Nada te Faltará (Hankisa)

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A sus tempranos 10 años, ya era la víctima de todos. Compañeros, maestros, sus propios padres... Golpes e insultos eran el pan de cada día y, si la vida era tan miserable, de qué servía vivirla? Aquella mañana asistió a la escuela como todos los días, hizo las tareas a la perfección, recibiendo una reprimenda del frustrado intelectual que era su maestro de álgebra, en el receso unos chicos mayores lo golpearon y le vaciaron la bandeja del almuerzo encima; no se quejó, no lloró, simplemente se levantó y se limpió en el baño, y cuando al fin el horario escolar acabó, empezó a andar lejos de la escuela en la dirección contraria a su hogar... Llegó hasta una vieja zona industrial abandonada y se posó de pie en medio de un puente metálico oxidado, observó las aguas turbias con anhelo, pues al no saber nadar, tenía la certeza de que moriría, pero justo cuando estuvo a punto de lanzarse, sintió un jalón en su ropa que le hizo caer de culo en el endeble puente

- Oye, no hagas eso – le dijo aquel chico mayor, alto, delgado, con ojos dorados y una gran sonrisa – Alguien tan lindo no debería jugar en lugares como estos

- Yo no estaba- – miró a otro lado con desagrado – Vale, no volveré a jugar aquí

- Me alegra oírlo, Kisaki – el chico de anteojos le miró con los ojos tan abiertos que parecía que se le iban a salir

- C-cómo sabes... mi nombre?

- Eh? Somos compañeros de clase – comentó

- Eso no es posible... Te ves mucho más grande que yo

- Sólo soy un año mayor que tú – rió – El año pasado tuve que repetir y mi altura, bueno, son mis genes – pudo notar en el rostro del menor que genuinamente no sabía quien era, suspirando resignado – Bien, ya que no nos conocemos, me presento formalmente – estiró su mano y le regaló la sonrisa más amplia y agradable que Kisaki hubiera visto en su vida – Me llamo Hanma Shuuji y me gustaría ser tu amigo

- ...Kisaki Tetta y... vale, si eso es lo que quieres – se encogió de hombros y aceptó el apretón de manos


Las cosas cambiaron bastante rápido. Si alguien molestaba al más bajo, Hanma le daba una paliza dándole igual las consecuencias, fueran dientes menos, huesos rotos, incluso contusiones, nadie se salvaba, ni siquiera los adultos, quienes le tenían tanto miedo que preferían quedarse callados. El de ojos dorados era tan cariñoso con Kisaki todo el tiempo que varios habían empezado a insinuar que eran "noviecitos", pero la expresión asesina en el rostro del mayor silenciaba cualquier rumor que osaran iniciar... Ya tenían 13 y 14 respectivamente cuando el de anteojos comenzó a entender que su amigo no era normal

- Hanma, no tienes calor? – le preguntó tras dar un sorbo a su botella de agua mineral; el con ahora un flequillo teñido de rubio negó – En serio? Yo estoy sudando como cerdo en matadero – Kisaki llevaba shorts hasta las rodillas y una camiseta de manga corta, mientras su amigo vestía una camiseta blanca con las mangas tan largas que cubría hasta la mitad el dorso de sus manos, sin contar el cuello cerrado y que llevaba jeans negros con 33°c; llevaba algunos días cabizbajo, decaído, aburrido, pero como solía ser lo usual en él, no se había preocupado, al menos no hasta ahora que era demasiado obvio – Hanma, mírame – el chico le miró y pudo notar su labio partido por un golpe y sus ojeras marcadas más de lo usual – Te pasó algo? Sabes que puedes decirme

- No pasa nada – sonrió – Sólo no he podido dormir bien en toda la semana – bostezó y apoyó su cabeza en el hombro del más bajo – Puedo quedarme a dormir contigo esta noche?

- Claro. Dudo que a mis viejos les importe, te tienen miedo – rió, pero muy a diferencia de otras veces, Hanma no rió de vuelta... Definitivamente algo andaba muy mal con él

☆Hanma x Kisaki☆ One-ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora