Jaehyun merodeaba por toda la casa, curioseando por si encontraba algo nuevo con que distraerse, estar solo tanto tiempo le afectaba, lo hacía volverse mucho más hiperactivo e inquieto. Su cuerpo tambaleaba mientras daba titubeantes pasos, prestaba atención asta en lo más mínimo.
Con lentitud se acercó asta la cocina, dónde se sentó sobre la barra de la cocina, tambaleando sus piernas está vez siendo más torpe. Su mirada era atenta, los sonidos eran retumbantes para sus sensibles oídos, la luz de el sol entraba por las ventanas, causando que este se perdiera por un momento en sus pensamientos.
Mentiría si decía que no extrañaba a su acompañante, su novio era quien pasaba mayor parte de el tiempo con el, aunque fuera en la noche o mañana que se levantaba con el, se sentía aburrido sin el. Tenía que encontrar una forma de desaburrirse, y casualmente había encontrado unos pequeños frascos llenos de brillitos y pinturas..
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Un cansado Taesan había llegado a casa, ignorando por un momento el sospechoso silencio que había en la casa, dio pasos lentos hacía la sala. Escucho unos pequeños soniditos, chillidos para ser exactos, por un momento se alteró y apresuró el paso, encontrándose una escena (desastre) hecha por el chico sentado en el piso.
Jaehyun estaba repleto de brillos y pintura, cabello desordenado, ojos fijos a su "Obra maestra" acomodándose en el sucio piso cuál estaba lleno de colores y de más materiales para hacer manualidades.
No hubo emoji que describiera la cara de Taesan, impactado con todo el desastre que estaba viendo fue inevitable no soltar un pesado suspiro, captando la atención del curioso Jaehyun. Quien apenas lo vio pego un saltito y se levantó de forma apresurada.
- Llegaste. .
Sonrío nervioso al ver su expresión molesta, sus cejas fruncidas y ojos que mostraban sequedad hacía el chico, quien recién recibió la apuñalada desvío la mirada.
- Sí, llegué.
Fue lo unico que pudo mencionar antes de ordenar con su dedo que ordenara y limpiará todo. Estresado subió las escaleras dejando al apenado Jaehyun, cuál con una sonrisa burlesca se apresuró a ordenar y a limpiar todo lo que estaba regado.
Pero dando una buena versión, su cuadro había quedado bien, con Taesan enojado, pero bien.
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