Parte 1

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—¡Te odiaré si te enamoras de alguien más que no sea yo!

—Te he dicho mil veces que no puedo amar a nadie que no seas tú, me has maldecido.

La agradable risa de Soobin llenó mis oídos en ese entonces, lo amaba, cada vez que corría lejos de él siempre me seguía aun cuando sabía que nos perderíamos por largo tiempo, y a pesar de siempre estar ocupado encontraba el momento perfecto para hacer que los segundos duraran horas y, que al terminar, esas horas fueran segundos. Me arrepentí de haberle pedido que no amara a nadie que no sea yo, fue mi error, no sabía que yo no estaría ahí toda su vida.

Perdóname Soobin.

Despertó llorando como todas las noches desde que cumplió cuatro años, su madre llegó y lo abrazó con fuerza tratando de consolarlo, arrullándolo como si fuera un bebé Beomgyu la intentó apartar porque ya no se consideraba un infante. Beomgyu lloró con fuerza y miró a su madre junto a su padre quien acababa de llegar, los miro y se limpió el rostro con ambas manos escondiéndolo de los ojos atentos. Se calmó a los pocos segundos y su nariz roja tomaba aire con fuerza para despues soltarlo instantes despues. Entendió a la perfección la mirada preocupada de sus padres e intentó disculparse por hacerlos despertar tan temprano de nuevo, el reloj a lado de su cama marcaba ya las tres de la mañana, y como al día siguiente era día laboral su padre no podía estar a tales horas al tanto de sus sueños.

—¿Qué ocurre cariño?— Preguntó su madre con tanto amor, Beomgyu la abrazó para consolarla a ella y no a si mismo, y su padre se unió al abrazo de inmediato dándole una calidez familiar. —¿una pesadilla? ¿Soñaste con monstruos?

Beomgyu negó.

—Estamos aquí, Beomie.— Su padre, tan cariñoso, le susurro. —Puedes contarnos lo que sea.

—Son...— No pudo continuar porque el llanto regresó haciéndolo aferrarse más a aquel abrazo, sintiéndose protegido. Cerró los ojos. —Los quiero mucho, pelee con mamá antes y no pedí perdón, y papá ya no estaba.

—¿De qué hablas Beomie?— Su madre estaba confundida. Beomgyu se apartó un poco viéndolos al rostro y se convenció de que ellos eran sus amorosos padres ahora. —No hemos peleado cariño, no tienes que pedir perdón y tu padre siempre ha estado aquí.

"ustedes no" pensó Beomgyu, porque ellos siempre habían estado cuidándolo y protegiéndolo, tal y como lo hacían los otros, es por eso que se aterró al pensar que se enojarían con él en un futuro, cuando cometiera equivocaciones. En ese momento se prometió que sería el mejor hijo y no los haría enojar, que ellos estarían orgullosos de él en todo ámbito, todo para no volver a quedarse solo, para no decepcionar. Esa noche se hundió en los brazos de sus padres, de sus nuevos padres quienes lo cuidaban tanto y se amaban entre ellos.

—Son los mejores padres que he tenido.— Susurró. Su padre solo rió bajito para no romper el cómodo silencio nocturno.

Te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te amo, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te amo, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te amo, te amo, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te amo. Gané. El absurdo juego siempre estará ahí, grabado en lo alto del árbol, cuando subíamos y llegábamos más lejos tallábamos un "te quiero" y escondíamos un "te amo" quien encontrara lo segundo podía seguir subiendo. Yo siempre llegue más alto, y tu inocencia hacía creer que yo realmente grababa los "te amo" para que los encontraras, pero en realidad solo escribía "te quiero" para que perdieras y no pudieras alcanzarme. Es por eso que gane, ahora también me arrepiento de no escribir todos los "te amo".

—¡No corras Beomgyu! — Gritó su madre pero el pequeño no se detuvo, sus cortas piernas siguieron su camino por todo el parque de Seúl, era un lugar nuevo para ellos, pero el niño sabía exactamente a donde se dirigía. —¡Vas a perderte!

Renacer [Yeongyu/Sookai]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora