Una mariposa que no conoce su rumbo, que no conoce su objetivo ni su destino.
- "Prometiste que me protegerías... Kawaki" -
La telaraña que me ata, incluso si llegara a atar todo mi cuerpo, no podrá romperme.
- "Es momento de que renazcas... Uzumaki...
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ਏਓ MARIPOSA AZUL ALCON HOLANDESA ਏਓ
« ¿Dónde estamos? » se preguntó el Ootsutsuki al ver el lugar donde había sido llevado. « Maldito mocoso... ¿hasta qué punto puede usar el karma de Momoshiki? » se dijo al ver frente a él al Uzumaki que respiraba pesadamente por todo el esfuerzo hecho.
Otro portal se abrió, dejando ver a dos adultos. – ¿Estás bien, Boruto? – él no necesitaba ocultar sus sentimientos, así que la preocupación era evidente.
– No pude practicar, pero funcionó – se sinceró el mencionado ante su padre que seguía preocupado por su hijo. – Así podremos pelear sin preocuparnos por la aldea – le dijo mientras volteaba a ver a las reencarnaciones de Indra y Ashura. – Ahora solo hay que derrotarlo – murmuró viendo a Isshiki. – Suena sencillo, pero será lo más complicado – Naruto no lo podía negar, su hijo había madurado exponencialmente... pero aún seguía bajo peligro.
– Pronto se arrepentirán de esto, insectos inferiores – su byakugan y su otro dojutsu, ambos expresaban el odio y repudio que sentía ante los humanos, principalmente a los que tenía enfrente.
– ¿Dónde estamos, Boruto? – preguntó algo que todos querían saber.
– No lo sé – contestó a su padre con franqueza. – Pero como los Ootsutsuki nos llevaban a otras dimensiones, supuse que usando el karma podría hacer lo mismo – agregó su teoría al analizar el comportamiento de los seres celestiales.
– Cielos... no piensas antes de actuar, como yo – ahora le preocupaba que su hijo hubiese heredado sus manías que tenía de joven e incluso de adulto.
Sasuke decidió cambiar el rumbo de la conversación y si podía, del tema. – No sobrevivirá más de dos días – dio como recordatorio de las palabras de Amado. – No puede escapar de aquí – afirmó el Uchiha.
Isshiki se levantó del suelo al escuchar aquel comentario. – ¿Se los contó Amado? – cuestionó a los shinobi. – Es ridículo... tendré que hacer que pague por todas sus afrentas – dijo más para sí mismo que para los ninja. – Pero antes... – no quiso terminar la frase y se abalanzó contra sus estorbos.
Naruto intentó golpearlo, pero el Ootsutsuki se encogió y después volvió a su tamaño normal, pero ahora con Boruto en brazos. – ¡Arriba, Naruto! – avisó Sasuke con su sharingan activado.
El ser celestial, sostenía por el cuello al hijo del Hokage, evitando que el aire ingresara correctamente a sus pulmones. – Uzumaki Boruto, el receptáculo de Momoshiki – dijo al saber lo que había acontecido en la batalla contra el otro Ootsutsuki. – La transformación está más avanzada de lo que pensaba – el cuerpo de Boruto pedía oxígeno como todo ser viviente. – Ya lleva el 70... no, más del 80% – murmuró al ver el avance del karma en el cuerpo del Uzumaki. – Veamos cuánto poder ocultas – insinuó intentando descubrir las nuevas habilidades que poseía el de ojos azules gracias al karma que se descomprimía rápidamente en su cuerpo.