Tres.

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Jungkook.

Ser responsable siempre había sido algo importante para Jungkook, nunca permitiría dejar plantado a alguien por impuntualidad o simplemente no avisar en caso de tener un problema gravísimo que ocasionara que tuviera que cancelar algún compromiso con algún ejecutivo, plan con algún amigo o incluso cena familiar.
Odiaba la impuntualidad casi tanto como la falta de compromiso. Incluso cuando tenía que verse con la persona que más detestaba en el mundo. 

Y que hubiese tenido que ir casi matándose por las calles de Seúl, para llegar a su oficina, y darse cuenta que su nuevo socio no estaba y que además habían pasado veinte minutos de la hora que habían establecido, y no hubiese tenido ningún correo o algo que le avisara la razón de su retraso, le molestaba demasiado. 

Para su corta paciencia, media hora después, quien había aparecido por la puerta de su oficina, no había sido su socio, sino Kim Namjoon, abogado del susodicho. Y es que para colmo, Jungkook ni siquiera conocía, ni  a su nuevo socio, ni siquiera por apellido.
Todo lo había estado viendo con su asistente Jisoo y con su abogado Namjoon, no entendía nada. 

No lo había dejado hablar, le había dicho al abogado que estaba fuera. No quería un socio tan irresponsable y tan altanero y malparado como el tal cosmetólogo ese. Le pidió que saliera de su oficina y que diera su renuncia al próximo proyecto lo antes posible. Y que solo lo podía hacer su socio en persona, en menos de tres semanas, o tendría que pagar una enorme cantidad de dinero como remuneración. 

Jungkook no estaba de buenas ese día, había sido uno de los peores. Náuseas, dolor de cabeza, mareos constantes, y mucho calor; no estaba soportando su poco temperamento, y mucho menos el dolor que mágicamente estaba teniendo en su abdomen bajo y espalda.

(...)

Cuarto mes de embarazo.

A veces las responsabilidades dejan de ser importantes para algunos, cuando pasan a un segundo plano. Y eso es justo lo que estaba ocurriendo en estos momentos, con Jimin.

Había tenido unas semanas algo ajetreadas, pero nada se le comparaba a lo de hoy. La semana anterior había sido finalmente contratado por la empresa más importante de su vida, por la empresa que había soñado para trabajar en ella: "J. Cosmetics".

Todas las veces anteriores que estuvieron trabajando medianamente, fue por contrataciones del momento con algunos productos o imágenes que le servían para sus revistas. Pero por fin, Jungkook había decidido darle la oportunidad a la empresa " Eclipsed beauty 's JAS" de formar parte de su catálogo de empresas emprendedoras de maquillaje.

Claramente Jungkook no sabía quién era el dueño de dicha empresa, y se supone que Jimin le daría la sorpresa hoy, cuando firmaran aquel contrato.

Pero por azares del destino, esto no iba a ocurrir.  ¿Por qué? Bueno, justo ahora, Jimin estaba siendo llevado al hospital por el accidente que había tenido. 

Dos horas antes, Jimin se encontraba preparándose para su cita con "su" Jungkook. Por alguna razón que no quería comprender, su lobo estaba muy emocionado y le estaba dando consejos para la ropa que debía usar. 

— Tienes meses sin hablarme para algo que no sea sobre el cachorro, y ahora no quieres callarte— gruñó Jimin mentalmente. 

"Cállate humano, hoy tengo ganas de hablar. Estamos felices". 

Y Jimin no sabía la razón, pero tampoco cuestionaría nada. Si eso ocasionaba que su lobo volviera a hablarle, entonces estaba bien.

Todo hubiese salido de acuerdo al plan, si cuando salía de su empresa no se hubiera encontrado con la hija menor de su odioso ex jefe, todo hubiese salido bien si la chica no hubiese empujado a Jimin por las escaleras y pateado su costado antes de irse sin mirar atrás.

☯️Eclipse...☪️ |KookMin   SAGA: ¤Eclipse ¤ #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora