El inicio del fin (parte 2)

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Ok. ha pasado mucho, en primera por que hace tan solo unas semanas que logre comprarme mi nuevo cel. segundo: Como compensación por mi ausencia les traigo doble actualización más tarde la publico, esperenla plis... es Todo.

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Después de esa regañada a Luffy sus amigos pasaron totalmente de la clase y se reunieron en el pupitre del monito. Con un fondo gris, blanco y negro que quien sabe como se formo junto a una atmósfera misteriosa y sombría, como si estuvieran investigando un crimen pagado con pena de muerte, aunque solo fuera "la incómoda interrogación" que Nami inició con un '¿donde estabas?' y su puño en alto como una clara amenaza de lo que sucedería si no contestaba. Amenaza la cual también era dirigida al pobre profesor para darles la hora libre y que sin mas remedio se hizo bolita bajo su escritorio del miedo.


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Ya en el fin de las clases los estudiantes salían uno tras otro al medio día. De entre todos ellos sobresalía un chico de tez morena con una radiante sonrisa, Law ya era lo suficientemente conocido por todos por ser distante y callado, tanto por sus compañeros como por sus profesores como para que ahora lo consideraran un idiota por su sonrisa, pero no podía evitarlo, ella se formaba sola en su rostro cuando al fin parecía haber vuelto a la linea recta y mirada vacía delatando su buen humor.

Haber follado con su noviesito le trajo un muy buen humor, ya deseaba poder volver a hacerlo.

A pesar de que Law, al salir de la oscura bodega, pudo notar el rastro seco de lágrimas en sus mejillas no le dio importancia, por que si no mal recordaba Doffy le había dicho que dolía la primera vez.

Mientras Law caminaba hacia su casa ajeno al sufrimiento de otros, Luffy sufría el dolor de incontables chichones en la cabeza y moretones en la cara cortesía de Nami alias "la gata ladrona/arpía merecedora de ir al infierno/estafadora de los cojones/ofrecida digna de ser llamada demonio"; por no haberle contestado ni una sola pregunta, claro que sabia con quien estuvo pero no donde aunque eso lo supo por lo "opuesto a una cara de poker" que puso.

Ahora el pelinegro junto a sus hermanos caminaban a casa a paso lento por el notorio cojeo del menor, aparte de eso también había usado su mochila para cubrirse el trasero al sentir húmedo su pantalón y eso lo había delatado. Ambos mayores conocían a la perfección ese cojeo después de haberlo ya hecho tantas veces y ahora con su hermanito así, sufriendo por el bastardo de Law tenían que aguantarse las ganas de ir a su casa y partirle la cara por que era un "crimen" matar a alguien.

Llegaron a casa y como siempre los recibió su padre con abrazos y besos como si llevara años sin verlos. Al igual que sus hijos pudo reconocer al instante por que cojeaba su pequeño y eso fue la gota que derramo el vaso.

No le bastaba el habérselo quitado y ahora tenia también que desvirgarlo, sabia que tarde o temprano eso pasaría así que ya tenia preparado su arsenal. Los separaría esa misma semana, tarde o temprano.

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El lugar era un caos. Las personas iban y venían corriendo por los pasillos, los teléfonos sonando uno tras otro junto a los montículos de papeleo que se habían formado en las ultimas horas, interrumpían los comunicados que se daban por el altavoz.

Entre todo eso un hombre rubio, moreno y ojos negros que parecía ser uno de los jefes del lugar, caminaba a paso rápido por los pasillos con una expresión poco común en él, denotaba enojo y preocupación y como no hacerlo, la situación en la que se encontraban en ese momento no era la mejor y debía tomar el control de esta. Casi llegaba a su destino, la oficina del jefe Garp estaba a solo pasillos de distancia, solo con entrar a su oficina y recibir el informe de junta, tendrían asegurada la paz o la guerra.

Entró pero lo que vio no fue lo que esperaba. El jefe Garp se encontraba sentado frente al escritorio, con los brazos cruzados mirando fijamente a este como si tuviera la culpa de todo e intentase liquidarlo. Eso lo decía todo.

Paso dentro de la oficina y se paro frente al escritorio para recibir ordenes, ordenes que aun no habían sido decididas.

-Jefe Garp que debemos hacer- pregunto rompiendo el silencio de forma abrupta. El hombre mayor de pelo canoso no tenia la menor idea de que hacer en ese momento pero tenia la obligación de hacerlo para proteger a la ciudad.

-por ahora mantengamos esto en silencio- el rubio se sorprendió bastante por lo que acababa de oír y no pudo evitar enojarse en sobre manera con su superior.

- por que?, no cree que lo mejor es alertar a las personas- el mayor dirigió su vista al hombre frente a el con impotencia.

-no, eso solo alarmaria a la población, Marshall D. Teach es un criminal realmente peligroso y es fácilmente confundible con un simple vagabundo- ante lo dicho el rubio de quedo callado pensando en una solución- así que por el momento lo mejor es quedarse callado, entiendes?-

-si-

-bien, pasado mañana abra una junta para decidirse lo que se hará, Marco hasta entonces te sugiero que cuides de tu familia- le sugirió a lo que Marco asintió antes de retirarse.

-así como yo cuidare la mia- se susurro una vez estando solo. Durante ya mucho tiempo había temido esa situación, convirtiéndose en pesadillas y ahora se harian realidad si no cuidaba y protegía de su familia, no dejaría que nada le pasase, tal como había jurado desde aquel día...


¡No le daré mi bendición!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora