Una empleada

Vaya con Fer

Gavi

Cogí el coche y fui hacia el entreno cuando llegué me encontré a Pedri ya dentro del campo con una pelota. Entonces aparqué y fui con el hablamos un rato mientras llegaban el resto y algunos se iban uniendo a nuestra conversación y dabamos algunos toques. En eso vino Xavi entrenamos y cuando acabamos vi que Fer estava en las gradas así que me dirigí con Pedri hacia el.

-Anda ¿que tal Gavi?- Preguntó el mientras nos acercábamos a el.
-Bien- dije yo cuando de la nada noto una mano que me da una colleja en la parte baja de mi cabeza. -Aiiii Pedri- me quejé.
-No te he preguntado ¿que tal la empleada?- dijo Pedri con una sonrisa.
-No se aun no he visto como limpia- dije  yo sabiendo lo que insinuaba.
-Pronto te limpia la soledad Gavi- añadió Fer con un ton un tanto gracioso.
-Bueno me voy a ver si Samanta necesita algo- dije para escabullirme.
-Bueno voy yo también que no conozco a la muchacha- dijo Pedri mientras se frotaba las manos.
-No, que al final se me asusta, mejor otro dia-
-Bueno pero otro día la quiero conocer- siguió Pedri
-Sí, porque vaya con el gusto de tu hermanito- susuré para mi mismo pero Pedri me escucho y añadió
-Así que sí que està buena he- soltó Pedri
-Bueno digamos que tu hermano tiene buen gusto y ya-
-Claro que te esperabas- Añadió Fer
-Bueno adiósss- dije esperando que no me dijeran nada mas.

Volví a mi casa y cuando entré la escuché hablar así que decidí no hacer ruido y ir a mirar. No se porque me dio por hacer eso la verdad pero la qüestion es que fui sin ruido.

-Ya, ya se que es una porqueria la ducha pero es lo que hay no le voy a pedir ducharme aquí que le voy a hacer- dijo ella mientras iba soltando algunos suspiros y mientras limpiaba.
-No se si se lo expicaras seguro que te deja- dijo una voz des de el telefono.
-No pienso estar rogando a nadie me ducho como pueda y punto- dijo ella mientras iba a coger el teléfono para salir de la habitación haci que decidí correr hacia abajo y grité -¡HOLAA!
-Hola- dijo ella sacando la cabeza por las escaleras
-¿Que tal vas?- pregunté yo
-Bien, tu ¿todo bien?-
-Sí, sí ¿puedo quedarme charlando un rato contigo o te molesto?- pregunté un poco tímido.