Jamás ninguno de los hermanos imaginó que estarían en presencia de un ángel, un ángel real, una mujer que parecía el sol de brillante. Su cabello rubio era hermoso, brillante como el de ninguna persona humana, parecía tener brillos de diamante en cada uno de sus cabellos, ellos no tenían idea de cómo ella se veía a sí misma cada vez que se miraba al espejo, pero era hermosa como nadie, la palabra inigualable belleza la describiría perfectamente.
Esos ojos azules brillantes que tenía, eran como mirar el océano, tan intensos.
Además el vestido blanco que tenía puesto, ayudaba bastante a que todos la vieran como un ser bueno e inocente, que es lo que era, pero estaban seguros de que sus ojos no exageraban cuando veían en ella una inocencia tan pura y limpia, que no parecía real.
Ellos que estaban acostumbrados a ver el alma negra y mala de los humanos con los que se habían cruzado, y a lidiar con su propia oscuridad se sentían seres tan por debajo de ella, lo que no les hacía nada de gracia, ya que ellos amaban sentirse superiores. Mejores que todos en el mundo.
Caelen los miró y les hizo un gesto para que reaccionaran, todos parecían estar congelados mirándola.
El primero en reaccionar fue Kai, que se acercó a ella y le tendió la mano de manera formal.
-Soy Kai, un gusto pequeño ángel.
Blaire miró a Caelen, como pidiéndole ayuda, ya que estaba muy avergonzada con todos. Además al único que le había permitido tocarla hasta ahora era a Caelen, no se sentía preparada para tener contacto con alguien más.
Kai viendo su inseguridad en tomarle la mano, la bajó avergonzado. Otro de sus hermanos llamado Blacker se acercó a él y le dijo.
-Mi querido Kai, no te ofendas pero no todos aman el contacto físico. Ella no puede...
-Entiendo, disculpa querida cuñada.
Eso avergonzó doblemente a Blaire, la cual sin poder evitarlo se acercó más a Caelen y se escondió entre sus brazos, este pillado por sorpresa la abrazó protectoramente.
-Blaire, tranquila, no te avergüences, ellos son mis hermanos...
-Es que... Nunca he tenido contacto con otras personas, y eso me hace sentir incomoda, siento que no... No estoy a la altura de ustedes...
-Lo estás... Estas conmigo, ahora eres de los nuestros.
-¿Y si me acostumbro a ustedes y al igual que mis padres me abandonan?
-No lo haremos- Caelen la miró pero al ver que ella bajó la mirada, con sus dedos tomó su mentón y lo levantó de manera suave para que ella pudiera mirarlo. Cuando ambas miradas conectaron, el le transmitió todo a ella, no necesitaron palabras para entenderse, los hermanos de él miraban alucinados la escena, la luz de ella se hacía más poderosa al estar en contacto con su hermano, la conexión de sus miradas, hacia que alrededor de todos ellos se formaran luces de colores, como si la magia volara en el aire, como si aquello transportara a todos a un lugar mágico, tan mágico, como jamás ninguno de ellos había sido.
La magia que ellos tenían junto a ella, no se comparaba con la de nadie más.
Es como si ella amplificara la magia de todos ellos, algo que en otras circunstancias resultaría imposible, en estos momentos estaba siendo lo más único que habían visto en sus millones de años vivos.Decir que habían vivido milenios era poco decir... Ellos eran seres que habían existido desde el principio de los tiempos. Seres que solían ser leales, pero que de un día para otro fueron traicionados, por supuestos seres de luz, seres como ella, que fingían ser buenos, pero estaban llenos de odio y rencor por dentro.
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INTENCIONES OCULTAS
AléatoireBlaire Thomson es una chica rubia. Una chica rubia que cumple el estereotipo de rubia tonta o al menos eso le decían sus compañeros de curso desde que era pequeña. Su belleza es inigualable pero su inteligencia es muy reducida y su voz un tanto chil...