° Traducciones de One Shots y Headcanons que me encuentro en Tumblr.
° Aclaro que mi intención no es robar el contenido, al final de cada capítulo pondré el nombre del creador.
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Sus manos, grandes, cálidas y fuertes, te agarraron por la cadera. Sus antebrazos venosos brillaban por el sudor y la sangre, guiándote arriba y abajo por su eje. Su cabeza se echó hacia atrás, con la máscara inclinada hacia atrás para no tocarte con el borde redondeado de la punta de la pirámide. Gruñó y gruñó, adorando la estrechez de tu calor, envuelto a su alrededor y ajustándose a él como un guante. Tenía la camisa abierta, colgando de los hombros, y los pantalones caídos a los pies, todo su cuerpo -una gloria de músculos ardientes y belleza cicatrizada- desnudo y a la vista mientras confiaba hacia arriba.
Tu coño estaba liso, goteando por tu culo y empapando su polla y sus pelotas con tu jugo. Cada bombeo hacía que sus pelotas golpearan tu culo, el sonido francamente húmedo y sucio, resonando en el cobertizo en el que te escondías. Olía a sexo y a sudor, tu voz era quejumbrosa y suplicante, pero tu cálido calor lo absorbía muy bien. Su gran polla te hacía subir descargas de placer por la columna cada vez que empujaba, no podía creer que tu cuerpo más pequeño -mucho más pequeño- se sometiera a él, que le dejara tomarte como quería, como una bestia, como un monstruo. Lo único que tenía en mente era follar, reproducirse y cuidarse.
Tus uñas rastrillaron sus pectorales, dibujando líneas rojas en su pecho, cicatrices que seguirías dándole, una prueba de vuestro acoplamiento. Le encantaban, quería más, apreciaría cualquier cosa que le dieras. Lo dejaste ensangrentado y él te dejó magullada pero satisfecha, saciada y llena hasta la próxima vez que lo vieras... esta noche, esperaba.
Te hacía rebotar hacia arriba y hacia abajo, moviendo tu cadera hacia delante y hacia atrás, su cabeza bulbosa golpeando tu punto dulce, golpeando contra tu cuello uterino y abriéndose paso dentro de ti. Fue duro -le dijiste que se soltara, prometiéndole que no te romperías- y gritaste pidiendo más. Lo agarraste con fuerza, sintiendo las venas que recorrían su polla y la curva ascendente de la misma.
Eras increíble. Eras perfecta. Te amaba y besaba el suelo que pisabas. Si pudiera hablar, te diría lo bien que te sentías, lo perfecta que sonaba tu voz, cómo le gustaba el dolor que le provocabas y cómo quería dejarte embarazada si pudiera. Sólo de pensarlo, Pyramid Head se puso duro y su polla se crispó con la promesa de una segunda corrida suya.
