"Compañía"

11 1 0
                                    

Después de la amenaza de mi mamá el día de ayer, al momento de salir, me acorraló en la puerta con una sonrisa irónica y un "No olvides pasar por el hijo de los Huening" sin opción algúna tuve que aceptar saliendo de mi casa ahora yendo con dirección a la de nuestros vecinos en donde estaría el esperando.

Pasaron diez minutos en los que estuve aquí, sentado en la vereda esperando a que el saliera. Por algunas razón me sentía nervioso, el corazón me latía justo en mi garganta y las manos me temblaban. Sabía que tenía que iniciar un tema de conversación para no estar los dos en un silencio eterno hasta que llegáramos pero no sabía que decir, tenía miedo de estropearlo de alguna manera.

—Lamentablemente no puedo escapar —la voz detrás mío de ese pelinegro me hizo levantarme del suelo.

Me quedé en silencio admirando el conjunto de ropa bien elegido. Esa chaqueta negra de mangas blancas le quedaban bastante bien con unos pantalones oscuros y ajustados le definían perfectamente sus piernas y no olvidemos su tenis que hacían juego con todo de el. Hacía ver inútil el conjunto que me había puesto.

—Dimelo a mí... Fui a obligado

—Igual yo, muchas gracias —dijo sarcásticamente

—Bueno, tenemos que empezar a irnos porque hay ojos vigilandonos —hice una pequeña seña a un lado mío, así es, era mi madre.

—¡Agh! Está bien —se quejó y comenzamos a dar marcha.

Caminábamos y caminábamos envueltos en un silencio casi incómodo en el que el permaneció mirando los pasos hacia enfrente que sus pies daban y yo mantuve mis manos por dentro de mis bolsillo esperando, de alguna forma, encontrar las palabras perfectas para decir.

Estaba más que claro que el no diría nada, sabía que estaba irritado por tener que estar conmigo obligado así que tendría que hacerlo yo.

—Hue...

—Aunque fui "arrastrado" a esto —habló en mi lugar —Creo que me parece divertida la idea de ir a una fiesta contigo —sonrió

—¿En serio? —exclamé

—Mmm si —hizo una pausa —prometimos llevarnos bien ¿No?

—¡Oh! Si... Si —dije —¿Entonces podemos ser amigos?

—Si a ti te parece bien, pues a mí también —me entregó su mano en forma de cerrar el trato a lo que yo correspondí enseguida

—Muy bien

Y así el camino se movió mucho ameno. El me compartió lo que el hizo el día de ayer, hoy y muchas otras cosas más como sus intereses y gustos... No sabía que coincidiamos en muchas cosas que nunca supe que también le agradaba. Si que es agradable.

(...)

Después de un largo pero no mi corto camino en el que tomamos unas cuantos autobuses, continuamos con nuestro paso unas cuadras más y llegamos en cuento divisamos con la poca luz del sol que estaba por esconderse aquella casa que antes mi mejor amigo me había dicho que era.

—Supongo que es aquí —comentó algo sorpendido

Y no lo culpo, la casa era casi que de tres pisos... Conocía a la familia de Beomgyu e incluso a quien estaban festejando el día de hoy solo que nunca los veía fuera de la casa de Gyu. La fachada era bastante linda, con luces cálidas decorando el exterior y unas cuantas maseta de flores incluidas.

—Si... Debería de mandarle mensaje a Beom...

En cuento el teléfono de mi bolsillo miré esa cabellera pelirroja saliendo por la puerta principal con una sonrisa que mágicamente en segundos se borró y su rostro cambió a uno más de sorpresa.

Atrapado en tus sueños Donde viven las historias. Descúbrelo ahora