° Traducciones de One Shots y Headcanons que me encuentro en Tumblr.
° Aclaro que mi intención no es robar el contenido, al final de cada capítulo pondré el nombre del creador.
Te retuerces bajo sus caricias, con la espalda arqueada sobre la fría mesa médica en la que te ha colocado. Sus dedos son suaves, blandos, pero sabes que pronto cambiarán, que las caricias tiernas se convertirán en duras.
Sin embargo, no puedes evitar los gemidos de necesidad que se escapan de tu garganta. Con cada roce, incluso con cada mirada en tu dirección, tu lujuria aumenta, la desesperación se hace cada vez más visible en tu rostro.
Asa sonríe y observa los nudos de tus muñecas. Siempre se asegura de que no puedas escapar, pero es un perfeccionista y odiaría que te liberaras.
Las sogas cortan contra tu cuerpo, dejando ya huellas rojizas en tu fría piel. El aire de la habitación es gélido y la mesa metálica que hay bajo tu cuerpo no ayuda a que tu cuerpo desnudo recupere el calor. Aun así, confías en que Asa te calentará tarde o temprano.
Actúa como si todo esto no le afectara, pero está claro que sí. Su cuerpo no puede mentir, la tienda de campaña de sus pantalones tampoco. Sonríes ante eso, una sonrisa de comemierda que sabes que odia.
Y tienes razón. Asa da un paso adelante y te aprieta las mejillas más rápido de lo que te imaginas.
"Deja de sonreír así", sisea, con sus ojos negros y desalmados cerca de tu cara.
"Creo que aún no sabes quién manda", continúa, alejándose de ti para quitarse la chaqueta. Su voz resuena en la habitación, las palabras chocan contra las baldosas blancas.
Se vuelve de nuevo, con los ojos aún más oscuros que antes.
"Quizá deberíamos cambiar eso".
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"Asa...", murmuras, con los ojos dilatados y las piernas temblorosas, "-por favor...".
El hombre que está encima de ti ignora tus palabras y sigue penetrándote con los dedos de una forma dolorosa y sobreestimulante que te hace suplicarle que pare.
"Antes eras una zorra. Suplicándome. Suplicando por mi polla. ¿Adónde se ha ido esa chulería?", pregunta con una sonrisa sádica en los labios.
Una mano sube para apretarte el pezón, haciendo que se te pongan los ojos en blanco y abras la boca como una idiota.
Oyes a Asa chasquear la lengua, desaprobando tu comportamiento.
"Qué lío más estúpido. Y ni siquiera te he tocado todavía".
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Su polla llega a lugares que no creías que existieran, golpeando tan profundo dentro de ti. Es gruesa y cálida, y te sientes tan llena con él dentro.
Sus manos agarran la carnosidad de tus caderas, magullando la carne y penetrando tu piel. Lloriqueando por el dolor, cruzas las piernas detrás de su espalda, intentando acercarlo aún más a ti.
Asa se baja los pantalones por encima de ti, observando cada movimiento, cada acción que haces con una mirada psicótica y cachonda.
"Asa, por favor...", gritas mientras él acelera, la mesa debajo de ti chirriando en el suelo con cada empujón que da, "voy a...".
"¿Qué, eh?", gime Asa, "¿Qué vas a hacer? Usa tus palabras".
Gime descaradamente fuerte, la baba gotea por su barbilla y sobre la parte superior de su cuerpo. "Me voy a correr en tu polla, Asa".
"Zorra asquerosa".
Asa sigue, incluso cuando te entumeces, usando tu estado de follada para ir aún más rápido, aún más intenso.
"Mírate", gruñe, con su sexo penetrándote sin piedad, "volviéndote tonta por culpa de mi polla".
Ni siquiera percibes sus palabras, tu cuerpo flácido es utilizado por él, como un muñeco de trapo. Asa sonríe, una sonrisa sádica y aterradora que normalmente te revolvería el estómago.
"Sí", se ríe, persiguiendo implacablemente su propia liberación, "Eso es lo que pensaba".
