Destino Imprevisto. |Z.M|

Capítulo 22.

El revuelto había sido peor de lo que me imaginé, la rueda de prensa estuvo sencilla, sin muchas preguntas incómodas ni detalles, nos preguntaron el porqué de la ruptura si se nos había visto juntos en la semana y yo simplemente respondí "Intentamos a ver qué pasaba, pero no funcionó." Agradecí con toda el alma que las preguntas llegaron hasta ahí, no preguntaron si había terceros o algo así. Sólo nosotros. Cuando salí los fans y las cámaras me ofuscaron, no paraban con las preguntas, la mayoría estaban felices de que todo con Perrie haya terminado, pero también había muchas que no estaban de acuerdo. El revuelto realmente fue en Twitter, tuve que cerrar la sesión en el móvil porque no paraba de sonar, era estresante y lo único que quería hacer por ahora era relajarme y pensar lo que iba a hacer para recuperar a Melanie.

La iba a recuperar costase lo que costase...

Martes.

Me levante más relajado, el silencio reinaba en mi hogar, baje me hice desayuno y luego fui a ducharme. Me vestí cómodamente y salí a la floristería, no sin vigilar antes si había fans o paparazis en el perímetro. Salí tranquilamente cerciorándome de que había cerrado bien la puerta, me monte en mi auto y conduje a la floristería a comprar otro girasol. Hice la nota y se la pegue:

«Que tengas un lindo día, si tú lo tienes el mío también lo será.»

Fui rápidamente a casa de Melanie y la deje en su puerta, minutos después salió con Maddison, vio el girasol, leyó la nota. Y sonrió, levantó su cabeza para verme pero esta vez me dedico una media sonrisa, sin mostrar los dientes. Me sentí mal nuevamente, pero por algo se comienza. Maddison me saludó nuevamente, esa pequeña hacía que cada día la amara más que el anterior. Melanie se despidió con un asentimiento y se marcharon, marchándome nuevamente a casa. Más tarde llamaría a los chicos para hacer una "tarde de chicos" como en los viejos tiempos, jugar videojuegos y beber unas cuantas cervezas, relajarnos un poco del estrés del mundo del espectáculo.

Miércoles.

Mi móvil suena y me dan unas increíbles ganas de estrellarlo con la pared, los chicos seguían aquí en mi casa, habíamos bebido y comido hasta la media noche, estire mi brazo para alcanzar el móvil y ver porque tanto ruido, veo que es la alarma y que son las seis de la mañana, me levando de sopetón y salgo corriendo al baño a cepillarme los dientes y cambiarme de ropa, corro nuevamente hasta el auto y conduzco a alta velocidad a la floristería, la muy amable señora cuando me vio busco el girasol sin necesidad de habérselo pedido. Hago la nota y se la pego:

«Si algún día dejara de ver tu sonrisa, es porque estoy muerto.»

Dejé el girasol en la puerta y cuando volteé para ir a mi sitio Melanie abrió la puerta, justo a tiempo, así que decidí quedarme ahí para ver su expresión, Maddison brinco a mis brazos, yo la abrace y llene su sonrojada mejilla de muchos besos. Melanie nos observaba con cierto deje de añoranza, le sonreí y guiñe un ojo haciendo que ella se riera fuertemente. Había sido el día indicado para aquella nota. Melanie leyó la nota y sonrió, me sonrió grande, mostrándome aquella perfecta hilera de perlas, se acercó a mí, beso la nariz de Mad, besó también mi nariz y luego nos abrazó, yo aproveche el momento y abracé a las dos fuertemente, demostrándole a Melanie que ellas son mi hogar, que no quiero nada más que ellas, les susurré que las amaba y que eran las mujeres de mi vida. Melanie se separó de aquel abrazo y seco unas cuantas lágrimas rebeldes que se escabullían por su hermoso rostro, las seque también y ella volvió a sonreír, entro corriendo a casa y salió de la misma manera pero sin el girasol en la mano, besó esta vez mi mejilla y le dijo a Maddison que debían marcharse.

Ellas partieron a sus actividades y yo me fui a casa con una gran sonrisa en el rostro, de camino compre la suficiente comida para los chicos y para mí y emprendí marcha a casa nuevamente. Cuando llegue los chicos ya habían despertado y estaban buscándome por toda la casa como locos, me reí cómo un loco al ver a Niall buscar bajo los muebles, todos voltearon a donde yo estaba y me miraron como si fuese un mutante.