# 2. Con Merry

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Recogí mi cabello en una cola alta; hacía calor en casa esa tarde. Tomé un labial para retocar mis labios, mirándome al espejo de la peinadora. Paúl, parado justo detrás de mí, me contestó:

Paúl: "No. No se trata del trabajo, esta vez es otra cosa." (mencionó en voz baja).

Paúl: "Esto es algo que debí contarte hace mucho, pero mucho tiempo. No sé cómo decírtelo, pero ya no puedo más con esto."

Lina: "Ok, está bien, ya me estás asustando." (exclamó). "Dime."

Paúl: "Sé que es muy duro tener que decirte esto, Lina, pero..." (hizo una pausa, respirando profundamente). "Ya llevo meses saliendo con alguien más; ¡he estado saliendo con otra mujer!"

Lina: "¿Qué?" (dejó caer el labial, mientras sus piernas comenzaban a temblar, lo que la obligó a sentarse en la cama). "¿Cómo así? No te entiendo... ¿Es una broma, ¿verdad? Hoy es nuestro aniversario, tú no me harías algo así. No juegues con algo así... sabes que no me gusta."

Paúl: "Escúchame, Lina, no es tu culpa. Pasó en medio de tragos y bebidas, no tengo cómo justificar mi error, pero pasó. No te pido que me perdones porque..." (se detuvo por un momento) "...estar con ella me gustó, me sentí bien en sus brazos. Creo que, si ella cambiara un poco su manera de vivir, me quedaría a su lado."

Lina: "¡Ya basta!" (gritó). "Cállate ya, por favor, no me digas más nada. No quiero escuchar más... ¿No te basta con lo que me has hecho? ¿Acaso disfrutas haciéndome daño? Solo quiero que me respondas una sola pregunta..."

¿Quién es ella... la conozco? Lina dejó escapar lágrimas de dolor, rabia e impotencia. No podía creer que precisamente hoy se enterara de algo tan sucio. Era injusto. Y no solo eso, él era implacable con sus afirmaciones mientras confesaba su traición, sin mostrar remordimiento. Al contrario, parecía disfrutarlo.

Paúl se quedó callado, sabiendo que responder causaría más dolor a Lina. Pero ella insistió y preguntó nuevamente:

¿Dime quién es ella?

_ Es Merry, la vecina...

_ Sabes que nuestro matrimonio fue un error. Sabías que yo no quería hacer las cosas a tu manera. Era mi futuro y no te importó.

Lina, incrédula, murmuró: ¿Merry? No, no, no. Ella no sería capaz. Estuvo aquí esta mañana, tomamos café juntas. Me pidió dinero para el transporte a la universidad. ¡Me mostró su anillo! Pensó en silencio, ¿Por qué me haría algo así? La estoy ayudando con el diseño de su vestido de graduación. ¡Estaba tratando de dar lo mejor de mí para verla feliz en su graduación!

Lina, con voz temblorosa, dijo: ¡Paúl, espera! Sabes que quería una familia para los tres...

Pero ambos sabían a qué se dedicaba Merry. ¿Por qué ella? preguntó Lina.

Paúl salió de la habitación sin responder. Lina se quedó en un rincón del cuarto, callada, respirando profundamente. No podía aceptar que su vecina Merry y su esposo le hubieran hecho algo así. Ella era una mujer dedicada al hogar y a su esposo, a quien consideraba el hombre perfecto. Aunque su matrimonio no había comenzado bien, guardaba la esperanza de que algún día él la amaría y serían felices.

Paúl volvió a la puerta de la habitación y solo dijo:

P:  Me tengo que ir de la casa... Lo siento tanto, no quería causarte tanto dolor. Sé que eres una gran mujer, pero no puedo hacerlo... ¡Me rindo... que seas feliz!

L: ¡Pauuuul... eres un cobarde! ¡Imbécil! (le gritó).

Y así se despidió de Linda esa tarde. Dos mujeres. Un canino. Es el destino que ahora tiene para mí la vida. Qué difícil. Mi destino me atormenta porque yo las quiero a las dos conmigo. A una me une un cariño por Dios bendecido y la otra es un bello pecado, es amor prohibido.

"3 VIDAS CONTIGO"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora