🌅; Little darlin', the smile's returning to their faces

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Cantidad de palabras: 809

N/A: Nunca pensé que escribir de estas gays me sacaría de un bloqueo JASHAJABJAJJ

Extrañaba escribir de ellas, y aprovechando que Thanks to them cumple dos años, lo voy a publicar (esperé desde julio para subir está vaina). Quizás me anime a escribir un par de cosas más del Lumity pues realmente las amo. 😭✨

Por cierto, no me he dado una vuelta por la serie desde hace rato y todo acá está escrito en base de lo que recuerdo, lamento mucho cualquier cosa errónea que haya acá. 💔

PD: El dibujo de la multimedia fue hecho por scribble-kitti en Tumblr.

Amity se sentó en el balcón de su habitación, contemplando ensimismada como el astro rey asomaba desde la rodilla de las islas

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Amity se sentó en el balcón de su habitación, contemplando ensimismada como el astro rey asomaba desde la rodilla de las islas.

El cielo se tiñó de rosa pastel y por un segundo mantuvo un brillo dorado que difería en su totalidad con el habitual púrpura que tenía el cielo en aquel lugar mágico.

La joven bruja sonrió, agitó sus orejas puntiagudas y dejó caer su rostro entre sus manos.

La magia de los amaneceres se le hacía incomparable. Ningún hechizo de luz podía igualar la inefable esencia de la llegada del sol en la mañana. Lo había intentado varias veces y aún así no lo logró. Por lo que se resignó a tener que limitarse a ver uno por día, todos los días –aunque, si se pudiera, vería cuarenta y siete amaneceres en un día y no se quejaría–.

Blight suspiró. Una vez el cielo mañanero obtuvo su habitual violeta, abandonó el balcón. Ansiosa por ver el amanecer del día siguiente y del que le seguía a ese y... Bueno, ya quedó claro.

( 🌅 )

Aquel día no vio el amanecer, se encontraba preocupada por todo. El día de la unidad, El Coleccionista, los planes de Belos. Aquello era un genocidio y la mayoría había caído en la trampa, disfrazada con una dulce promesa de un futuro mejor para cada aquelarre, desde el de abominables hasta el de bardos.

Sus dedos tamborileaban ansiosos en sus brazos. La situación ya era mala de por sí. Su madre le había arrebatado su única manera de comunicación con Luz y no tener noticias de ella, Willow y los demás lo hacía peor. Tenía que hacer algo con urgencia.

Edric y Emira estaban con ella en la habitación. Escuchaban con atención lo que la joven de ojos ámbar decía mientras las lágrimas se formaban en sus ojos.

—Solo necesito saber si Luz está bien —trató con todas sus que su voz no se quiebre, fallando en el intento.

Ambos gemelos se miraron y fue Emira, con una sonrisa cómplice, quien decidió hablar: —¿Qué crees que te diría Luz en este momento?

Amity secó sus lágrimas, pensó un momento y contestó a aquella pregunta. Su voz, en un principio temblorosa, se estabilizó a medida que seguía dando su pequeño discurso que bajo sus propias palabras diría su novia (cosa que era muy cierta). Se encontraba tan concentrada en ello que no se dio cuenta que en cierto momento sus dos hermanos salieron dejándola en la habitación.

Al terminar su discurso, una voz cálida y animada –siempre se mantenía tan positiva, independientemente de la situación– que reconocería en cualquier parte habló a sus espaldas. Amity se volteó y no pudo ocultar su sorpresa. Ahí, de pie en el balcón, rodeada de flores que reconoció como las que ella misma creaba con sus glifos y con la puesta de sol al fondo, estaba ella: Luz. Su Luz. ¡Estaba bien!

Corrió a su encuentro y ambas dieron vueltas entre apodos cariñosos, risas y promesas para el futuro.

Tras que la morena dejó de hablar, contempló su rostro unos segundos. Quizás fue un impulso, pero antes de que se diera cuenta ya había puesto sus dos manos en las mejillas de la otra chica. Se inclinó hacia el frente, pegando su cuerpo con el de ella y finalmente juntó sus labios.

Y ahí fue donde lo sintió.

Aquel sentimiento.

Aquel sentimiento que conocía tan bien, pues era aquel sentimiento que la acompañaba cada mañana mientras se sentaba a esperar al sol. Ese sentimiento que aparecía cada vez que veía un amanecer, lo sintió en ese beso. La misma magia que ningún hechizo nunca replicó se hizo presente en ese instante.

( 🌅 )

Amity se sentó en el porche. Habían pasado años desde ese día. Belos había muerto y las islas ya estaban en paz. Los daños tomaron tiempo en ser restaurados, pero había valido la pena.

Aún ni siquiera empezaba el espectáculo del cuál casi nunca se perdía, cuando con sorpresa oyó pasos. Miró atrás suyo y sonrió.

—¿Desde cuándo te levantas tan temprano? —preguntó con una risita mientras la de ojos canela tomaba asiento a su lado.

—Desde hoy —respondió Noceda con gracia. Blight negó divertida—. Sabía que te levantas temprano, pero nunca pensé que fuera... Bueno... Tan, tan temprano.

Amity rio. —Lo hago para ver el amanecer —confesó.

—Ya veo —murmuró.

Permanecieron en silencio un par de segundos, con la interrupción de las criaturas que graznaban a medida que despertaban para ir en busca de alimentos.

—Mira —Amity sonrió apuntando con su dedo el horizonte que se empezó a pintar de tonos de rosa. Noceda sonrió, observando con el mismo amor lo que su novia le enseñaba.

—Wow —fue lo único que pudo soltar. No era un evento único, pero por alguna razón se sentía así.

Amity sonrió.

Amaba los amaneceres. Y verlos con Luz los hacia aún mejores.

 Y verlos con Luz los hacia aún mejores

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Gracias por leer. 💗

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