CAPÍTULO 1: ¡Porfin verano!

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Cuando te haces mayor, o bueno, adolescente, hay muchas responsabilidades que tienes que asumir, y muchas decisiones que tienes que tomar. Tienes que trabajar, que estudiar, y estás agotado todo el día. En definitiva, es una mierda.

Recuerdo cuando era pequeño, evidentemente todo era más fácil. Mi madre me hacía la cama, la comida, y yo, yo solo jugaba con mis juguetes.
También recuerdo los veranos, eso era lo mejor. Yo solía ir a un campamento los tres meses que duraban las vacaciones. Estaba durante el curso entero esperando a que llegara el 25 de junio para ir a ver a todos mis amigos y jugar con ellos. Pero ya hace años que no voy, dejé de ir en cuanto mi madre decidió que a los 12 ya era lo suficientemente mayor como para quedarme solo en casa. Ah claro, no he aclarado eso, mi madre trabaja todos los días de verano, solo tiene vacaciones en navidad, por eso me mandababa al campamento.

Volviendo al tema de antes, o más bien dicho, a la crisis existencial de antes. Mi cumpleaños está muy cerca, tan cerca que es en dos semanas.
La verdad es que no se si quiero, es decir, siempre he querido llegar a los 16 años, podría decirse que es la edad de mis sueños. En todas las típicas pelis americanas, los protagonistas tienen esa edad, así que, como absoluto fan de las series Disney, quería de algún modo sentirme parte de ellas.
Pero ahora, teniendo en cuenta lo que supone llegar a esa edad, la verdad estaría bien ser Peter Pan, es super guapo, pero muy pero que muy guapo, y además no se tiene que preocupar por nada, no crece nunca.

Odio esta sensación.

—Samuel Andaloza, levanta ahora mismo y atiende a la clase. — Noté como un chorro de agua me caía por la cabeza bajando por todo el cuerpo y mojándome la camisa del uniforme. Se me transparentaba todo.

—Estoy despierto, completamente despierto. — digo una vez me incorporo dando un bote sobre la silla. —Lo que pasa es que quería ponerla a prueba, a ver si se preocupaba por que sus alumnos atendieran en clase. — Soy consciente de que he puesto la excusa más tonta del mundo, pero eso no es lo peor —Oh, entiendo, entonces ¿llevas poniéndome a prueba todo el curso? —
Como decía. Lo peor es que ya había puesto esa excusa unas cuantas veces este curso…

El resto de la clase Ms. Ortiz me tuvo junto a ella de pie, según ella, ayudándole a explicar al resto de mis compañeros la guerra de los 100 años, porque como había atendido en todas las clases me la sabía a la perfección. “Samuel, ahora no salgas, quiero hablar contigo sobre una cosa” fue la frase con la que mi profesora de historia acabó de machacarme.

Una vez la clase había terminado, me senté encima de uno de los pupitres y dirigí la mirada a la señora.
—Samuel, tú siempre has sido un chico que no saca las mejores notas— comenzó a decir. “no me digas”. —En el colegio somos conscientes de que no tenéis la mejor situación económica ahora mismo, y por eso te concedimos la beca, pero sabes que las becas no se regalan, tienes que esforzarte más. —Intenté responder poniendo otra excusa pero me di cuenta que no era el mejor momento para mis bromas estúpidas.
—Lo sé, prometo por mi camaleón que voy a estudiar mucho más el año que viene.

Ups, no tengo camaleón...

Ms. Ortiz solo asintió y colocó su mano en mi hombro mirándome con una cara de ¿comprensión? La verdad es que no lo sé, lo importante es que justo después, movió su cabeza hacia un lado señalando a la puerta con esta, dándome a entender que podía marcharme.

Salí casi dando brincos de la clase y corrí hacia donde estaban mis amigos. Fue fácil localizarles porque siempre nos ponemos en el miso sitio. La puerta para entrar al polideportivo está puesta al final de un pequeño hueco con escaleras, no se si me explico, y ahí es donde vamos entre clases.
Vi por detrás el largo y pelirrojo pelo de mi mejor amiga, Victoria, y me abalancé sobre ella dándole un susto.
—¡Cabrón! —La verdad es que con su voz aguda no pega nada que diga palabrotas, pero siempre las suele decir. —Uy Vic, vas a ir al infierno por lo menos eh.— Juego con ella haciéndole rabiar.

—Bueno mi Lady, ¿qué te ha dicho la profe? — Esta vez interviene mi mejor amigo. Sí, tengo dos mejores amigos, pero es lo que toca. Nico tiene el pelo muy oscuro, pero no llega a ser negro, y sus ojos son iguales, sin embargo, su piel es bastante clara.
Conozco a Nico desde que nacimos. Nuestras madres son muy amigas así que somos como hermanos.

—Pues lo de siempre— miento. —Ah, y deja de llamarme así gatito. — le digo respondiendo con la misma broma, aunque en verdad no me moleste, se que lo dice con cariño.
Cuando éramos pequeños, y, para que mentir, ahora también, los dos veíamos la serie de Disney Lady Bug, y cuando salí del armario y le dije que soy gay, cambió el apodo con el que se refería a mi en ese momento por Mi Lady, como en la serie, refiriéndose a mariquita, de marica, de gay… Bueno creo que se entiende. Y como respuesta, yo le llamo gatito, como a Cat Noir.
Le dejo llamarme así, pero solo a él. Tengo la mejor amistad que se puede tener y se que no lo dice a malas. De hecho, cuando unos de nuestra clase le escucharon llamarme así y quisieron repetirlo pero con tono de burla y entre risas, Nico les pegó una paliza increíble y les dijo eso mismo, que él es el único que puede decirme así.

Terminó el primer patio, y comenzamos las clases de por la tarde. Después de sufrir el infernal y agotador último día de clase, Lorena, Nico, Vic, y yo fuimos al campo de futbol de nuestro barrio para comer unas patatas mientras veíamos a Manu, otro de nuestro grupo, entrenar.
Manu juega realmente bien el futbol, pero yo me suelo fijar más en el resto de jugadores cuando se quitan las sudadas camisetas de encima y las echan en el suelo.

—¿Otra vez? De verdad que no vamos a dejarte venir más eh— Dijo Loren mirándome intentando aguantarse la risa. —Pero no mires a mi novio eh.

—No te preocupes, Manu es todo tuyo.
Veo como el resto nos miran con caras de hartazgo, y algunos incluso tapándose la cara con sus manos. Loren y yo siempre nos peleamos, a broma, sobre quien del equipo está mas bueno. Ella evidentemente defiende a Manu, con quien lleva 2 años, y yo, bueno, cada día elijo a uno diferente, quiero decir, todos son muy… bueno, ya sabes.

Los cinco estuvimos toda la noche fuera. Fuimos a una pequeña fiesta que organizaban unos del equipo de Manu para celebrar el final de curso.
En esta, había una enorme hoguera para lanzar todos los apuntes, cuadernos, partes y exámenes. Podía apreciarse el buen rollo que hay en mi instituto, no todos somos amigos pero todos nos llevamos bien, dentro de lo que cabe.
Imitando la acción de todos, tiré mis cosas a la hoguera y ví como se convertían lentamente en cenizas, al igual que el curso. Por fin empezaba el verano.

Holaaa 🌼🌼

Decidme si veis fallos porfaas <3


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