열하나 (yeolhana)

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Narra Eun-Ji:

No lo podía creer me estaba felicitando a mí.

—Vamos muchacha di algo al príncipe.

—De......nada príncipe Min — digo con una pequeña reverencia.

—No tienes nada que agradecer solo digo la verdad las demás comidas estaban asquerosas.

Esto seguramente me dará más punto.

Cuando él se fue todas comenzaron a hablar de mí y a mirarme pero yo no hice caso desde éste momento me consentrare y si ellas hacen trampas yo también lo haré aunque no es mi estilo peró todo lo hago para quedarme aquí y comenzar la venganza.

—La siguiente prueba es la última, tendrán que servir al rey a la reina y al príncipe, comencemos por la señorita Park Eun-Ji.

Di un pasó al frente.

—Ven conmigo.

La seguí.

—Ponte está ropa.

Me cambié de ropa.

—Muy bien, ven.

Nos dirigimos hacía el pabellón gyotaejeon y tocó la puerta.

—¿Quién es ?

—Soy yo su majestad.

—Puede pasar.

Ambas entramos y ahí estaba la reina se veía hermosa y elegante con su vestido.

—¿Necesitan algo?

—Solo quería presentarle a la señorita Park Eun-Ji ella también le servirá.

—Gracias ya se pueden marchar cuando necesite algo la llamaré.

Salimos de ese pabellón.

La señora Lee me regresa a ver y me dice —vas a servir a la reina durante una semana luego al rey y por último al príncipe.

Definitivamente serán 3 semanas difíciles.

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La primera semana comenzó.

No era la única chica conmigo había 4 chicas más.

La reina me regresa a ver y me dice—tu muchacha tráeme un té.

—Si su majestad.

Me dirigí a la cocina a traerle un té no me tardé tanto y cuando llegué donde la reina le di su té.

—Ahora te puedes marchar.

—Si su majestad.

Cuando salí vi a otras chicas que estaban con el rey y el príncipe y una de ésas chicas era Jin Kyung ambas nos regresamos a ver por un instante y nos sonreímos.

¿A quién servirá ella al rey o al
príncipe?

Yo con ésas 4 chicas estábamos afuera cuando comenzaron a venir empleados con un montón de regalos pequeños y grandes a ver todo éso me quedé sorprendida.

—Puede pasar la reina está adentro —dice una de las chicas.

Y todos los empleados pasaron en fila con los regalos y se marchaban.

Me aserco a una de esa chicas y le preguntó —¿Y todos ésos regalos?

—Son para la reina casi siempre recibe regalos.

—Algunos son joyas otros son oro y tela de porcelana—dice otra chica.

Ya me imaginaba a la reina viendo todos ésos regalos.

—¿Y todos ésos regalos se los queda?

—La mayoría si la otra mayoría los vota depende si les gusta o no.

Era tan injusto a ella le llovían los regalos mientras la gran mayoría del pueblo tenían hambre.

Y así pasó una semana entera sirviendo a la reina ya sea siguiéndola a todas partes, protegiéndola o servirdole un té.

Fui su dama de compañía por una semana. Ahora falta dos semanas.

Él frío príncipe Min  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora