CAP 4. ¿Hijo?

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Como he dicho en ocasiones anteriores, soy una persona muy madrugadora. Era el primer día y estaba realmente nervioso. Yo todavía me considero un niño.

¿¡Cómo puede ser posible que me tenga que hacer cargo de más?!

Anoche, antes de dormir, Elton y yo hablamos un montón, me contó cosas nuevas del campamento y yo le hablé del sueño que tenía. Se me da muy mal hablar y no le quería contar mi vida. Pero estuvo bastante bien ver como nuestra amistad seguía siendo la misma que hace unos años.

Bueno, el caso es que me desperté más temprano que nunca, eran las 5:10 a.m. Evidentemente, mi compañero de cuarto no se había despertado aún, así que aproveché para ir a dar una vuelta.

El campamento es increíble, está lleno de árboles, y dibujos que hacen los niños por todas partes. También hay una parte llena de tirolinas y cosas por el estilo.
Estuve dos horas investigando los nuevos lugares que habían añadido desde que yo no estoy.
Finalmente decidí volver a la cabaña, a las 8 debíamos reunirnos en el mismo sitio de ayer para recibir a los niños, así que Elton ya estaría despierto.

Pues no, seguía dormido.

Me fui al baño a darme una ducha. Una vez salí me di cuenta de que faltaban 5 minutos para salir, y Elton seguía dormido.

Igual está hibernando...

—Elton, despierta— susurré dándole pequeños toquecitos, pero este parecía no inmutarse.
Seguí así durante un rato, pero no parecía escucharme.

—¡Elton levanta el puto culo que llegamos tarde!

Seguía dormido... ¿Pero este tío?

No podía dejarle ahí, iba a llegar tarde y le iban a echar la bronca, pero yo tampoco podía permitirme tardar. Me vestí ya que seguía con la toalla puesta descendiendo desde mi cadera.
Una vez me vestí, subí a la cama de Elton y empecé a saltar. Era imposible que siguiera dormido después de eso.
Pero efectivamente seguía sin inmutarse. Decidí avisar a Manu, ya que él entraba más tarde a trabajar porque la piscina no abría hasta por la tarde.

—Vale, ve yendo, yo me encargo de él, en cuanto esté haré que vaya a el punto de encuentro.— Me consoló bastante, así que salí de la habitación y me dirigí al sitio.

Los niños llegaron y Elton aún no estaba, ¿Qué cojones hace Manuel?
Me encaminé hacia las habitaciones con intención de hacerme cargo yo mismo de la situación, pero vi como Elton llegaba con cara de cansancio mientras se acercaba a nosotros.
Cada vez estaba más cerca, y pude ver con claridad su cara...

MANU TE ODIO ¡¿QUIEN ME MANDA CONFIAR EN ÉL?!

Elton tenía los labios pintados de rojo, un bigote que le llegaba hasta las orejas, mocos pintados simulando que caían de sus agujeros y una cresta absolutamente tiesa, que seguro que la había hecho con mi espuma de los rizos.

—Buenos días campistas— Bostezó mientras las palabras salían de su boca. Todos los niños comenzaron a reír a carcajadas y Elton les siguió fingiendo que sabía lo que pasaba.
Mis amigos y el resto de los monitores también estaban riendo, pero nadie le decía nada. Vi como su tío se acercaba, así que le agarré fuertemente del brazo y me alejé con él de ahí.

—Vamos ahora mismo a la habitación— estaba muy enfadado con Manu, y se me podía notar en la cara.
—¿Por? ¿Es que quieres...? ya sabes...

Me quedé tieso ante las palabras que acababa de pronunciar con un supuesto tono seductor.
¿De verdad estaba pensando en eso? No creo que sea gay, y aunque lo fuera, es mi amigo, ¿Qué narices está diciendo?

¿QUE ES LO QUE NOS PASA?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora