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Jackson


Me despierto antes que Belly.

Ella está durmiendo tranquila a mi lado. Yo la aparto un mechón de pelo que tiene en la cara.

Al principio pienso que se va a despertar, pero no lo hace.

Así que la despierto.

—Belly, despiertaaa.

La rodeo la cintura con los brazos y la acerco más a mí, y aún así no se despierta.

Así que la doy un beso en los labios.

Ella abre un ojo.

Y le vuelve a cerrar.

—¿En serio, Belly?

Suelta una mini carcajada.

—Venga, despierta.

Ella suelta un quejido.

—Jackson, no tenemos prisa, túmbate un rato...

Me pone la mano en el brazo.

—Por fa...

Tiro de ella hacia mí mientras me tumbo otra vez.

—Bueno, ¿Cuáles son los planes del día?— pregunto a Belly.

—No sé, creo que hoy Madison quería hacer una especie de picnic en la playa, así que me he traído un conjunto más mono...

Me río.

—Va en serio, es monísimo. Sin embargo, a tí te voy a preparar un buen conjunto para la ocasión...

Yo entrecierro los ojos.

—No sé yo...

Ella me pone ojitos.

—Por favor, que yo tengo muy buen gusto, además, el otro día vi una camisa para tí, y vamos a ir a comprarla.

Me sonríe.

Pongo los ojos en blanco y la robo un beso.

—Vaale.

—Lo sabía,— exclama— si es que yo soy muy persuasiva...

Yo alzo una ceja.

—Yo también puedo ser muy persuasivo...— acerco mi boca a la suya y la acerco más a mí.

—Ya, pero conmigo tus dotes de persuadir no funcionan. Siento decepcionarte...— pone una mueca triste.

—Pff... Te mueres de ganas de besarme ahora mismo.

Ella junta nuestros labios.

Nos hace rodar, hasta que ella acaba encima mío. Y yo la doy un suave beso.

—Bueno, tengo hambre, voy a por unas tortitas, que seguro que Connor ha hecho...

Y sale de la habitación.

Yo suspiro antes de salir a por el dichoso desayuno.


Salgo, y allí está Belly haciéndose un café.

Sorprendentemente, Connor no está.

—¿Te estás haciendo un café caliente?

—Hay hielos.— señala el molde de hielos que hay en la encimera.

—Bueno, ¿vamos a ir a buscar tu camisa para el picnic?

—Si no tengo otra opción...— me encojo de hombros.

Un Verano Para NosotrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora