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Han pasado dos días y el desastre se pudo estabilizar así que el país estaba en calma. Ahora solo se debía reconstruir lo que se había dañado en la lucha. Inko Handara podía respirar en paz mientras miraba a sus hijos descansar. Tenko había sido enviado a una habitación grande para recuperarse de sus heridas y a ambos lados en su cama se encontraban sus dos hermanos durmiendo desde hace dos horas abrazados a él.

El médico en Jefe, Izuku Handara había mandado todo al diablo junto a Dabi cuando todo se había calmado y las rotaciones de los médicos se habían establecido y ordenado desde hace tres horas. Se habían acomodado junto a Tenko luego de dejarles el cargo a sus tutores y su amigo.

La mujer podria sonreír orgullosa de quienes había criado. De quién su amiga había criado. Y seguiría divagando en su mente sobre sus hijos y el pasado si el toque en su hombro lo la hubiera sacado de sus pensamientos.

Buenas tardes mamá Inko — la mujer sonrío al joven pelirrubio y le devolvió el saludo con un beso en la frente — necesito tu ayuda en algo — menciono Aoyama cuando le miro a los ojos con un tono bastante serio.

La mujer tuvo un tik ante el tono de voz del joven. Suspiro y asintió entonces para seguirle el paso hasta la sala de emergencias. En uno de los cubículos estaba el trío de héroes junto a los padres de uno. Inko tuvo que reprimir una mueca al ver a la mujer, Aoyama en cambio presto atención a otra cosa que no era la mujer si no en la conversación que tenían.

No se te ocurra Aoyama - la mujer le señalo con un dedo cuando se dió cuenta de que en que estaba la atención del joven, indicándole así que se aleje que no debía hacer nada extraño. — Si mamá Inko - sonrió Aoyama y así Inko supo que no le harían caso - aunque será divertido jugar con ese héroe un rato mama, de por si ya han estado siendo muy molestos desde hace mucho tiempo.

Lo decían enserio incluso Hitoshi estaba aborrecidó de verlos y eso que se suponen que trabaja en conjunto con ellos. El pelivioleta nunca se había cansado de algo tanto como de ver el rostro de esos tres. Pero entonces Inko incluso con sus palabras tuvo un quiebre.

...

¿Lo viste no es así?, Yo no me volví loco, ¿Verdad? — Shoto pronunció mientras hacia memoria de esa pequeña disputa que había pasado entre el hermano del líder médico que tenía un increíble parecido al suyo muerto — oh carajo Bakugo, tenías razón — este lugar explotará si su padre lo sabe

¡Siempre la tengo! — bufo Bakugo mientras sujetaba a su madre de las manos, la mujer finalmente había logrado llegar hasta su hijo hace cuatro horas junto a su esposo y entre el Bakugo más joven y sus compañeros les habían puesto al corriente de todo lo que había pasado. Y la mujer había tenido un desvalance por unos segundos. Después de todo los tres misterios más grandes del país estaban a unos pisos sobre ellos.

Luego justo ahora había estallado en que debía reunirse con la mujer mayor. Con el niño al cual su hijo casi jodió. No importa si se lleva arrastrados a los dos misterios más importantes del país entero. Necesita acercarse a la mujer y pedir perdón, mostrar que su hijo cambio y volver a tener su amistad. Volver a ser la tía del pequeño Midoriya.

Anciana, controlate — Mitsuki nego enseguida — ¡No, no puedo, necesito hablar con ellos, necesito hablar con mi amiga! ¡Tú, necesitas hablar con él! ¡Tu compañero necesita acercarse a su hermano también!

¡Oh no! ¡Claro que no! ¡Eso no va a pasar! ¡Sobre mi puto cadáver se acercaran a mis hijos, malditas ratas zarnosas! — con el silencio sepulcral que se formó ante su alza de voz, los pasos de Inko sobre sus tacones y su tono firme y enojado solo incrementaron cuando se dió a conocer junto al grupo "familiar" que hablaban de sus hijos. — ¡No quiero a ninguno de ustedes perros asquerosos cerca de mis hijos!

Eso no lo iba a permitir, le había costado tanto hacer que sus hijos fueran finalmente felices. Que persiguieron un sueño que les habían hecho creer imposible, les había entregado algo que jamás creyeron tener y eso no iba a acabar ahora. Incluso Dabi quien no usaba su quirk para ser un héroe podia usarlo con libre albedrio. Suficiente ya había soportado en tener que aguantarlos cerca de Izuku y Aoyama. Ahora querían añadir a su pequeño Dabi y eventualmente solo añadirían a Tenko. No, es un rotundo no. No los quiere cerca de su familia.

Inko querida amiga... — Inko levanto la mano para callar a la mujer — cierra la maldita boca, ya he hablado, no te me acerques a mi ni a mis hijos, no más, ninguno de ustedes los quiero cerca de ellos y no te atrevas a dirigirte a mi otravez como si fuéramos amigas

Mutisa molesta, permanecería poniendo enfermeros diferentes y competentes al cuidado del paciente solo para asegurarse de que se cure rápido y puedan irse lo más rápido que se pueda. Los quiere lejos lo más rápido que sea posible.

Todos en el área medica eran conscientes de quién era ella y si uno de los dueños simplemente disfrutaba del momento ocasionado en ese instante, el resto no tenía poder ni voto en contra de lo que la mujer dijera. Se haría lo que ella dijera en este momento.

Porque Aoyama definitivamente lo estaba disfrutando, el quería darles una golpiza desde que habían empezado a  hablar y el los había escuchado. Pero esto, esto era mucho mejor de lo que hubiera pensado hacer. Ver el rastro de conmocion en los compañeros de Bakugo, del mismo Bakugo, de los padres de este y no puede evitar sentirse más satisfecho que nunca.

Los Handara eran una familia básicamente aislada del resto del mundo. Fuera de lo que fuera lo básico de su trabajo o círculo social eran muy apegados entre si y muy alejados del resto, casi nadie conocía el rostro de Dabi a pesar de que era un corredor de autos ciertamente famoso. Inko Handara era mujer amable, tranquila y amorosa normalmente. Pero incluso si esa parte aún seguía en su comportamiento la mujer ya no era temerosa, débil y llorona. Era una mujer cruel, asustada por sus hijos y lo que les pasó, rencorosa y con un carácter bastante fuerte. No importa lo que pasaba incluso si dos de esos niños no eran de ella, ella los cuidaría como si verdaderamente lo fueran. Cómo con esa pequeña niña Eri, era su posible nieta adoptiva por Izuku e incluso podría pasar como su hija por Toshinori. Era simplemente una mujer feroz en comparación a lo que fue en un pasado. No perdona nada de lo que pasó en el pasado y detesta con todo su ser a los héroes de esa generación. A los actuales les tiene un gran recelo.

Aunque sinceramente, ¿Quien no le tendría recelo a los héroes si el matón de su hijo ahora está frente a ella como uno?. Está recentida con el mundo cuando no pudieron apoyarla a ella y fueron muy crueles con su hijo. Pero aún así, les sonríe a todos cada día y no deja su amabilidad a un lado.

Aoyama ve a la mujer y simplemente la admira y también elogia a Toshinori por haberse logrado un espacio en ese agrietado y herido corazón.  Le agradece quizás a ese accidente que lo volvió quirkless de nuevo como para que pudiera quedarse cerca de la mujer. Porque ahora que luego de unos largos años y que sus hijos ahora tengan lo que desean ella merece volver a ser finalmente feliz. Así que si, Aoyama la idólatra de tal manera que hará lo posible para que lo que ella pida se cumpla.

Mama Inko — Aoyama se acerca tomando su brazo para llamar su atención — ve a descansar junto a Izuku y el resto, yo me encargo desde ahora junto a Yagi y mi madre — la mujer suspira y asiente en agradecimiento para irse y alejarse de esas personas. Aoyama sonríe aliviado al verla yendose y luego se gira hacia el grupo con una sonrisa cinica. — ya la escucharon así que joven héroe mejore pronto

Esto va a ser mas difícil de lo que creí— piensa Kirishima al ver esto pero ayudará a su amigo a ganar el perdón que el desea.

Aoyama, ¿que haces?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora