𝑂𝑛𝑒 𝑆ℎ𝑜𝑡 •𝑅𝑎𝑛𝑑𝑜𝑚

🌺63. Prince Nuada.

Personaje: Silverlance Nuada.
Película: Hellboy.

Narradora.

Por todos lados mirabas aburrida la habitación. Enfadada con tu príncipe al negarse a compartir el lecho, sin cumplir su obligación como compañero; complacer a su mujer.

—Nuala ¿Sabes dónde está Nuada? —preguntaste al toparte con tu cuñada al salir del lecho.

—Estaba entrenando en la arena de guerreros.

—Gracias hermosa.

Te despides caminado hacia la dirección dada.

—¿Alguien quiere ser mi contrincante? —pregunta el príncipe con sorna.

—¡Yo!, yo luchare con usted mi príncipe.

Caminas segura, quedando frente al Elfo, tu mirada demostraba complicidad con tu pareja y a la vez rebeldía.

—¿Mi mujer? Es un halago mía amor.

—Luchare hasta que mi príncipe pueda quedar bajo de mi complaciendome como debería de ser.

—Mi compañera —Se acerca, quedando su rostro entre tu cuello y oido —Eres tan insaciable, me vuelves loco.

—Ha que hora empezamos ¿No estará el príncipe cansado?

—Para mi mujer nunca —afirma sin dejar de verte con su doble intención, mientras saca su espada y está empieza a cobrar forma.

Para nada sabías que a Nuada le gustaba verte desearlo, formar parte de él durante toda la noche y  parte de la mañana era gimiendo su nombre mientras te llenaba de su semilla con la intención de ver tu vietre hincharse al llevar a su primogénito.

—¿Lista mi amor?

—No te contentas Nuada.

—No lo haré.

Los sonidos de espadas resonaban con fuerza mientras los observadores felicitaban a la pareja y otros más ancianos con disgusto al ver a la princesa entrenando y no reposando con su vientre hinchado para su esposo.

(...)

La habitación daba calor a la pareja mientras el macho no dejaba a su pareja tranquila luego de dos orgasmos dados con fervor.

—¡Nuada!

Decías su nombre sin parar como si tu vida dejara tu último aliento diciendo su nombre, tu respiración agitada y tus ojos casi blancos decían lo bien que te complacía tu esposo.

—¿Cansada ya mi amor? ¿No eras tú que querías tenerme?

—Hablas mucho amor —Lo miras y cambias rápidamente dejándolo bajo tuyo —solo quería cambiar —ríes suave mientras movías  tus caderas.

Sus jadeos eran fuertes, cualquiera que pasara por el pasillo caminaba rápidamente para no morirse de vergüenza o estar incómodos.

Nadie se atrevía a interrumpir su momento fogoso, no si querían que el príncipe Nuada desatara su frustración con cualquiera por alejarlo de su pareja.

Su mal humor se notaría a kilómetros.

Pero si se trataba con urgencia solo cambiaba el hecho de no matar a nadie.

Pero ese era el menor de sus problemas al ver cómo la guerra estaba por comenzar y como lo alejarían de su familia y hermana.

Pero no contaba que su preciada hermana fuera una de las causantes de alejar a su mujer.

Para cuando los Elfos y humanos se juntaron en la batalla sangrienta las  almas de los desafortunados se perdía en la oscuridad.

Cuerpos mutilados, la lluvia y la sangre se hacían uno en el suelo mientras la lucha continúa.

El príncipe Nuada quería venganza y la desató por tu amor.

Te traería de regreso a su lado, a ti y a su deseado hijo que llevabas en el vientre.

Porque su conexión contigo era tan grande como el de él y su hermana y sentía tus cambios repentinos.

Por su conexión sabía que seguías con vida y no estabas muerta como lo hicieron creer al tratar de someterlo dejándolo débil para que no pudiera sentirte aunque estuvieras en el mismo techo donde también estaba Nuala.