La estrella inalcanzable

Capítulo 5: Socios por interés

Narra Félix:

Pase la noche despierto, sufriendo así el desveló causado por la chica que me propuso ser su socio, Lila Rossi, ni si quiera se si ese nombre es su verdadero nombre, pero lo que si se, es que es una falsa de mucho cuidado, una mentirosa profesional, pero eso me causaba en cierta forma diversión.

Indudablemente suelo odiar a la gente manipuladora como ella, pero no puedo negar la realidad, y es que ella tiene talento natural para engañar a todo aquel que se le cruza, eso me mostraba, que no debía bajar la guardia y subestimarla, ya que podría estar tratando de jugar sus cartas conmigo e incluso tratar de traicionarme dejándome expuesto, pues ella sabe cosas que me interesan y yo se cosas que ella quiere saber, así que será un juego de intercambio de información por el momento, según lo que acordamos.

Tras eso pensé en mi situación familiar, mi tío es un monstruo, ha hecho que sobre mi recaiga todo el peso de la familia Fathom y Agreste, y aunque a mi primo le cae mierda, no le cae ni la mitad que a mí... En parte le envidió aunque también sentía esa sensación que se llama "empatía", pero también se podría decir que soy tres veces más libre que el y eso que estoy jodido, la diferencia es que yo soy más rebelde y hago más lo que se me place, le aprecio pero en cierta forma también le envidió aunque también soy consciente de que su vida tampoco es tan perfecta como sus "amigos" creen.

Mientras trabajaba en buscar información sobre Ladybug en mi ordenador pensaba en lo que Lila me dijo, y por sus palabras estaba claro que no soportaba a Marinette, aunque no entiendo de el todo el contexto, puedo comprender que Marinette quizá se ha metido en los asuntos de Lila y eso a ella no le ha gustado un pelo. No es que confíe en Lila, de hecho me cae mal, pero debo admitir que me gusta su actitud tan desvergonzada, me parece que es muy sexy.

Sin embargo más allá de eso es bastante despreciable en mi opinión. Yo no la tocaría ni con un palo, es una arpía, ella finge halagarme pero se que todo eso es un mero juego para tratar de manipularme, cosa la cual le sorprendió cuando le dejé bien claro que a mí no me podría engañar a su antojo y eso le dejo sin una sola palabra en la boca que poder decir.

Llegó la mañana siguiente, y decidí darme una ducha fría para despejar mi mente y mantenerme despierto por más horas, a continuación me vestí de la manera habitual, como siempre, formal y mientras ajustaba los gemelos de mi camisa en mis muñecas, mi teléfono sonó indicándome que tenía dos notificaciones, una de Lila y la otra de mi tío, mi tío estaba tratando de presionarme para que me apresurará a confirmar mis sospechas sobre quién es Ladybug, desgraciadamente para mí, esa chica era muy cuidadosa, tras eso le dije que aún tardaría y me contestó que no le decepcionara.

Sobre Lila digamos que quería verme, para hablar sobre sus planes, en mi opinión, más bien es que es una mujer con muy poca paciencia y quiere respuestas rápidas, no le culpo yo tampoco soy especialmente paciente. En ese momento, mi madre llegó a mi habitación, para preguntarme si iba a ir hoy a la universidad y le dije que hoy no iría a clase, ya que necesitaba organizar mis ideas sobre algo importante, con eso mi madre sonrió y me miró diciéndome "que un día estaba bien y que pensaba que no sabía cuándo descansar ya que no había fallado un solo día y era muy meticuloso".

Ante esa reacción brotó de mi garganta una pequeña y sincera risilla que no duró mucho y le consolé "mamá soy exigente porque soy perfeccionista como tú" mi madre se echó a reír un poco y ya más calmada me dijo "bueno Félix solo avísame si necesitas algo, voy a irme a trabajar, volveré más tarde" con eso me dio un beso en la mejilla para luego irse mientras yo sonreía feliz pensando que tenía a la mejor madre de el mundo.

Tras esperar que ella se fuera mi rostro cambió de expresión por una más seria, entonces, respondí el mensaje de Lila para quedar con ella, tomé mis cosas y salí a la calle con tranquilidad fui a una cafetería para una vez allí pedir un café negro cargado sin azúcar para terminar de restaurar la energía que me faltaba por el desveló.