CAPITULO 3

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3 de septiembre

1:31am

Beck

Estaba recostado en el sofá de los West, disfrutando de su wi-fi y de un vaso de Coca-Cola que la empleada me había servido, era muy amable.

El sonido de la puerta abriéndose me hizo levantar la mirada en dirección a la misma.

—Buenas noches, Beck-dijo el señor West en un susurro–. Lamentamos llegar a esta hora.

—No se preocupe–dije honestamente.

—¿Qué no nos preocupemos?, Es la 1:33am–dijo la señora West con exageración–. Jadiel, dale dinero extra al pobre muchacho

—No es necesario–dije, aunque en el fondo estaba celebrando. Un propina nunca me caía mal.

A pesar de mi falsa hulmidad el señor West termino dándome 20$ extras.

—Muchas gracias, no era necesario.

—Claro que si, debió ser agotador cuidar a Jade.

Ay señor West, si usted supiera

Vi a Andrew caminando apresuradamente hacía la camioneta donde lo estába esperando.

Tenía a Jade en su hombro cómo si fuera un saco de papas.

Abrí rápidamente la puerta y el la recostó en el asiento trasero. Los dos subimos a la camioneta y arrancamos a la casa de lo West.

—¿Cómo se llama?–preguntó Andrew con la mirada fija en la carretera mientras manejaba.

Jade. ¿Dijiste que esa pastilla la hará dormir toda la noche?

Si, pero recordará todo lo que pasó antes de dormir, tal vez te metas en problemas por eso.

Automáticamente mire a Jade.

No es tonta–dije apreciando cada parte de su cuerpo, la verdad si estaba buena–. Decir algo que tenga que ver con esto la compromete más a ella que a mí, no creo que se quiera meter en problemas

Si tu lo dices.

....

Llegamos a la casa de los West dónde el vigilante al cual le había contado de la situación, ojeo los asientos traseros en el que se encontraba la bella durmiente. El vigilante vio raro a Andrew.

Tranquilo, solo vino a traernos y se larga.

El vigilante asintió y nos dejó pasar.

Bajé de la camioneta para tomar en brazos a Jade. Andrew me ayudó a abrir la puerta y recostar a Jade en su cama.

Se ve incomodidad, ¿Qué tal si le ponemos la pijama?-dijo Andrew

Lo fulmine con la mirada.

Calma-dijo dándome una palmada en el hombro–. Solo bromeaba.

Gracias por tu ayuda, pero debes irte de aquí.

No hay de que.

Andrew se fue, y a mi solo me quedaba esperar a los señores West mientras disfrutaba de su super rápida conexión wi-fi.

—En realidad fue sencillo– Mentí descaradamente–solo hizo una pequeña rabieta y se fue a su habitación luego de insultarme.

La señora West suspiró

—Lo sentimos, hablaremos con ella

Al parecer si me creyeron

—Tranquila señora West. Debo irme.

Me despedí respetuosamente de los West y me fui.

Miré mi teléfono para buscar un chat en específico:

*Victoria*

Yo: Estás??

Victoria: para ti siempre

Sonreí como un tonto

Yo: voy en camino

***

Besos...
Caricias...
Gruñidos...
Jadeos...

Victoria y yo estamos haciéndolo en su apartamento. Sus jadeos me vuelven loco. Ella toma mi pelo para guíar mi boca a sus pechos.

Se que está apunto de venirse porque yo también.

Sus besos y movimientos se intensifican llevándome hasta el 5to cielo.

Su nombre dejó mis labios en un gruñido antes de poder pensarlo:

—Jade...

Me di cuenta muy tarde de lo que había dicho.

Victoria se tensó y se separó de mi antes de yo poder corregir mi error.

Mi terrible error.

Con una mirada aterrorizante y un tono de voz aún peor preguntó

—¿Quién es Jade?

Me quedé congelado, no sabía cómo justificar lo que acababa de decir. Al ver que no obtenía respuesta de mi parte gritó

—¡Contestame!

—Amor yo...-levantó su mano derecha para que me callara.

—Vete

—¿Qué?

—¡Que te vayas!

—Pero...

—Pero nada, no te quiero ver.

—Dejame explicarte...

—¡¿Explicarme qué?!, ¡¿Qué me volviste a ser infiel?!, ¿Eso es lo que quieres explicar?, Pues fíjate, no pienso escuchar tus explicaciones y excusas ridículas. Vete–no me moví–, por favor.

No tuve más opción que largarme.

Eso fue solo una gran confusión, fue una confusión debido al mal momento que pase hoy con la chica sexy.

No pasaba más allá de una confusión, era solo un terrible error. Yo no me sentía nada atraído por Jade, ¿O si?

𝕄𝕖 𝕖𝕟𝕒𝕞𝕠𝕣é 𝕕𝕖 𝕞𝕚 𝕟𝕚ñ𝕖𝕣𝕠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora