Los días nevados eran los favoritos de Taesan, simplemente, verlos en su ventana era algo que le encantaba.
El frío entraba por la gruesa sudadera de Myung, cuál trataba de ocultarse entre ella, temblando como gelatina y relamiendo sus resecos labios. Esperaba al pelinegro, tambaleando para entrar en calor, o simplemente quedándose quieto. Mientras jugaba con sus dedos miraba a su alrededor, atento a lo que sucedía en este.
Su atención quedó en una pequeña vitrina que lograba verse detrás de aquella gran ventana, una cafetería. Flores y deliciosos postres, animaron extrañamente al joven, se sintió atraído por el lugar, parecía cálido. En sus pensamientos vagaron mil recuerdos, parecía que aquel lugar había despertado algunas melancólicas y divertidas escenas.
Sonrió sentimental, haciendo una mueca al ser tan sensible, suspiró relajándose y apoyándose sobre aquella pared, viendo el suelo y notando como otra vez volvían a caer copos de nieve.
- Uhg.. este chico tarda demasiado, ¿Acaso era checar documentos o hacerlos desde 0? - reclamó para si mismo, haciendo una mueca y repitiendo con tono gangoso lo que le había dicho.
"Iré a checar unos documentos, vengo en 1" que mentiroso.
Unos pasos corriendo lo hicieron salir de aquella crisis existencial, sintiendo su hombro ser aplastado por un delgado brazo. Subió su mirada y frunció sus cejas al verlo. Maldito descarado. Taesan le sonría con vergüenza y burla, pues la apariencia del mayor no era la mejor que digamos.
- Tardaste mucho, ya casi me hacía bombón congelado. - Murmuró escuchando la carcajada del pelinegro.
- JAJAJAJA, Lo siento.. cuando termine de leerlos se me cayeron al primer piso, fui rápido, lo juro. - Justifico y sonrió al recibir el cálido beso en su mejilla.
Al final no pasaría a más que unos 20 minutos.
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Recargó su cuerpo sobre aquel mueble, suspirando aliviado al por fin estar en su casa. Miro a su alrededor, buscando al más pálido, cuál seguía embobado en aquella ventana. Sus ojos brillaban mientras veía el mundo congelarse fuera de la ventana.
Dudó en acercarse y interrumpir la paz del pelinegro, pero al final lo hizo. Se acercó lo suficiente como para darse a notar, apoyo su brazo sobre el hombro ajeno, recargandose sin llegar a aplastarlo, viendo junto a el, el lindo nevado. Jaehyun parpadeó lentamente, sintiendo el cansancio volver a invadirlo, pues el día había sido pesado. Cosa que Taesan noto.
- Ven aquí, duerme un poco. - Palmeo su regazo, acomodándose en aquel asiento.
Sin rechistar, se acomodó sobre el mismo, rodeando su cuello y presionando su pecho contra el ajeno, ocultandose en la unión de su hombro y cuello, aspirando el suave aroma del perfume ajeno. Por fin cerrando sus cansados ojos y comenzando a dormirtar sobre el cálido cuerpo de su prometido.
Tanteaba con sus dedos la suave tela de aquel suéter, haciendo pequeños sonidos para relajar más el tensó cuerpo de Jae, ayudándolo con su sueño y sonriendo al sentirlo flojo. Miro atento la ventana, comenzando a ser contagiado por el sueño. Parpadeando lento y suspirando algunas veces, comenzó a dormirse sin darse cuenta, cerrando sus ojos y cayendo igual que el contrario.
Aún sin soltarlo, como si el castaño se fuera a ir en cualquier momento de su lado.
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