Con Mis Manos Toqué Las Estrellas

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Aquí bailo, bajo el cielo nocturno, hermoso y estrellado, con pies descalzos, sintiendo las pequeñas hebras que escapan de la tierra, el pasto se aplasta paso a paso.

Un paso que destruye materia y átomos, un paso que crea polvo y galaxias. Quien pensaría que aquí, hacía arriba, a cientos, miles de años luz se encontraría Andrómeda, nuestra galaxia más cercana.

Quien diría que tras dar un paso, mi ángulo cambiará tanto como para distanciarme a otra galaxia aún más lejana, y quién diría que tras dar otro paso, mi ángulo me llevaría por el espacio hasta el vasto vacío.

Si ya lo decía mi padre, las cosas pequeñas son las más importantes. Yo soy pequeña, ni siquiera soy mayor que el propio año, por lo que soy lo más importante que hay en el mundo, y he de darle provecho.

Después de todo, ya he visto el infinito, ya he pescado bajo cascadas y ríos, ya he saltado de montañas y abismo, ya he escalado los más altos edificios. Ya he sido, ya soy y ya seré la mejor versión de mi misma.

Que pena que los demás no tengan mi propia suerte, pero para ser justos, es su culpa. Ellos no le rezan a Atenea antes de presentar un examen, no le ofertan un ayuno y meditación a Buddha para que a sus vidas llegué la calma y la paz.

No toman sangre de una virgen y se la ofrecen a Quetzalcóatl para que por fin llueva después de una temporada de sequía. Porque, vamos, si Dios, padre de Jesús antes no aceptaba a los homosexuales y ahora los acepta, claramente Quetzalcóatl evolucionaría sus prácticas de la misma forma.

Me llaman loca. Pero ellos son los amargados que sufren la vida mientras yo la disfruto. Desde mi punto de vista todo es posible, ¿Y quién es un científico para decirme que no?

¿Quién me dice que yo no causo una supernova al tapar con mi mano una estrella? ¿Quien me dice que yo no causo un tsunami al dejar una tapa caer al mar? ¿Quién me dice que mi joven encanto femenino no puede conquistar países?

¿Quién me dice que en el aire no están las almas de nuestros ancestros? ¿Quién me dice que no veo el pasado, cuando a las estrellas me dirijo?

¿Quién me dice que al cerrar los ojos y rodear al sol con los brazos, no lo estoy abrazando? Sintiendo un calor más fuerte que el de los mismísimos infiernos.

Nadie; los dioses me acompañan, les hago compañía pues tal cual soy yo también una diosa. La más pequeña de las diosas, la más importante.

Si un pintor frustrado creó un conflicto mundial, yo puedo ser relevante. Si un hombre desesperado por comerciar encontró un continente, yo puedo ser un hito histórico. Si un par de mujeres cambiaron la forma de ser y pensar de una generación entera, ¿Quien dice que no puedo ser igual a ellos y ellas? ¿Igual de relevante, igual de precioso, igual de bueno, igual de destructivo?

Ya he dado el primer paso, extendiendo mis extremidades al firmamento mientras el amanecer baña con tiernos hilos de luz y calor mis piernas en puntillas.

Acaricie la barbilla del polvo estelar como si de mi amante se tratase. Pase mis manos sobre cometas y estrellas fugaces.

Finalmente, con mis manos toqué las estrellas y besé el calor solar antes de despedirme de la noche eterna.

Palabras con sentido aparenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora