Capítulo 2: Inicio de la tormenta

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Mikradal, con Mikridak unos pasos detrás suyo, ambos con sus invocaciones, salían del templo con caras de incertidumbre. Según se acercaban a la puerta Mikradal preguntó en voz alta lo que ambos tenían en mente en ese momento. Mikradal tenía el pequeño elemental apoyado en su hombro mientras que el hada volaba alrededor del hermano Mikridak.
ーA ver cómo reacciona nuestra madre a esto... ーComentó Mikridak.

ーVeremos el drama que organiza ーRespondió Mikradal.

Tras salir del templo, ambos se encontraron a una pareja que los esperaba impacientemente. El hombre era un adulto alto y bien construido a pesar de ser delgado, con el pelo corto y rubio con un aire militar, mientras que la mujer era una dama más alta que el promedio, delgada y con un aire aristocrático, que se acentuaba con su cabello color platino.
ーPero... pero... ¿¡hijo!?, ¿qué demonios es eso? ¡guárdalo que nadie más lo vea!, ¡qué vergüenza! ーexclamó su madre, Ginfar, mientras se masajeaba la frente con ambas manos.
ーGinfar por favor, no armes tanto escándaloー reclamó su padre, Gedgar

ーVamos, ya hablamos esto en casa, subíos al carruaje. ーella, acto seguido, les dio la espalda y subió con delicadeza a su asiento.

Toda la familia la siguió y se fueron del lugar en un silencio incómodo, con cada uno sumido en sus propios pensamientos. Mikradal y Mikridak solo pensaban en cómo entrenar a sus invocaciones, mientras que sus padres pensaban en como solucionar a su manera los problemas que se les podían avecinar.


Nada más llegar a la mansión, antes de que se pudiera empezar a discutir lo ocurrido, llegó una carta procedente de la hermana mayor informando de que iría a cenar a la mansión esa misma noche para celebrar con sus hermanos el ritual de iniciación. Esto alegró a todos, más aún a Ginfar y Gedgar debido a que creían que los ayudaría a arreglar la situación gracias a su posición de cazadora de alto nivel. Tras comer en silencio, antes de que el protagonista se levantase de la mesa, su madre les habló en voz alta.

-Chicos, arregláos bien esta noche porque vuestra hermana va a venir a cenar con nosotros.

Tanto Mikradal como Mikridak se alegraron bastante de poder volver a verla debido a que la admiraban por ser una cazadora muy reconocida. Tras esto la familia se separó y Mikradal se fue a la biblioteca a investigar sobre los elementales ya que su conocimiento de ellos era muy limitado. Tras un rato de buscar, acabó encontrando una enciclopedia de monstruos donde observó que los elementales son monstruos relativamente comunes que su principal papel es de hacer de apoyo del cazador mejorando sus armas con el elemento que poseen, por ejemplo, y usar su tipo también como apoyo a sus invocaciones compañeras. Esto lo alegró porque le daba a su invocación inicial una gran versatilidad a pesar de su falta de daño directo, lo que abre un abanico de estrategias muy amplio. Tras estar un rato investigando y pensando cómo desarrollar su elemental, el tiempo pasó volando, y finalmente llegó la hora de la cena. Al llegar al comedor, Mikradal vio a una joven alta y delgada, con cabello rubio y un aire que emitía tanto elegancia como un cierto toque de peligrosidad. Volando alrededor suyo se podía observar a un hada con una apariencia mucho mayor que la perteneciente a Mikridak, además de emitir un leve resplandor.

-Buenas noches, hija, ¿qué tal ha ido el viaje? -preguntó el padre con cariño tras darle un abrazo.
-Pues, genial, exceptuando que en el camino nos atacaron unos banshees sombríos, pero con mi hada fulgurante y la diferencia de nivel existente entre nosotros pude derrotarlos fácilmente. -Dijo Gifug mientras se acercaba a darle dos besos.

-¿Qué tal te tratan en la unión de Gerkuq?, ¿te han ascendido?, ¿has subido mucho de nivel desde la última vez? -interrogó su madre mientras le observaba de arriba a abajo.

-Pues he conseguido el rango de jefa de escuadrón y he alcanzado el nivel 70, pero me acribillan a tareas y a expediciones peligrosas... Pero no estoy aquí para hablar de mí, ¿qué tal os ha ido a vosotros dos, pequeños? Parece que habéis seguido mis pasos de ser cazadores.

Cazadores de MupisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora