4- Mal de amor.

71 1 0
                                    

Caminaba con mi mejor amigo Damián por el centro, buscando algo para ponerme para salir esta noche.
Él me insistió para salir y distraerme un poco, a lo mejor me vió muy agobiada pensé.
Ya que, no tenía mejor plan para esa noche, o, si, quedarme en mi cama recostada, con un pote de helado a llorar por amor.
Si, por amor.
Las cosas con Jeremías no estaban del todo bien.
O, mejor dicho, ni siquiera estaban.
Bueno, es que nos tomamos un tiempo.
Sí, un tiempo.
Tiempo que me duele.
Muchísimo me duele.
Tiempo que quizá se convierta en un adiós.
Un adiós para siempre.
Tiempo que caminará sobre mi fecha de cumpleaños.
Y capaz no esté ahí para felicitarme.
Ya que se aproximaba la fecha.
Puede ser que esté exagerando y sólo sean un par de días, pero de verdad me hace falta.
Si se preguntan porqué nos distanciamos.
No sabría que decirles.
Fue decisión de él.
Me lo propuso porque decía que tenía que replantearse algunas cosas.
Y bueno, así estamos.
A pesar de todo lo que me estaba sucediendo, Damián me insistió, él sabía cómo me sentía, pero su ley era, que no hay mejor remedio para un mal de amor que un tequila, y una canción.
Entonces me acarreó hasta el centro y acá estamos.
Buscando que ponerme para salir hoy.

Recorrimos, recorrimos y recorrimos.
Nada nos convencía.
Él, apasionado por la moda y el estilismo, era muy exigente con las prendas y le gustaba que todo encajara a la perfección.
Yo, una piba sencilla que, con tal de sentirme cómoda bastaba.
Una dupla, que no podía fallar.

Pasaron las horas.
Los cafés para recargar energías .
Y los dolores de pie por tanto caminar comenzaron a sentirse.

- Ay amigo, crees que es buena idea? Llevamos horas buscando y nada. No crees que es una señal?

D: ay no!
AAAAA!

- Qué!? Qué pasó?!!

D: vamos, acompáñame

- Ay Dios y ahora qué?!

Me llevo del brazo hasta una tienda casi al término del centro.
Y me colocó frente a una enorme vidriera de los sueños.

- ay por favor, qué es esto?!

D: dale, entremos

Cruzamos la entrada y empezó la función.
Mi amigo me tiraba encima todas las prendas que iba agarrando sin parar.
Yo era una especie de perchero caminando.
En fin, pasé otras horas probando vestidos, pantalones, remeras y todo lo que se imaginan.
Hasta que, de pronto, lo vi acercarse.
Mi vista se nubló por unos segundos.
Y creo que vi el cielo por unos minutos.
Si, el cielo porque la de brillos que llevaba ese despampanante vestido, nunca lo vi en mi vida.
Era un vestido plateado, corto, con destellos brillantes por todos lados.

D: dejá todo eso que tenes, probate esto ya!!!

Rápidamente largué ya ni me acuerdo en donde todo y me fui a probar el vestido.

D: ay!!! Me encanta! Nos lo llevamos!

- vos decís? No parezco una bola de boliche?

D: no querida estás loca? Te queda hermoso me fascina! Ojalá yo pudiese tener ese cuerpo para entrar en ese vestido! Jajajaja

- jajaja cuando quieras te lo presto!

D: jaja bueno dale, vamos que ya se nos va a hacer tarde!

Pagamos la prenda y nos fuimos directamente para la casa de Dami.

Al llegar, nos comenzamos a preparar rápidamente, porque habíamos perdido demasiado tiempo buscando ropa!
Él me arregló el cabello. Se daba bastante maña, yo creo que en un futuro será un gran peluquero y estilista.
Me maquilló también y luego, cuando se hizo la hora, partimos hacia el baile.

El amor antes del amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora