«Patético», pensó para sí misma cuando su padre le presentó a Carlos Santana.
—¿Me estas escuchando?—preguntó este interrumpiendo su pensamiento —. Parece que no te interesa conocer a nuestro nuevo socio, ¿verdad?
Esbozó una sonrisa fingida solo para decir lo más grosero que pudo ocurrirle.
—No es mi tipo—respondió mientras volvía a mirarlo de pies a cabeza y viceversa—, pero puede arreglarse.
Su padre estaba al borde de la locura.
—¿¡Qué dijiste niña malcriada!? ¡No te crie para que seas grosera con la gente!
Amelia miró a su padre disimuladamente solo para agregar algo peor.
—Se te nota la vena, papá.
No pudo más y sin pensarlo intentó golpearla, pero fue detenido por una mano fuerte y firme.
—No se atreva hacerlo—dijo fríamente Santana—. En mi presencia... no se atreva hacerlo—agregó para luego soltarle bruscamente la mano.
Estas palabras desencajaron al señor De Oliveira quien se sabía era un hombre de carácter firme y severo. Varias veces la muchedumbre de la mansión había sido testigo de como golpeaba a la entonces pequeña Amelia. Nunca se detenía a pensar en el daño físico y psicológico que le provocaba a su hija cuando no hacía lo que le pedía, estallando cada vez que no acataba sus órdenes al pie de la letra dejando a la indefensa niña cubierta de moretones por todo su cuerpo abriendo las heridas de la golpiza anterior que no terminaban de sanar.
«Anda, golpéame como siempre lo haces».
El padre aclaró su garganta para continuar con el acuerdo al que llegaron.
—Discúlpeme, creo que amanecí muy nervioso hoy.
—Como todos los días...—agregó la jóven.
Este hizo un gesto con los labios intentando reprimir la maldición que estuvo a punto de decir.
—Parece que me equivoqué al aceptar este acuerdo—comentó Santana—. El tipo de relación que tenga con su hija me tiene sin cuidado, pero no toleraré el maltrato físico.
Santana era un joven de 23 años muy solitario, de carácter frío y calculador, de muy pocas palabras y sentimientos reservados. Sin embargo, cuando presenció aquella situación inmediatamente lo impidió como un acto de reflejo. Después de todo, quien nada más que él para saber lo que se sentía ser tratado de esa forma.
«Este hombre es como aquel tipo que me compró para convertirme en un cíborg», pensó mientras le observaba para luego dirigirse a la muchacha.
—El trato sigue en pie, no hay cambios—se acercó casi amenazante al hombre mayor pero sin mostrar emoción alguna—. Siempre y cuando respete el contrato.
«Perfecto», pensó sonriendo con malicia el codicioso hombre.
—Como usted diga, señor Santana—respondió de manera jovial a su nuevo socio—. Mañana a primera hora ejecutaremos el plan.
Y sin decir más se marchó sin siquiera despedirse ni darles una última mirada.
***
¡Hola! Esta es una historia en desarrollo.
Para los fans de Super Campeones les traigo un fanfic con el poderosísimo Carlos Santana. Le dedicaré mucho trabajo para escribir una historia digna del género y que el lector viva en carne propia los sentimientos.
Por favor, si vas hacer alguna crítica que sea constructiva. No hay que destruirnos mutuamente.
Bueno hasta aquí llegó mi mensaje.
¡Nos leemos! :D
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Corazones Atados #premiosadam2024
FanficAmelia De Oliveira es una joven de 24 años perteneciente a una de las familias más prestigiosas y adineradas de Brasil, dueños de una marca de ropa muy conocida en el país. Consentida por su madre, pero odiada por su padre, adquirió una actitud egoí...