12- La Despedida.

41 0 0
                                    

Vi asomarse a mi una pequeña botella que venía flotando vaya a saber de donde.

Vi asomarse a mi una pequeña botella que venía flotando vaya a saber de donde

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¿Otra carta más?
Me preguntaba resignada.
Había recibido, contando esta, tres en lo que va de mi viaje.
Dos me las entregaron personas desconocidas.
Y esta?
Que vino? Sola?

Y al instante de terminar de pensar en eso, siento una presencia en mi lado derecho.

Volteo a ver y era María.

- ay! Amiga! Me asustaste!
Te estuve buscando todo el día, pero no te he podido localizar y tampoco te habían visto las personas a las cuales les pregunté por ti.

Mg: mi Sole, mi niña dulce como la miel.
He estado pensando.
Todo el día.
Y es que tengo una historia para contarte.

Expectante de aquella mujer a la que había conocido hace tan solo unos días, me acomodé y me dispuse a oírla.

Mg: mira Sole, te he contado gran parte de mi historia, pero no la más importante.
Y es que, yo no sabía que esto se iba a volver así, tan real.
Yo no creía.
Pero al final si.

La miraba extrañada.
No entendía a que se refería.

Mg: Vicente.
Ese era el nombre del amor de mi vida.
Lo conocí en un pequeño pueblo de Caracas, de mi amada Venezuela.

Se dedicaba a trabajar en una construcción que estaba en frente de mi casa.

Lo veía todos los días.

Entre palabras, bromas y algún dulce piropo, nos enamoramos.

Me enamoré tan fuerte de ese hombre.

Fue como si nuestra conexión no fuese de este plano.
Él me decía que ya sabía que yo iba a ser su esposa.
Que él solo estaba esperando a que yo me dé cuenta.
Y que me amó desde el primer momento en que me vio.

Nunca lo entendí, yo solo suponía que era producto del enamoramiento el decir esas alocadas cosas.

Pero, me di cuanta que no.

Con Vicente logramos construir nuestra propia casa, con un enorme jardín.

Más tarde tuvimos a nuestra hermosa hija Elizabeth.

Unos años después, Vicente enfermó.
Y la enfermedad me lo arrebató en tan solo una semana.

Estaba desesperada.
Sola con mi hija.
Sumida en la tristeza.

Lo único que me quedaba,
lo único que me quedaba Sole, era esta carta.

Tomó la botella y sacó de allí un pedazo de papel medio arrugado, con aspecto de tener varios años, y me lo dio.

Esta carta, me la dio mi amado antes de partir.
Y hasta el día de hoy no entendía su significado ni de que me estaba hablando.

Hasta ahora, que lo estoy viendo con mis propios ojos.

El amor antes del amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora