No es lo correcto

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Tarde menos de lo esperado pero, así es mejor. Al menos ya les confirme que sigo viva xD.

...Me siento terrible por hacer sufrir a Luffy, pero ¡Oigan! No todo en la vida es miel sobre hojuelas.

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Para no ser percibido,caminaba por la sombrita utilizando una gabardina negra que le cubría el cuerpo entero y un sobrero igual negro que cubría su llamativa cabellera roja.


Eran las 2:00 PM, aprovechando que sus hijos seguían en el instituto y que Makino fue al supermercado, fue al lugar donde buscaría a la persona que resolvería todos sus problemas...o al menos eso esperaba, si no su pobre hijo seguiría en manos de Trafalgar.

Llegó a su destino aliviado por no encontrarse a ningún conocido por el camino. El lugar en el que se encontraba no tenia buena fama, y como tenerla si el lugar en el que se encontraba era un prostíbulo.

No era de su agrado el estar ahí, le era muy fiel a su esposa y no quería malentendidos por esa razón se apresuro y una vez dentro corrió a llegar a cierta habitación.

-ara! que sorpresa el verte aquí, no pensé le que fueras infiel a tu esposa Shanks- una hermosa chica de cabellera verde larga y tez blanca lo recibió desde el escritorio con una mala broma, que mas que hacerlo sentir bienvenido lo enojo haciendolo fruncir el ceño, a lo que le sonrió-

-je ya, ya, no te enojes que te trae por aquí- se quito las raras gafas que cubrían sus ojos dorados y se paro para recibirlo mejor preparando una taza de te.

-vengo a pedirte un favor Monet - hablo serio aceptando la taza de te, tomo un sorbo que no tardo en escupir al escuchar un sonoro gemido proveniente de las habitaciones cercanas.

La chica río suavemente ante la cara roja de su visitante y limpio su mesita del té recién escupido. Cuando término se volvió a verlo y todavía seguía en la misma posición y la cara igual o incluso mas roja de la vergüenza.

-es en serio? No hacías tu los mismos sonidos cuando te follabas a Makino?- le pregunto con la sonrisa picara que la caracterizaba. La cara de Shanks era un poema a lo que Monet volvió a reír.

-lo siento, pero no me esperaba eso- su cara recobro su tono normal y continuo bebiendo de su té-

-bueno y que es lo que quieres?-

-ah si, ejem*...podríassepararaLawyLuffy- dijo atropellandose con sus palabras. Monet se quedo perpleja por su petición y aunque trataba de pensar para que quería que hiciera eso, no encontraba una sola razón para hacerlo. De hecho si no mal recordaba Law en ese momento estaba saliendo con Luffy y claro ella podía ser una arpía y la dueña de un prostíbulo pero estaba segura que con el amor no se jugaba por eso mismo lo miró con desprecio.

-Shanks...-

Antes de que Monet le rechazara la propuesta volvió a hablar o mejor dicho suplicarle que lo hiciera arrodillándose frente a ella. Ella no podía evitar sentirse mal por Shanks y su situación, igual ella que no era madre podía entender lo que hacia pero al parecer su odio hacia Law estaba yendo demasiado lejos. Y tenia que hacercelo notar a toda costa antes de que alguien saliera herido.

-esta bien, Shanks lo haré pero me deberás una- el pelirrojo asintió varias veces antes de pararse y abrazar a su vecina, si vecina. Monet lo aparto de un empujón, todavía no terminaba de hablar- y también quiero que me primeras algo. Si esto no funciona entonces dejaras en paz a Law y Luffy.

-pero..-

-si no lo prometes de corazón, por el amor que sientes por tu hijo entonces no te ayudare- se quedaron en silencio durante largo rato, intercambiando miradas hasta que el pelirrojo aceptó.

-bien entonces trataré de seducir a Law y si no lo logro pues lo lamento mucho-

-crees poder lograrlo?-

-disculpa? Estas hablando con una ex-prostituta seductora por naturaleza, no me subestimes-

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A la salida del instituto y por fin después de no haberse visto durante largo tiempo, Law llamo a Luffy para reunirse tras el edificio principal para ocultarse de los hermanos de Luffy.

El mugiwara no podía ocultar su nerviosismo, después de haber estado tanto tiempo lejos de su novio extrañaba estar con el y ver sus sonrisas landinas para los demás pero suaves y cálidas con el.
Lo había llamado un poco antes de salir de clases emocionandolo el resto de la clase de matemática cabreando al profe.

Continuo caminando con su radiante sonrisa en la cara demostrándole a medio mundo lo feliz que estaba pero se encontró con una extraña mujer que bloqueo su paso antes de salir del edificio en el que se encontraban. La señorita muy en su interior deseaba irse de ahí y dejar en paz a la pareja pero era muy posible que Shanks se detuviera si hacia lo que debía.

Algunas veces odiaba meterse en los problemas ajenos, otras no pero en esta ocación si. Así que sin mas remedio empezó su actuación formando la suave sonrisa amable que ocultaba su verdadera personalidad.

-hola Luffy, como has estado- hablo con voz suave. Luffy era conocido por ser un idiota temerario que solo le tenía a su amiga Nami, y a pesar de eso sintió un escalofrío recorrer le la espina conforme se formaba la frase que iniciaría su felicidad o sufrimiento.

-b-bien, gra-gracias por preguntar- le respondió tartamudeando luego de segundos de tenso silencio en la forma educada que Makino le habia enseñado- disculpa pero debo irme- dicho esto paso al lado de la mujer que le hablo sin voltear a verla. Pero una delicada mano se poso en su hombro haciendo que se detuviera por inercia ante las delicadas caricias que recibía de la blanca mano.

Monet se giro para encararlo notando de inmediato la diferencia de altura. Se agacho y de una forma que podría considerarse maternal, lo abrazo rodeando su espalda con un brazo mientras el otro subió de su hombro hasta su cabeza y le brindaba una tierna caricia mientras le susurraba las frases que el pelirrojo le pidió que le dijera y tarareaba una canción que parecía de cuna entre frase y frase formando un aura apacible entre ellos, se sentía como si copos de nieve calleran sobre ellos y el tiempo pareció detenerse por un momento.

-Luffy...por que crees que tu y Law no se han visto en los últimos días- susurro en su oreja dudando si continuar hablando, Luffy asintió levemente sintiendo los párpados pesados.

-pues es por que ha estado demasiado ocupado para estar con alguien que ya poseyó- de repente sus ojos ya no se sentían tan cansados e intento separarse de ella pero los delicados brazos que aun lo rodeaban se lo impidieron y lo regresaron a su posición original- sh, sh, calma no te preocupes. No crees que es mejor saberlo ahora que después?

-por que me estas diciendo eso?- murmullo volviendo al trance. Monet sin quererlo estuvo a punto de responder la verdadera razón por la que lo hacia pero se callo a tiempo antes de revelar lo que no debía.

-por que es mejor, si tu ya no estas en mi camino, Law tendrá mas tiempo para mi-

-no, lo que me dices no es cierto-

-a no?, pues entonces comprueba lo tu mismo. Law me ama tanto y a mi cuerpo que cada vez que me ve se nota que me quiere follar. seguro quiere decirle al mundo de lo nuestro y por eso no quiere dejar cabos sueltos

-a que te refieres?-

-me refiero a que hoy te llamó por una sola sola razón... Para terminar contigo- aunque lo que oyó pareció estrujarle el corazón sin piedad su cuerpo no reaccionaba, sus piernas no lo obedecían.

Una vez término de tararear la ultima estrofa de su canción se separo del menor que se encontraba en un estado hipnótico entre dormido y pensativo, procesando poco a poco la información que trataba de quedarse en su mente y calar en su corazón.

Se alejo en silencio con solo el sonido de sus tacones sonando con cada paso que daba hasta llegar al patio donde se encontró con la persona que había citado al chico.

Law no había cambiado nada desde la ultima vez que lo vio, siempre con esa mirada aburrida y sus ojeras producto del desvelo que hacia para estudiar pero con una inusual sonrisa y un tierno sonrojo. *suspiro* Law era capaz de cambiar todo de el estando al lado del pelinegro eso podía saberlo con solo mirarlo una vez.
Cada vez le estaban dando menos ganas de hacer lo que Shanks le pidió pero ya había empezado.

-Law~ ha pasado mucho tiempo- el ojigris se sorprendió de oír esa voz tan conocida para el y se giro de inmediato para ver como llegaba la dueña de esa melodiosa voz. Monet caminaba contoneándose en su intento de seducirlo, hasta llegar a su lado donde sin ningún pudor paso una mano por su nuca acercando sus caras mientras pegaba su cuerpo por completo al del pelinegro.

Law no se inmuto ante la acción de la peliverde, la conocía lo suficiente como para saber que se traía algo entre manos pero así como ella, se tomo la confianza suficiente para pasar sus manos por su cintura correspondiendo a lo que el recordaba, eran los abrazos de su hermanastra.

-Si, así es Monet. Pero al parecer no has cambiado nada- habló el moreno sin apartarla.

-no cambiare nunca. Se que tu adoras mi forma de ser- susurro moviendo las caderas Rozando su intimidad con la de Law.


-je bien preciosa, dime lo que quieres- murmullo frunciendo el ceño. La peliverde, contrario a lo que el ojiplateado pensó, solo sonrió ante lo que dijo, sin comprender mucho lo que la chica trataba de hacer.

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Cuando el mugiwara despertó de su ensoñación recordó la citación que Law le había hecho. Así que aun sin olvidar lo recién ocurrido con la misteriosa señorita. Aunque no lo quisiera admitir que esas palabras habían hecho una herida profunda. Por muy extraño que fuera en el, se había quedado mucho tiempo meditando lo que pensaba y recordaba era una infidelidad, como le había dicho Nami.

Pero no era eso lo que pasaba verdad?, Law no iba a terminar con el verdad?, no lo sabía pero aunque no lo quisiera sentía que Law se estaba alejando de el.

Llego al patio pero lo que vio no le hizo en absoluto feliz como el creía.

-no cambiare nunca. Se que tu adoras mi forma de ser- Monet con su cuerpo totalmente pegado al de Law, que hablaran con ese tono de voz seductor no podía dignificar otra cosa.

-je bien preciosa, dime lo que quieres- Esa fue la gota que derramo el vaso. Corrió, Corrió y corrió lo mas lejos que sus piernas le permitieran alejarse de esa horrible pesadilla sintiendo como las lágrimas salían de sus nublados orbes y se resbalaran por sus mejillas.

¡No le daré mi bendición!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora