CAPITULO 4

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2 de septiembre

8:42am

Jade

Dolor de cabeza...

Un horrible dolor de cabeza fue lo primero que sentí al despertarme.

Confusión...

No recuerdo absolutamente nada de el día de ayer ni como llegué a aquí

Orientación...

Me doy cuenta de que estoy en mi habitación, con una ropa muy provocativa como para dormír

Recuerdos...

Invaden mi mente a la velocidad de la luz.

La noche empezó de lo mejor

Escapé, fiesta, alcohol, karaoke, baile...

¿Cómo terminó?

Siendo drogada por un tipo raro y guapo con apariencia de rapero.

La pregunta es... ¿Por qué no estoy en la habitación de ese tipo o tirada en la calle?

«¿Cómo carajos llegué aquí?»

Esa pregunta era todo lo que cruzaba por mi cabeza

Me levanté con mi terrible dolor de cabeza y me quite mi ropa para tomar una ducha.

Tal vez eso me quitaba el dolor de cabeza.

***

Salí de la ducha y me puse una ropa casual para bajar a por una pastilla y mi desayuno.

Cuando entré a la cocina me encontré una escena un poco desagradable.

La empleada estába riendo embobada de algo que mi asombro niñero le había dicho.

«Espera, ¿Qué hace el aquí?»

Sus caras estaban a escasos centímetros de distancia.

Eso me causó náuseas.

Beck era un chico joven y guapo.

Teresa era... Teresa. Osea nada que ver. Teresa no era muy joven, tenía unos 30 y tantos años.

Me aclaré la garganta.

—Buenos días–dije con una sonrisa falsa

Teresa se puso nerviosa y se separó de Beck rápidamente. El simplemente se me quedó mirando sin preocupación en su mirada y con una sonrisa de seguridad.

—Se... Señorita Jade, despertó–dijo Teresa tartamudeando nerviosa.

—Salvada por la campana Teresita–dijo Beck guiñándole un ojo.

Teresa rió nerviosa.

—Mejor disfrute haciéndome el desayuno–dije dirigiendome a Teresa–, tal vez sea el último que cocine después de decirle a mis padres que la encontré jugando con mi niñero

Ella asintió triste y se dió la vuelta para cocinar

—Tranquila Tere, no dejaré que te despidan.

Me reí de su comentario

—¿Y tú quien te crees?–dije cruzando mis brazos para lucir poderosa e intimidante

—No hablaras con tus padres porque si lo haces yo hablaré con ellos

—¿Y qué dirás?

La sonrisa de superioridad ya no entraba en mi rostro

—Que te escapaste, bebiste alcohol y un chico te drogo

𝕄𝕖 𝕖𝕟𝕒𝕞𝕠𝕣é 𝕕𝕖 𝕞𝕚 𝕟𝕚ñ𝕖𝕣𝕠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora