Capítulo 21.

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Virgen. Melanie era virgen y yo no tenía conocimiento sobre eso. No supe cómo reaccionar al enterarme de eso cuando ya estaba dentro de ella. Observarla mientras duerme tan tranquilamente hace que mi corazón se estruje, le quite su inocencia y no la había tratado como se debía, no había sido especial, realmente había sido un gran patán con ella. Suspiré y bese su frente, Melanie se rasco la zona y abrazo más a su almohada, me levante de la cama me vestí y le hice una nota, le dejé un chocolate que había olvidado obsequiarle ayer y me marche a mi casa. Necesitaba estar sólo y relajarme, podía hacerlo ese día ya que al día siguiente tenía grabaciones de las nuevas canciones con los chicos y estaría ocupado durante toda la semana.


Cuando llegué a casa conseguí a Perrie esperándome en el sofá, Carmen estaba libre el fin de semana, estaba enojada, toda su aura me lo decía.


-¿Dónde estabas?-preguntó parándose del sofá y cruzándose de brazos. Inhale y exhale.


-Por ahí...


-¿Por ahí, haciendo qué y con quién?-volvió a preguntar, estaba furiosa y yo ya tenía planeado mi funeral.


-Con los chicos-mis respuestas eran cortas y no había mentido, estaba con los chicos, cada uno con su chica, pero andaba con los chicos.


-¿Ah sí? ¿Y tal vez no andaba tu querida y amada Melanie por ahí?-arqueo su ceja y se acercó. Ya está, es mi fin.


-Sí.


-Lo sabía-rasco su cien y me miro a los ojos con sus ojos azules penetrantes-. ¿Cuándo pensabas decirme que ya no me querías?


-Yo... Yo... ¿Cómo lo sabes?-agache la mirada y volví a mirarla, sus ojos ahora un azul cristalino me hicieron sentir mal.


-Eres muy evidente-deja caer su primera lágrima pero la seca rápidamente.


-Lo siento, yo nunca...


-Tranquilo, entiendo. Melanie es una chica encantadora ¿no?-asentí-. No sólo ella, su hija también lo es, no te culpo se sentirte atraído por ella. Seguro ella te da lo que yo muchas veces no pude darte por estar fuera de casa.


-Hey Perrie no. No. No te permito que hables así de ella, en lo primero estuviste en lo cierto, pero Melanie y yo nunca hemos intimado.

Vale, me sentí un bastardo poco hombre al haber negado haber hecho el amor con Melanie, pero no le iba a decir "Hey si Perrie, tuvimos sexo anoche, seguramente aún huelo a ella", le estaría echando más leña al fuego y mientras Melanie estuviese fuera de esto mejor, sabía que ella iba a sufrir y sentirse mal al levantarse sola en su cama.


-Te gusta tanto que hasta la defiendes-señaló, no podía negarlo, Melanie no sólo me gustaba, estaba enamorado de ella, cosa que no estaba de Perrie.


-¿Por qué quieres causarte daño a ti misma?-le pregunté, no quería decirle todo lo que sentía por Melanie, porque quiero a Perrie, ella ha estado ahí cuando la necesite, tuvimos buenos momentos, risas, besos y abrazos. Lastimosamente no me enamoré de ella, ella no logró enamorarme como lo hizo Melanie en tan poco tiempo. Y aunque no estaba enamorado de Perrie la quería, no puedes dejar de querer a alguien de la noche a la mañana.

Destino Imprevisto. |Z.M|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora