Un Verano Para Nosotros

→ 24 ←

Mini maratón 1/2

Belly

Jackson se separa de mí y me dice:

—¿Te apetece que nos vayamos?

Yo alzo una ceja.

—No de esa manera, paranoica. O igual debería llamarte mente sucia. Aunque si quieres...

Pongo los ojos en blanco.

—Vale.

Él me agarra la mano y nos vamos.

Empezamos a andar en silencio, la verdad es que yo le estoy siguiendo a él, no sé hacia dónde vamos.

Jackson mira hacia mis pies, donde tengo mis tacones.

—¿No te duele andar con esos tacones?

—No, ¿por? ¿Me los quieres quitar?

Él me mira malicioso.

—Más tarde, igual ahora te clavas una piedra.

Me río.

—No sabía que te preocupases tanto por mí.

—En realidad no me preocupo tanto...— me saca la lengua.

Yo me río ya que no me lo esperaba.

—¿Sabes? Me podrías quitar los zapatos y llevarme en brazos como a las princesas...

Él me mira malicioso.

—¿Segura? ¿No te preocupa acabar metida en el agua?

—Mejor no.— le digo y le doy un codazo al ver la cara que se le queda.

Él me agarra la muñeca y tira de mí.

—Ven, anda...

Cruzamos la acera corriendo, sí, corriendo, y con tacones.

Y entonces cuando llegamos al otro lado se para y se agacha. Yo me apoyo en su hombro y él me quita los tacones.

—Así mejor.

Y seguimos corriendo.

Hasta que llegamos a la playa. Allí él me atrae hacia él y hace ademán de besarme, pero no lo hace.

—Me apetece saber más cosas de ti.— me dice.

Me separo y me siento en la arena.

—Bueno, siéntate. Yo también quiero conocerte más.

Él se sienta a mi lado.

Jackson

—Bueno, empiezo yo.— dice Belly.

—Vale.

Ella me peina el pelo y me dice:

—Háblame de la única chica con la que saliste.

Suspiro y apoyo mis brazos en la arena y me echo hacia atrás.

—Bueno, pues salí con ella y luego corté con ella porque me di cuenta de que no era lo que quería.

—¿Cómo se llama?

Ladeo la cabeza.

—Me toca a mí.— ella pone mala cara.— ¿Cuál es tu anécdota vergonzosa?

Ella aparta la mirada y se pone roja.

—¿Es muy vergonzoso?

—Para mí lo fue.