comociendo a santa

Parte 3

Narra Cristofer

Mi nombre es Cristofer, antes de estar aquí yo era un joven de 23 años de edad, yo nunca fui aficionado a la navidad, si te soy sincero, yo no creía en santa, porque él nunca me ha dado un regalo, mis padres me decían cuando era niño si santa no te ha regalado nada aún, deberías portarte mejor y verás como él te dará un regalo.

Pasaban los años, pero mi árbol seguía vacío, hasta una noche que escuché un ruido, emocionado fui a ver, y me encontré con mis padres dejando regalos en el árbol. Desde ese día dejé de pensar en santa, y para mí la navidad ya no era nada.

El tiempo pasó, cumplí 23 años, ya vivía solo en una casa grande, con una terraza, era diciembre, ya casi era noche buena, un poco frustrado, agarro mi vino, una copa y subo a la terraza, estaba bebiendo mientras veía como todos reían de alegría. Mis amigos me decían amargado por no festejar estas fechas con ellos, a mí me daba igual todo lo que ellos decían, para mí la navidad ya no era nada, no encontraba sentido para celebrarla.

Yo estaba sentado bebiendo como acostumbro desde los 17 años, ya estaba empezando a ponerme ebrio, me dormí. De la nada escucho un sonido fuerte en el techo de una vecina, me despertó un poco alterado, al principio pensé que era un ladrón.

Pero al ver la vestimenta de este me pareció muy extraña, pero lo que me dejo boca abierta fue ver un saco con regalos, vi como este agarro dos del saco y entro por la chimenea, unos minutos después vi como Salió, tomo su saco y salto muy alto a la siguiente casa.

Mis ojos no podían creer que estaba viendo a santa, mi mente quedo en blanco, santa era real, y lo pude ver en su Azaña que hacía una vez al año. Estaba a punto de llamar su atención, pero al levantarme tropecé con una de las botellas que tenía en el suelo y me caí por las escaleras.

Del golpe perdí el conocimiento, al día siguiente cuando desperté ya eran las 3 de la tarde, me acordaba de todo, me levanto rápido y voy a la terraza a buscar a santa, pero este ya se avía ido, yo no lo podía pensar, había visto a santa, mi mente estaba perpleja, y emocionada totalmente.

Después de ese día, empecé a investigarlo, todo lo que se conocía de él, duré unos años investigándolo, cuando vi que todas las historias y mitos llevaban al polo norte, fui a un viaje a buscarlo, te preguntaras ¿por qué? Pues es que la respuesta es que quería preguntarle por qué nunca me avía regalado nada, ¿fui un niño tan malo? No sé qué me podría decir, y si me dejan admitirlo también quería golpearlo.

Después de arreglar todo para el viaje me fui para este lugar, el polo norte, pregunté en los pueblos, pero nadie sabía nada, me decían que los que buscaban en las montañas nunca regresaban. La mayoría de las personas me daban un punto donde dicen ver una empresa, pero no es nada seguro, porque como dije anteriormente nadie ha regresado de esa búsqueda.

Me preparé lo más que pude y empecé mi viaje en el polo norte, camina al sitio que la mayoría decían, pero lamentable no te podía ver mucho, creí que avía pasado el punto donde me avían dicho, estaba haciendo una tormenta mis recursos se estaban agotando, estaba pensando en devolverme.

Pero mi mente me decía que estaba cerca, dure unos días caminando, sin ruta, esta vez, me estaba dejando llevar por mi instinto, cada paso que daba era muy tormentoso. Sentía que me estaba a punto de morir del frío, ya estaba rindiéndome, pero me dio esperanza escuchar sonidos de máquinas y al ver al cielo pude distinguir humo, como los tubos de escape de una fábrica.

Rápido estaba dirigiéndome para pedir ayuda, me llevarán al pueblo, pero en el camino vi como osos polares estaban caminando, eran como 10 de ellos, quise evitarlos, así que los rodee y busque entrar atrás de la fábrica, cuando por fin logre rodéalos vi como una puesta estaba abierta.