Los golpes en la puerta hacían reventar mi cabeza.
No recordaba como había regresado a mi departamento, pero de lo único que sí sabía era que padecía una resaca terrible.
Los golpes seguían insistentes y taladraban mi cerebro. Como pude, me levanté del sofá y molesto abrí la puerta.
-¿Saliste a beber anoche? - se trataba de Leo que estaba más fresco que una lechuga.
Estaba bien vestido, no tan formal como para una cita, pero tampoco tan desenfadado como para pasar un día en casa.
- ¿Qué se te ofrece? - lo dejé entrar.
Regresé al sofá y me hundí entre los cojines.
- Veo que tuviste tu propia fiesta, bien por ti - cerró la puerta y se sentó junto a mi lado.
- No tengo nada qué celebrar - contesté molesto.
- Nick preguntó por ti anoche en la fiesta - me interrumpió -, también John. Parece que están preocupados por tu errática actitud de los últimos meses...
- ¿Preocupados? - respondí con sarcasmo -. Qué extraño, no sé por qué deberían estar preocupados por mí. Mi vida va muy bien, de hecho es la más exitosa de todas...
- Dejemos las actuaciones para otro día Simon - achicó los ojos -. Les dije que estabas viviendo una crisis emocional, nada grave - sonrió burlón.
- ¿A qué has venido? - me levanté y me dirigí a la cocina por algo de beber.
Quería estar lejos de él, lejos de su mirada inquisitora. Me sentía atrapado en mi propia casa con solo su presencia.
- ¿A dónde fuiste? - insistió - Recuerda que eres una persona pública, no puedes embriagarte en cualquier lado...
- Estuve aquí todo el tiempo, siendo un completo ridículo llorando mi divorcio - mentí -. No tienes por qué preocuparte y te recuerdo, no eres mi mánager.
- Entonces no hiciste nada nuevo - ignoró mi reclamo -. Es una lástima, hubiera esperado que tuvieras un poco de acción.
- Supongo que tú sí tuviste una velada divertida ¿No es así? - saqué de mi refrigerador una botella con agua. La bebí con rapidez.
- Fue interesante - tenía una sonrisa de oreja a oreja. Dejó de observarme y comenzó por unos segundos a soñar despierto.
- Sin rodeos, ¿Te la llevaste a la cama? - arrojé la botella al cesto de basura y regresé al sofá casi arrastrándome debido al insoportable dolor de cabeza.
- Cuidado con lo que dices - Leo frunció el ceño -. No me llevé a nadie a la cama, para tu información tuve una velada muy interesante. Nicole es una mujer muy interesante.
- ¿Cómo lo tomó Rogy? - Lo miré de reojo.
-¿Por qué debería importarme? - dio un ligero respingo -. Está casado y punto.
-Curiosidad - le clavé la mirada, como si con eso pudiera sacarle la verdad.
- No creo que le haya importado demasiado, no sabiendo que pronto será padre - ahora era él quién me clavaba la mirada.
-¿Nina está embarazada? - la resaca desapareció de golpe.
- Así es, dieron la noticia en la fiesta y no solo eso - se acomodó en el sofá subiendo los pies sobre la mesita de centro -, también Andy será padre.
No dije nada, me quedé petrificado con la noticia. Mi mirada estaba puesta en un punto fijo, mi cerebro se desconectó y mi boca se cerró.
Leo notó mi conmoción y preocupado bajó los pies y se acercó a mí. Me pareció escuchar algo que salía de sus labios, pero seguía desconectado hasta que el contacto de su mano sobre mi brazo me hizo regresar.
- ¿Simon? ¿Estás bien? ¡Simon!
Seguía sin responder, solo lo miré al rostro.
- Vamos Simon, no me asustes - me apretó el brazo -. Reacciona...
- ¿Te casarás con Nicole? - fue lo único que pudo salir de mi boca.
- ¿De qué hablas? - me soltó sorprendido - Apenas la conozco... Estás muy paranoico, creo que necesitas ir con un terapeuta que te ayude a superar tu duelo...
- No estoy paranoico - me levanté de golpe -. Estoy diciendo cosas muy cuerdas. Para mí, pareciera que fue ayer cuando me gradué de la preparatoria con mis mejores amigos, y ahora me dices que dos de ellos pronto serán padres, sin contar que ya uno lo es y otro está recien casado...
- Simon, es la ley de la vida - su voz se tornó seria.
- Pues pareciera que la vida me tiene fuera de esa ley.
- Creo que debes relajarte - se levantó e intentó calmarme -. No por que tú hayas tenido un divorcio, quiere decir que ya has fracasado en la vida. Primero tienes que sanar lo que hay roto en ti...
- Eso ya lo sané ayer - respondí.
En mi mente regresaba la imagen de aquella bella mujer que me había conquistado con su voz. Mi bella Carola.
-¿Con alcohol? - me miró compasivo -. Espero que no te hayas tomado muy en serio aquello de ahogar las penas...
- Lo hice, y ¿Sabes qué? ¡Funcionó!
- No te entiendo - estaba muy confundido.
- Ayer ahogué a Yasmin... No literal, claro. Ahogué su imagen, su recuerdo...
- Eso me queda claro - se cruzó de brazos -, pero eso no quiere decir que sea lo correcto o por lo menos lo más sensato para sobrellevar el dolor.
- Lo fue y ¿Sabes otra cosa? Tenías razón, no vale la pena vivir en la amargura por la falla de otra persona. Yo no fallé, ahora lo entiendo. Fue ella quién me engañó...
- Simon...
- No te preocupes, ahora tengo todo más claro. Allá afuera puede estar esperando la mujer indicada para recibir todo este amor que puedo ofrecer. Cuando la encuentre, formaré mi familia, tendré a mis hijos, mi hogar.
- Eso suena bien, muy lindo - arqueó una ceja -, pero creo que primero deberías hacer algún tipo de terapia.
- No la necesito, puedo dirigir mi vida yo mismo - abrí la puerta y de manera indirecta le pedí que se fuera -. Me cansé de sentirme mal todo el tiempo.
- No sé por que me da la impresión de que algo ocurrió ayer para que tomaras esta actitud... - sin discutir salió del departamento - Respetaré tu proceso, pero si algo tienes que decirme, estaré disponible para ti ¿Entiendes?
- No hace falta. Te necesité ayer, pero decidiste conocer al "amor de tu vida". No te culpo, entiendo tus necesidades. Deja que yo me haga cargo de las mías - le cerré la puerta en la cara.
Me sentí mal por Leo, no era manera de tratarlo, pero no necesitaba a alguien que me dijera todo el tiempo que estaba mal.
Carola. Quería volver a verla. La volvería a ver. Volvería escucharla cantar, y esta vez, sin ningún tipo de miedo o vergüenza, me acercaría a ella y le invitaría un trago, luego le propondría una cita y tal vez, con el tiempo, matrimonio. Sí, ese era un buen plan, el mejor que había tenido en años.
Había llegado mi segunda oportunidad.
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Jazzy Night!
FanfictionSimon no cree más en el amor. Mientras vive su divorcio a la par de una gran boda, se ha sumergido en una silenciosa depresión. Tan silenciosa que nadie de sus amigos se logran dar cuenta de ello, solo uno. Leo cree que la mejor cura para el desamor...