CAPITULO 1

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1 de septiembre

7:58 pm

Jade

—¿Por qué no?– dije ya después de haber perseguido a mi mamá por toda la casa haciéndole la misma pregunta–. Ya estoy grande, y todos los chicos que irán son de mi edad.

—Justo eso es lo que me preocupa– contestó ella.

—Yo me se cuidar sola.

—Tienes 16 años.

—¡Y justo por eso deberías dejarme ir!–conteste con el tono de voz más alto de lo necesario

—Suficiente de esta conversación, a tú cuarto– Dijo mi madre más calmada de lo que esperaba

—Pero.

—Pero nada– interrumpió mi madre.

Suspiré frustrada saliendo de su habitación para ir a la mía. Abrí la puerta, entre y la cerré de un portazo.

Mi teléfono comenzó a sonar.

**Llamada entrante de Ana**

—¿Qué te dijeron?– Preguntó mi mejor amiga.

—Dijeron: Claro– hice una pausa hasta que escuche a Ana alegrarse–, que no.

Ella suspiró al otro lado de la línea

—¿Y si te escapas?

—Ya lo había pensado.

—toc toc– dijo mi mamá abriendo la puerta de mi cuarto–. Hora de comer.

—Ya voy– dije en tono cortante–. Luego te llamo– le dije a Ana antes de cortar la llamada.

***

Ya en el comedor, un incómodo silencio estuvo presente durante toda la cena. Mi padre fué el único con el suficiente valor para hablar.

—Nena, mañana...

—No me digas– le interrumpí en tono cortante–. Mañana tu madre y yo tenemos que ir a una reunión de la empresa muy importante así que te quedarás con una niñera– dije imitando lo mejor que pude su voz– . Ya me se esa papá. Y sinceramente pienso que es una tontería seguir dejándome con niñeras: Tengo 16 años, 16– repetí para que quedará claro–, no necesito niñera.

—Nena, si no quieres niñera no tendrás niñera.

—¿Enserio?– dije más emocionada de lo que quería demostrar.

–Si, tendrás un niñero.

La sonrisa que se había creado de forma mágica en mi rostro, desapareció más rápido de lo que apareció.

Deje mis cubiertos, arrastré la silla y me levanté.

–Compermiso– dije sarcásticamente caminando en dirección a las escaleras para subir a mi habitación.

—¡Jade West!, vuelve aquí ahora mismo–dijo mi padre.

Hice caso omiso a su llamado.

Subí a mi habitación y está vez la cerré con pasador. Puse The Weekend en Spotify y le subí volumen al 100% para no escuchar a mis padres volviéndose locos al otro lado de la puerta.

Cerré los ojos centrándome en la melodía de CALL OUT MY NAME  y me relajé.

Un fuerte golpe me sacó de mi ensoñación, abrí los ojos en dirección a la puerta, y ahí estaban mi madre y mi padre.

𝕄𝕖 𝕖𝕟𝕒𝕞𝕠𝕣é 𝕕𝕖 𝕞𝕚 𝕟𝕚ñ𝕖𝕣𝕠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora