Capitulo 2

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6:45 A.M.

El sol ya había comenzado a salir hace unos minutos, y los rayos de este empezaban a molestar los ojos de aquel ojiazul que había trasnochado por culpa del tritón que había descubierto en el bote pesquero de su padre buscando su pequeña guitarra.

Richard se levanto de su cama y procedió a ir al baño para lavarse los dientes y darse un baño caliente en la tina no sin antes buscar su ropa limpia en el pequeño ropero de su cuarto.

Abrió el grifo del agua caliente y espero unos minutos para que la tina se llenase un poco, mientras aprovecho para cepillarse los dientes y lavarse un poco la cara, el sueño aún estaba presente pero no podía permitirse seguir durmiendo si quería terminar sus deberes a tiempo para encontrarse al tritón en el viejo faro abandonado.

Cuando la tina se lleno considerablemente, se desvistió, apagó el grifo y se metió lentamente en el agua calientita, se quedó recostado unos minutos mirando el techo del baño mientras pasaba el jabon por su piel pálida, no podía parar de recordar en lo que había ocurrido a noche, nadie le creeria lo que había pasado, pero igualmente no tenía pensado para nada decirle a alguien lo ocurrido, o bueno, tal vez si, pero no estaba muy seguro de ello.

El joven regresó a lo que estaba haciendo y terminó de bañarse para salir del baño e ir avanzando con las cosas que tenía pendientes, se secó el cuerpo y se vistio, se dirigió a su habitación y procedió peinarse el cabello, Salió para la cocina y antes de entrar en ella escucho unos golpes que llamaban a la puerta, se acercó y abrió para ver de quien se trataba.
Era su amiga Melissa, traía una canasta con una bolsa de papel llena, la chica lo saludo y él devolvió el saludo algo confundido.

-Meli ¿como estas? ¿que haces aquí hoy? Pasa-

-¿Como que qué hago aquí? El pan ¿lo recuerdas? Tu mamá siempre se lo encarga a mi mamá-

La joven entró a la casa, sacó el pan de la canasta y se la dio a Ringo, el chico formo una "o" con los labios, no supo como lo había podido olvidar, todos los miércoles y los domingos la chica iba a repartir el pan que la familia le pedía a sus padres.

-¿Te sientes bien? Te veo algo extraño-

-Oh, qué, nop, para nada, no dormí bien a noche eso es todo-

-Si tú lo dices-

La castaña se encogió de hombros mirando hacia al suelo, Richard pasó a la cocina a dejar el pan para avanzar a hacer el desayuno, invitó a la chica y ella solo aceptó una taza de té pues ella ya había desayunado antes de salir a repartir el pan.

Ambos se sentaron en la mesa de 6 personas que estaba frente a la cocina y se dispusieron a charlar de su cansada semana de trabajo.

-¿Que tal la pesca, ya pudiste ir al mar?-

-Gracias al cielo si, ayer fui a penas de hecho-

-Que bien, ya era casi una semana que no podías trabajar-

-Asi es, de hecho paso algo extraño ayer-

Ringo se regañó internamente por decir eso, se suponía que no le diría a nadie sobre lo que había visto, aunque tenía planeado contarle a su amiga en su momento lo ocurrido, aún era pronto para contarle sobre el chico de anoche.

-Cuentame-

-Heee... Nada, ayer vi una ballena gigante y que casi voltea mi barco-

-¿En serio? Menos mal saliste vivo de allí-

-Sí, nunca había estado tan cerca de ese animal-

-Debe ser hermoso verlo tan de cerca-

Los chicos estuvieron platicando así por una hora hasta que vieron como el sol iba intensificandose, la chica se despidió de su amigo y salio en dirección a su casa con su bicicleta, Ringo por su parte inicio con sus deberes lo más pronto posible, sus padres no estaban en casa así que debía hacerlo todo solo, Afortunadamente el chico terminó justo a tiempo, ordenó todos los utensilios que uso con los pescados y fue a ducharse de nuevo, olía a carne cruda y a sudor, no quería causarle una mala impresión al joven castaño.

El chico que vino del mar [Starrison]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora