Debemos ahuyentarlo

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-Te amo!- la vos del chico resonó en su cabeza, tornando sus mejillas en un tierno rosa, era en serio?, acaso estaba sonando?, no lo sabia y no le importaba, incluso siendo un sueño siempre amaba escuchar esa simples palabras. El mayor al fin comunico sus sentimientos, los sentimientos que lo estaban oprimiendo desde hace años, cuando conoció por primera vez al pequeño. Viéndolo en aquella exposición, vestía un traje de monito que al principio le pareció tonto pero luego comenzó a gustarle al punto de encontrarse a si mismo con la vista clavada en un solo punto, el.

-yo también...te amo- respondió el menor sonrojándose hasta las orejas, pero con una tierna sonrisa que cautivo al otro quien puso una mano en el mentón del pequeño, acariciando su tersa piel morena provocándole cosquillas.

-Mugiwara-ya... Quieres ser mi novio?- preguntó, asintió acariciando la mano del otro con su mejilla, como un gato.

- si quiero, Torao- hablo en un susurro poniéndose de puntillas para alcanzar los labios del ojiplateado, mientras el pasaba un brazo por su cintura, acercándose mas, sintiendo el calor que sus cuerpos brindaban.
Sus labios se rozaron en un intento de beso para Law y el primero de muchos para Luffy. El pelinegro mayor junto mas sus labios, aumentando el ritmo, mientras el pequeño sentía los labios de otro sobre los suyos, eran suaves y cálidos, totalmente diferentes a la personalidad, normalmente, catalogada como psicópata del ojeroso. El beso continuo hasta que el oxigeno matapasiones, hizo acto de presencia...

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Correr por su vida, era el único objetivo del ojeroso al ser perseguido por los demonios, es decir, hermanos de Luffy que no solo lo correteaban por toda la casa del menor, sino que también le rebentaban el tímpano con sus gritos de: "TE VOY A MATAR MALDITO BASTARDO!!".

El suplicio de Law acabo cuando llego a la sala, utilizando en inocente rostro de Luffy para detener el ataque definitivo del dúo, tal como lo pensó así sucedió, los puños de ambos se detuvieron a milímetros de la cara del menor.
La sonrisa de superioridad que puso Law se borro al sentir un aura maligna tras de el que era formada por palabras como "matar, desesperación, odio, tortura, asesinato, TU" del padre de Luffy, sentado en el sofá, con una pose imponente. Un escalofrío recorrió su espina, el aura aumentaba al punto de cubrir toda la casa, la llamada que circuló por todos los amigos de Luffy siendo empezada por Sabo, los llevo a todos a sacar su demonio interno y echar patitas pa' la casa del monito.
Si el hubiera sabido que las cosas se tornarían de ese modo, habría alistado sus almohadas como escudo o como mínimo rentar una bazuca para defenderse.

Hace una hora...

La ahora pareja, caminaba en dirección a la casa del menor, con el ambiente ameno no se imaginaban lo que sucedería al llegar. En un gesto muy adorable, digno de Luffy, tomo la mano de Law, entrelazando sus dedos. Aunque para algunos ese tipo de cosas eran asquerosas, para otras no, lanzando suspiros mas que audibles por lo hermoso de
la pareja y aumentado por los besos que se comenzaron a dar.

Llegaron a la entrada y tocando el timbre se besaron con fervor, esperando que alguien le abriera a Luffy por olvidar sus llaves... Otra vez.

-ejem*- un hombre de pelo rojo y moreno los interrumpió carraspeando la garganta. Los chicos se separaron bruscamente por la interrupción, Law veía al imponente hombre sin un brazo, con enojo mientras Luffy que le sonreía salto sobre el.

-Papá!!- grito el moreno ya en brazos del pelirrojo, que recibió gustoso a su hijo

-Luffy! Bienvenido mi pequeño,te tardaste mucho y te extrañe taaaaaaaantoooooo- dijo exagerado el padre haciendo un puchero, se detuvo cuando volvió a ver al ojeroso haciendo aparecer un aura intimidante- ¿¿¿Por que estabas besando a mi retoño???- preguntó con una voz de ultratumba que le erizo la piel al pelinegro mayor.

¡No le daré mi bendición!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora