en medio de la noche".
Leysritt tarareó un poco más antes de encogerse de hombros. Shirou suspiró aliviado, sólo para ponerse rígido cuando ella dio un paso adelante y se presionó contra él. "¿Quieres desahogarte?"
Por un instante, Shirou quiso negarse. No estaba seguro de qué había comenzado con Sakura, pero todavía sentía que se habían vuelto mucho más cercanos que antes. Por otro lado, realmente no había ninguna razón legítima por la que tuviera que negarse...
Al final, bajo el argumento de que realmente quería liberarse del estrés antes de su próxima pelea con un Servant que garantizaba ser más fuerte que Assassin, Shirou arrastró a un dócil Leysritt con él al armario más cercano. "Date la vuelta y agáchate. Pantalones cortos".
Dándole a Shirou una pequeña pero ansiosa sonrisa, Leysritt hizo lo que le dijo, disfrutando de su comportamiento autoritario y empujando su trasero expuesto hacia él. Es una oferta muy clara que Shirou normalmente aceptaría... pero no tan pronto.
